Epilogo

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Miles

Miro su ventana, siempre abierta, y espero que así se mantenga. Tengo ganas de correr para ver si ahí está ella, si me presta su computadora con nombre raro, pero sería duro no verla ahí, no ver sus cosas, recordar solamente y no me siento capaz de hacerlo.

Ojala pudiera hacer lo que hacen las chicas locas cuando su novio las deja, como decir que están embarazadas o alguna estupidez de esas, pero en este caso yo soy el chico, el novio, que mira melancólico por la ventana esperando de la nada verla hacer piruetas de ballet, o practicar el cello, o cantar Hello, a pleno pulmón (que fue lo de los últimos días).

No lo pienso mucho y me paso a su habitación, recordando la primera vez que lo hice.

Recorro con la mirada su escritorio, sus decoraciones en las paredes, sus pinturas, sus fotografías, su armario, su cama, en donde estuvimos dos noches atrás... se siente como si hubiera pasado mucho tiempo. Me acuesto en ella, sus sabanas huelen a ella, y se me hace imposible no llorar. Acaso no me quería? Me dejó dos veces?, Y AYER, la cena, su vestido, traté de peinarme, me seguí cortando el cabello, aunque a ella le gustaba más largo. Dejé las peleas, y para que ella me dejara de esa manera. Me aguanté todos los celos por Thomas, y ella se fue igual, que tenía que hacer para que se quedara. Si Thomas no me hubiera llamado, tal vez ni me habría podido despedir. 

Sus padres se percatan de mi presencia y llegan al cuarto.

-Miles- dice su madre, en un tono que me recuerda enormemente al de ella.

- Saben que no me dijo nada, tuvo tantas oportunidades y no me dijo nada-.

- Miles lo siento mucho, si quieres quedarte hoy aquí no tengo ningún problema, se que pasaste el último tiempo mucho con ella-.

- Que hice para que se enojara?-.

- Nada cariño, eres el mejor chico para ella, pero si en verdad la amas, debes dejarla ir-.

- Si ya se y si regresa es mía, no creo en eso señora Díaz. Planeamos conocer el mundo juntos, comprar un barco, cumplir todos sus sueños-.

- Todavía puedes hacerlo muchacho- me dijo su padre.

- A que se refiere señor?-.

- Déjala un tiempo, y en ese tiempo ahorra, y apenas puedes te vas con ella a Inglaterra-.

- Puedo irme mañana mismo-.

- No chico, espera, déjala pensar las cosas, por favor, no la presiones-.


Pensar las cosas, no presionarla, eso era lo que iba a hacer, pero antes dormí en su cama esperando que todo fuera un mal sueño, aunque yo sabía que no era así. Pero por lo menos mantenía la esperanza viva de verla, en poco tiempo la iría a buscar, a Inglaterra o a cualquier parte de este planeta, pero mi promesa seria siempre encontrarla, aunque el mundo no quisiera que así fuera.



Fin del Primer Libro

- KatnissEvans

Dedicado a mi fruta favorita, a mi criatura favorita, a mi persona favorita y pareja ideal...


Mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora