¡Corre, por lo que más quieras!

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Todo está en silencio, sólo escucho mis pasos amortiguados por el pasillo mientras me dirijo al despacho del director. En realidad si sé lo que pasará en ese despacho en cuanto llegue; sé lo que él me dirá, sé como me mirará y sé qué me pedirá antes de empezar.
El Director White, es mi padrastro, se casó con mi madre cuando tenía apenas cuatro años; cuando nos conocimos me calló genial: era atento, era simpático, cariñoso y agradable, jugaba conmigo a tomar el té... y, sobre todo, quería a mi madre, al menos, más que mi padre biológico (él acabó en la cárcel por alcohólico, drogadicto y maltrato hacia nosotras); el caso es que crecí con él y estuvo conmigo para todo, siempre intentó que yo y mamá solucionásemos nuestras diferencias sin caer en castigos ni en faltas de respeto y, unos años más tarde, ella murió en un accidente (era bastante joven, tan sólo tenía veintiocho años); por aquel entonces, yo tenía unos ocho años... Papá (como aprendí a llamarle) decidió que ya era demasiado grande; me dio un teléfono, puso Internet en él y me dijo que fuese yo, que no dejase de ser libre.
Llamo a la puerta del despacho con los nudillos, le escucho acercarse, me arreglo el pelo un poco y la puerta se abre; él asoma su rostro y me mira derrochando libido en el brillo de su mirada.
- Hola papá- susurro algo timida; sonríe aún más, siento que coge mi mano y tira de ella para hacerme pasar. Entro.
- Siéntate Dana- me pide amable señalando su mesa; camino hacia ella y me siento tranquila, no es la primera vez que hago ésto. Él se sienta a mi lado y nos miramos en silencio... "La verdad es que podríamos ser pareja sin levantar muchas sospechas, él tiene treinta y seis años y yo aparento dieciocho en vez de dieciséis, tampoco sería mucho, ¿no?..." pienso sumida en sus ojos castaños.
- Has venido preciosa hoy- susurra de pronto; me siento sonrojar y él sonríe aún más- ¿Cómo te va el día?- pregunta interesado, poniendo su mano sobre mi rodilla; le miró a los ojos y luego miro cómo su mano avanza hacia el interior de mis muslos, mis piernas se separan un poco.
- De momento bien, he venido a clase con Jasper y me he cabreado con Nina;- comento risueña; ríe- realmente necesitaba que me llamases- añado con un suspiro, algo más tranquila; me mira a los ojos.
- Ya lo creo señorita- murmura mientras se acerca a mis labios; sonrío y nos besamos.

- ¿No nos descubrirán?- pregunto al ver que se pone rápidamente un preservativo y vuelve a besarme; sonríe con picardía y clava sus ojos en los míos, me separa algo más las piernas, acaricia mis muslos y se acerca a mi oído.
- Tendrás que ser muy silenciosa- musita antes de comenzar a besar mi cuello; sonrío excitada por el peligro a ser descubiertos y enredo mis dedos en su pelo rubio como el trigo- Empieza el juego, niña de mis ojos- dice poco antes de hacer presencia en mi cuerpo...

- "Toc toc toc"- llaman a la puerta del despacho; nos detenemos por unos segundos, para escuchar.
- Si fingimos nos estar, tal vez se vaya- me susurra casi entre risas divertidas; asiento de acuerdo mientras volvemos a besarnos.
- "Toc toc toc"- insisten en llamar; él pone los ojos en blanco y se gira hacia la puerta.
- ¿Me visto?- murmuro precavida; él niega con la cabeza.
- ¿Quién es?- pregunta al aire; oímos un suspiro desde el otro lado.
- Landon, soy yo- contesta la voz de su secretaria.
- ¿Qué quieres Marge?- resopla molesto; sigo oculta tras él, en completo silencio.
- Tenemos que hablar- contesta algo impaciente por lo que puedo notar.
- Vuelve dentro de media hora- responde cansado de ella.
- No importa, si me tengo que marchar...- le digo al oído; niega con la cabeza de nuevo.
- Es importante- insiste la chica.
- Te he dicho que vuelvas en media hora- repite bastante enfadado.
- Es muy importante- se reitera ella.
- Me parece genial, pero estoy ocupado- gruñe; no quiero reírme, pero esta situación es bastante graciosa.
- Entraré yo como no me abras- contesta de una vez Marge; él se gira hacia mí con los ojos abiertos, le miro asustada y confusa.
- Lo hará como no abra en tiempo récord- confiesa poniéndose la ropa; salto de encima de la mesa y comienzo a vestirme a la velocidad de la luz.
- No quiero ser impertinente pero... TE LO DIJE- comento entre risas mientras busco mi sujetador- ¡dónde lo has puesto!- añado alterada.
- Creo que lo lancé por allí- responde señalando en dirección a la puerta; me río entre dientes y corro hacia donde me acaba de indicar, lo encuentro- ¡Corre, por lo que más quieras!- exclama casi ayudando a vestirme; le veo subirse la bragueta del pantalón, me coloco el pelo, me mira, yo le miro a él y nos reímos; él se acerca a mí y me recoge el pelo en una coleta, yo ciño bien la corbata a su cuello y le peino con mis dedos; nos besamos.
- Ya te veré más tarde, preciosa- susurra mientras nos acercamos a la puerta.
- Ya lo creo- respondo guiñándole un ojo con picardía; sonríe, adopta su papel de director, suspiro, adopto mi papel de alumna problemática y abre la puerta... Marge me sonríe.
- Lo siento, estaba hablando de nuevo con ella- se disculpa él con seriedad.
- Lo entiendo. ¿Qué ha pasado está vez?- pregunta curiosa mientras entran al despacho y yo me marcho.
- Ayer estuvo en la Junta del alumnado y quería saber...- no consigo escuchar nada más; la puerta se cierra y yo sigo avanzando en dirección al patio, la sirena no tardará mucho en sonar.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora