Está loco

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Dana pov.

Cojo de la mano a Theo y lo llevo a un sitio apartado, tenemos que hablar.
- ¿Quieres a Mitch?- le pregunto directa; es extraño, estoy segura de que lo ha escuchado pero, luego, ha desviado su mirada hacia otro lado, justo detrás de mí, y a sonreído como un tonto... espera..., ¿le brillan los ojos?- ¡Theo, te estoy hablando!- exclamo chasqueando los dedos frente a su nariz; retrocede un paso y vuelve a mirarme.
- Eh... ¿decías algo?- murmura perdido, rascándose la nuca y mirando el suelo avergonzado; miro a mis espaldas, Mitch está persiguiendo a Nina como jugando al pillar, sonrío, ha contestado a mi pregunta sin decir nada.
- Te preguntaba si quieres a Mitch- repito paciente; levanta su vista a mis ojos y noto su sonrisa traviesa.
- No voy contestar a eso hasta que él no sepa qué pienso- responde tranquilo; me río.
- Bueno... ¿puedes darme una pista?- insisto; se lo piensa unos segundos.
- Necesito que me ayudes con algo, te contestaré cuando acabemos. ¿Es verdad que está triste?- comenta esquivando mi pregunta.
- Sí... más o menos- respondo sincera; algo en su mirada se funde y la vuelve preocupada, se muerde el labio y piensa.
- ¿Es por que no sabe qué pienso?- insiste.
- Tal vez- digo para no causar líos; suspira.
- Dana... tienes que ayudarme, no quiero que esté así por mi culpa; sólo voy despacio porque es la primera vez que siento ésto y... no sé qué es lo que debo hacer, ¿entiendes?- confiesa mirándome serio; asiento y reprimo una risa, " Claro... vas tan lento que, en tres días, él se ha enamorado de ti, os habéis pasado media mañana entre besos y casi... casi os lo montáis en la tienda de campaña; eso es ir lento, definido por el diccionario y al ritmo de los caracoles. Por favor, un aplauso para este chico tan inteligente" pienso mientras nos dirigimos al interior del granero.

Este tío está como una cabra, quiere construir una casa del árbol en secreto para Mitch y, por mucho que le pregunto, no me dice por qué narices tiene que ser una maldita casa del árbol; ya casi es la hora de comer, él sigue empeñado en que acabemos la casa, yo me muero de hambre y, a él, parece que eso le da más energías... Resoplo.
- Té, vamos a comer; seguiremos más tarde- insisto por cuarta vez; me mira y sonríe travieso, está loco.
- Ve tú, ya iré cuando acabe- dice quitándose la camiseta y tirándomela desde lo alto del magnolio donde está subido; acabo con ella en la cara, la cojo y le miro- No puede enterarse- me recuerda antes de que me marche en dirección al granero...

- ¡Hola, pandilla!- saludo entrando; me miran un segundo.
- ¿Y Thunder?- pregunta Mitch en cuanto ve que he vuelto sola; le lanzo su camiseta y la pilla al vuelo.
- No tardará en venir, quería pensar mientras paseaba un rato;- miento tranquila; mira la camiseta con expresión interrogativa y vuelve a mirarme- Tenía calor- añado con desgana, encogiéndome de hombros; suspira y la lleva al montón donde tenemos la ropa para lavar.
- Ven, lleva ésto a la manta para comer fuera- pide Nina dándome seis platos; los cojo- Puede que después nos bañemos en el lago- añade acompañándome con seis vasos en las manos; nos sonreímos.

- ¿Por qué tarda tanto?- pregunta Mitch impaciente; le sonrío, "tres..., dos..., uno..." hago la cuenta atrás mentalmente.
- ¿¡Qué tal, me estábais esperando!?- saluda Theo acercándose a nosotros sin camiseta; sonrío maliciosa, "Va ha ser el primero en tirarse al lago, me encargaré personalmente de ello" pienso mirando la reacción de Mitch antes su aparición repentina; tiene una sonrisa boba de oreja a oreja, parece incapaz de escuchar a nadie que no sea Theo y no aparta la mirada de su cuerpo o su boca; él sólo sonríe y se sienta entre Jasper y yo, frente a Mitch- Bueno, ya podemos empezar- dice apropiándose de un panecillo; le miramos, él mira el cuenco donde estaba, con su panecillo hacen tres y somos seis; sonríe tímidamente, lo parte en dos y da la mitad a Mitch, como era de esperar- Ahora sí- corrige alegre; empezamos a comer.
- ¿Te ha dado tiempo a acabarla?- le susurro al oído, tapando mi boca con la mano para que nadie pueda leer mis labios; me mira y asiente con una pequeña sonrisa- Genial; ¿qué tal ha quedado?- añado; el sonríe tímidamente y se encoge de hombros, sonrío- Seguro que le encanta el detalle- comento antes de atacar el pastel de su tía MaryJo.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora