La dulce Madrasta

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Estaba descansando, no durmiendo, solo descansando, cuando tocaron la puerta.

Mis padres estaban en la sala asi que ellos podrían abrir.

Yo estaba con mi pijama de pantalón escoses y camiseta de los Beatles y por el frío con una sujeta de Batman cerrada y con capucha.

-Sofia te buscan- gritó mi padre desde abajo.

Yo bajé con mi cobilla del Mapa del Merodeador por las gradas, como esos reyes antiguos todos poderosos, y en la puerta me encontré a Miles, Matt, otro chico al que nunca había visto que traía en brazos a Will que estaba llorando.

-Miles- corrí hacia ellos, Will alzó sus bracitos hacia mi pidiendo que lo alzara yo sin duda lo hice pero al hacerlo se me calló la cobija, el chico que tenía a Will la tomó.

- Necesitamos que nos ayudes.

Yo seguí con Will en brazos arrullandolo como a un bebé.

-Claro que necesitan?

-Tu auto.

-Mi combi? Para que?

-Vamos a llevar a Will a casa de mi padre, es mejor que hoy no se quede con mi mamá.

-Y tu también te quedas?

- Si, creo.

-Entonces yo los llevo.

Mi padre me volvió a ver que no me retuvo, vio al niño llorando, era por el que tenía que hacerlo.

Mi madre buscó corriendo mi silla de coche cuando estaba pequeña y Matt la instaló en la combi.

Podía manejar tranquila el amigo de Miles, había resultado muy protector y con un comportamiento muy paternal.

Matt y el chico cuidaron a Will y Miles y yo fuimos adelante.

Dave, así se llamaba el amigo de Miles le colocó la cobija de el mapa del merodeador a Will que estaba profundamente dormido.

-Que sucedió? - le pregunté a Miles.

-Mi madre- en sus ojos vi odio, al parecer no quería comentarlo, pero aún así siguió hablando.

-Lo trata como un esclavo, le grita, lo a golpeado, ya no la aguanto, el no se merece eso.

-Y con tu padre estará bien?

- Claro, estará perfecto, sera feliz, el ahí es feliz.

No volvimos a hablar excepto para dar indicaciones del camino.

La casa del padre de Miles no estaba tan lejos, pero no era una casa, era una mansión, hermosa, con jardines y con una entrada estupenda, tenía dos coches uno de colección y un último modelo.

Miles me indicó donde aparcar mi combi y luego todos bajamos, Dave seguía llevando a Will.

Miles tocó la puerta y le abrió un hombre vestido con traje entero sumamente elegante, el amo de llaves.

Entramos y de inmediato una mujer con la bata de dormir más hermosa que yo e visto bajó corriendo por las gradas, la seguía un hombre, eran de la misma edad, el hombre sin dudarlo era el padre de Miles, luego de verlos ahí en pijamas pero aún ordenados me recordé de mi ropa, toda mal vestida y que decir de mi cabello, hoy lo andaba suelto y greñudo.

Hector, padre de Miles, alzó a Will todavía con la cobija bien puesta y lo llevó hacia arriba.

Miles me tomó por la cintura y me condujo a subir las gradas, a mi lado estaba la elegante mujer y detrás venían Matt y Dave.

La casa en verdad era hermosa, demasiada belleza en un solo lugar.

Mientras iba ya llegando al segundo piso l mujer se dirigió a mi.

-Debes ser Sofia, la novia de mi muchacho.

-Si señora- le respondí lo más amable posible. La verdad nunca había tenido una conversación así con la madre de Miles, y cuando mis padres dijeron que querían ver a los padres de mi novio el no dijo mucho, la verdad no sabia que estuvieran separados.

-Dime Estefa, yo soy la prometida de Hector y espero que me puedas ver como una suegra, quiero que sepas que para lo que necesites aquí estoy.

Luego de esto ya estando en el segundo piso me abrazó, o ya se porque la quieren tanto, es demasiado dulce, es la primera Dulce Madrasta que conozo.

Miles me volvió a abrazar y seguimos caminando.

Mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora