Tenemos que hablar

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Nos acercamos al banco; siento que un peso tira de mi corazón hacia abajo al ver que Jasper Wild acompaña a Dana, me miro los pies y escondo mis manos sudorosas en la chaqueta vaquera. Finjo una leve sonrisa.
- Chicos, él es Theo- le presenta Mitch con una sonrisa; ellos saludan con un gesto de la mano.
- ¿Te unirás a nosotros como Jasper?- pregunta Dan cuando los tres nos hemos sentado; Theo la mira algo cortado y, ella, agita su pelo rojizo con cariño; el estómago me da un vuelco, eso también lo hace conmigo- Me caes bien- añade contenta; él sonríe tímido y mi estado de ánimo sigue en descenso.
- ¿De dónde vienes, Té?- se interesa Jasper; él le mira.
- Eres el típico chico que triunfa en todo- responde tranquilo; Jasper sonríe.
- ¿Cómo lo sabes?- pregunta entre risas.
- Me has llamado Té- contesta él; Dan suelta una carcajada y me recorre un escalofrío- Tú eres la chica rebelde e inconformista- añade clavando sus ojos azul hielo en ella; se asombra. "¿Intenta ligar con las dos?" pienso de inmediato recordando lo de antes.
- Tú eres el chico callado y misterioso- dice Dan a modo de defensa; la miro y él me mira.
- Tú eres la chica más sencilla y alegre- insiste adivinado la personalidad de cada uno; todos miramos a Mitch- Tú eres el secreto as de la tecnología- acierta segundos más tarde; veo a Mitch posar la vista en los labios de Té.
- Vale, después de este reconocimiento interno...; ¿te unes a nosotros o no?- comenta Dana para llamar la atención de Té y evitar que Mitch cometa un error.
- Mejor con quien no deba fingir- acepta él sonriendo.
- Genial- me alegro sin dejar de mirar a Dan; ella baja la mirada.

Miro a Jasper, ¿qué tiene, que no tenga yo, aparte de su aparato reproductor?... Tampoco pienso que sea tan guapo; tiene el pelo castaño oscuro, liso; la tez algo más pálida de lo que debería, tal vez un poco sonrosada y suave; los ojos muy grandes, del color de la miel, casi amarillos; las mejillas rojizas y lisas; la nariz respingona y los labios muy rojos, del color de la sangre; es cierto que su sonrisa hechiza, tiene una sonrisa perfecta enmarcada por la curvatura de sus delicados labios... Y es alto, más alto que yo (diga lo que diga Theo, no soy tan bajita, mido 1'75m). Y... bueno, él es un chico. También fueron mejores amigos durante mucho tiempo antes de que, Dan y yo, nos conociéramos en aquel fotomatón de "La feria del algodón de azúcar"... Él, la conoce, la conoce mucho... Dana me contó lo que les había separado y, aunque fuese por una tontería, aquello influyó bastante en el desarrollo de su problema... Y ahora viene y la recupera, así, sin venir a cuento, sin avisar... Y luego... ¿luego consigue gustarle a Dana, después de todo lo que pasó?... ¡Es odiosamente perfecto!

La sensación de que alguien me mira fijamente hace que salga de mi cabeza; miro los ojos de quien me mira y encuentro unos de color azul intenso, es el Pequeño Cowboy. Resoplo y siento, entonces, su mirada en mis labios, sonrío traviesa y le saco la lengua con descaro; arruga la nariz y cierra los ojos sin quitar de su boca una bonita sonrisa alegre, río al ver la composición de su rostro en ese instante, entonces, miro a Dana. Los remordimientos me corroen con velocidad, debo hablar con ella, a solas, seriamente.
- Dan, tenemos que hablar- le susurro al oído, con el corazón cerca de la garganta; me mira a los ojos y cojo su mano para entrelazar nuestros dedos. Suspiro algo más tranquila, el plan está funcionando de momento.
- Claro- accede bajando del respaldo del banco y siguéndome por el patio. Lo atravesamos y llegamos a un callejón escondido tras árboles de castaño; tiro de ella hacia el final del pasadizo y suelto su mano para mirar fijamente sus ojos.
- Lo siento, - comienzo a disculparme nerviosa; ella sonríe levemente y siento su mirada en mi boca- sé que a veces soy un poco impulsiva pero...- continúo; se pasa la lengua por los labios y algo en mi interior me avisa de lo que va a ocurrir; espero a casi sentir que su respiración y la mía chocan, a casi sentir sus labios rozando los míos...; y ese momento llega, asi que acerco un poco más mi boca a la suya... Soy incapaz de pensar en nada, sólo tengo los ojos cerrados y disfruto de saborear su boca dulce y lentamente... Me dejo llevar; acaricio su rostro con la mano derecha, ella sube la suya hasta mi codo izquierdo y la desliza hacia abajo hasta que nuestras manos se rozan y entrelazan; quiero seguir, no quiero desaparecer de entre sus labios... pero nos separamos muy lentamente, descubro sus grandes ojos negros brillando con luz propia, sonreimos y se mira los pies avergonzada; juego con su pelo entre los dedos sin dejar de sonreír y apoyo mi frente en la suya- Te quiero- musito tímida, mordiéndome los labios; levanta la vista hacia mí y dudo por un instante retirar lo confesado.
- Yo también- contesta; nos reímos nerviosas, como mejores amigas y hermanas; mete las manos en el bolsillo de la sudadera, me agarro a ella e iniciamos el camino de regreso con los chicos.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora