Él es la causa

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- ¿Dónde estabas?- me pregunta Marta un segundo después de haber entrado a casa; la busco con la mirada, su voz llega desde la galería, me dirijo hacia allí.
- No te importa- contesto apoyado en el marco de la puerta.
- ¿Quién era el chico que te acompañaba?- insiste sin mirarme.
- Un amigo- resoplo; se digna a mirarme.
- He visto lo que ha pasado; ¿sales con él?- comenta sin dejar de poner jarrones y caras botellas de vino por todos lados.
- No; es sólo un amigo, ya te lo he dicho- repito molesto; me mira.
- Mitch, no quiero que salgas con él, nunca más- dice de pronto; eso hace que estalle.
- ¿¡Porqué no, Marta!?- grito cabreado, cogiendo el más bonito de los jarrones de mi padre y estampándolo contra la pared de la galería.
- ¡Mitchel, tranquilízate!- me ordena ella; cojo el siguiente jarrón y amenazo con lanzarlo contra su apreciado cuerpo, me mira asustada y clavo mis ojos en los suyos sosteniendo en alto el jarrón.
- ¿¡Que me tranquilice!?, ¡vete a la mierda!- repito sus palabras lanzando el jarrón contra el suelo; su expresión se torna preocupada, sonrío con ironía y agarro con firmeza mi próxima víctima...
- ¡No!- chilla intentando salvar una botella de cava valorada en 500$ dólares, ésta cae quebrándose en mil pedazos y derramando dos litros y medio de vino en el suelo de parquet; miro a la novia de mi padre y la encuentro llorando- ¿¡Porqué lo has hecho!?- me grita entre sollozos.
- Sólo era una botella de cava- susurro malicioso quitándole importancia a lo que acabo de hacer.
- Costaba 500$ dólares, tu padre...- no dejo que acabe su frase.
- ¡No hables de él!- iterrumpo sintiendo de nuevo toda la ira recorrer mis venas; su llanto aumenta de volumen- ¡Deja de llorar!- grito perdiendo los nervios otra vez- ¡DEJA DE LLORAR!- insisto golpeando una de las paredes blancas de la galería; el sonido de su sollozo disminuye y la miro- Perdón, Marta- me disculpo de pronto, con los ojos llenos de lágrimas; ella levanta su vista hacia mí y se quita las lágrimas con el dorso de la mano.
- No es nada, mi amor- murmura acercándose a mí y abrazándome con cariño; empiezo a llorar.
- ¿Qué ha pasado?- pregunto escondiéndome del mundo, ocultando la cabeza bajo la suya.
- Nada cariño, no ha pasado nada- musita acariándome con dulzura tras besar mi pelo.
- ¿Porqué no recuerdo nada?- continúo entre lágrimas; se queda callada sin dejar de acariciarme- ¿qué me pasa, Marta?, ¿estoy loco?- insisto preocupado; ella me abraza más fuerte.
- No, pequeño; sólo no estás bien, mi amor- responde en un susurro; mis ojos se cierran y me concentro en escuchar su tranquilo corazón, rodeo su cintura con mis brazos.
- Tengo miedo, Marta- confieso; ella besa mi frente de nuevo.
- Lo sé, cariño. Todo va a estar bien, mi amor- dice en mi oido para tranquilizarme; siento que me duermo...

- Mitch, cariño; ¿qué tal si das un paseo?, tienes que distraerte- susurra la voz de Marta cerca de mi oido; abro los ojos y miro mi alrededor: estoy en mi habitación, ella me mira con cariño y tiene su mano apartándome el flequillo de los ojos... Sonrío calmado, ella consigue que todo esté bien con una mirada..., que no tenga miedo de mí, que todo sea silencio y que todo sea cálido...- Hola, Bello Durmiente- susurra con una leve sonrisa; le regalo una pequeña sonrisa y me acaricia- Tienes una taza de chocolate en la encimera, tómatela tranquilamente y, luego, ve a dar un paseo; ¿vale, mi amor?- añade sin dejar de acariciarme; asiento como un niño bueno y su sonrisa se amplía, algo me recorre el estómago, me encanta su sonrisa... - Tengo que ir a trabajar, pero puedes llamarme si necesitas cualquier cosa- informa antes de besar mi frente como despedida.
- Está bien- susurro cansado; me regala una última sonrisa y sale de mi cuarto dejándome completamente sólo... Resoplo, me levanto lentamente de la cama para no marearme y, entonces, el miedo me invade- ¡MARTA!, ¡MARTA!, ¡MARTA!- comienzo a gritar mientras corro por el piso de arriba en dirección a la escalera; "¿¡Cómo ha llegado tan rápido al primer piso, no hace ni cinco minutos que salió de mi habitación!?" me pregunto atacado por los nervios- ¡MARTA!, ¡MARTAAAA!- continúo gritando por la casa, ya cerca de lo que es la puerta de entrada; ella sigue sin contestar y decido salir a la calle a buscarla.
- ¡Mitch!- escucho gritar a Nina justo en el mismo momento en que salgo por la puerta, sin camiseta y con unos vaqueros; veo que mi amiga persigue a su hermano, así que corro hacia él y lo cojo en brazos; me sonríe aliviada y veo cómo al acercarme se muerde el labio inferior, sonrío tranquilo y le devuelvo a Tyler.
- ¿Qué tal Nina?- pregunto aparentemente calmado.
- Bien, supongo. Gracias por atraparlo, ya temía que se hiciera daño o algo- contesta; vuelvo a sonreír- Hemmm... ¿Quieres pasar la tarde con nosotros?, puede que este monstruito la monte de nuevo- me invita.
- Claro, deja que me ponga una camiseta y voy- acepto agradecido; sonríe, asiente y se dirige hacia su casa acompañada de su hermano..

Llamo a la puerta y espero a que alguien abra; oigo correr a Tyler hacia la puerta, me abre, y vuelve corriendo a tumbarse en el sofá. Nina me mira desde el umbral de la puerta de la cocina y le regaló una sonrisa, el bol de palomitas que sostiene, tiembla por un segundo.
- ¿Por qué me miras tanto?- susurro en su oído.
- No me había fijado mucho en lo bonita que es tu sonrisa- responde tranquila; me río.
- Sí, eso no hacía falta que me lo aclarases- bromeo egocéntrico; sonríe y me acerco algo más a ella- Nina... yo... tengo que confesarte algo, es un secreto- murmuro cerca de su boca, mirando fijamente sus ojos; asiente paciente- ¿Juras no contarlo?- insisto; vuelve a decir que si con un gesto de la cabeza- Está bien, ven- musito haciendo un amago para que se acerque más; llevo los labios a su oído y tapo mi boca con una mano, Tyler aún está viendo la tele tumbado en la alfombra del suelo frente a nosotros- Nina... me... a mí... me gustan... me gustan los chicos- confieso de pronto; ella pega un respingo en el sitio, yo comienzo a ruborizarme visiblemente y, en un santiamén, mi rostro se a convertido en un tomate.
- ¿Es en serio?- pregunta estupefacta; miro hacia abajo y asiento tímido, sonríe y acaricia mi mejilla con dulzura, la miro- ¿Cómo te has dado cuenta?- se interesa; mi vergüenza comienza a desaparecer poco a poco y sonrío.
- El chico nuevo, Theo; creo que... me gusta, mucho- suspiro algo nervioso al recordar su aspecto; Nina sonríe alegre.
- Eso es genial, Mitch- comenta contenta; vuelvo a mirarme los pies tímidamente.
- Lo sería aún más si pudiese unirse al grupo, ¿no crees?- digo travieso; se ríe.
- Ya... claro... ya veremos si le dejo o no- murmura entre dientes.
- Por favor- pido poniendo cara de angelito.
- Ya veré- sonríe.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora