Media mañana en sus labios

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Mitch pov.

Suena algo parecido a unos pasos fuera de la tienda; despierto alertado y veo a Thunder dormido con una pequeña sonrisa, inevitablemente, me hace sonreír; sin hacer movimientos bruscos y evitando el ruido, salgo de la tienda sigiloso para investigar; cojo una linterna, la enciendo y alumbro hacia la pared unos segundos hasta acostumbrarme a la luz. Me pongo de pies y busco a quien se ha levantado; Dana y Nina están dormidas en un colchón y, Jasper, ronca desde el suyo; me extraño al oír de nuevo esos cortos pasos no muy lejos de mí, giro sobre los talones y busco a alguien sintiendo como el miedo trepa por mi cuerpo; algo se mueve tras la tienda de campaña, alumbro allí y avanzo algo temeroso; hay alguien, tiene capucha y es bastante bajo, está arrodillado frente a la mesa de comida y ataca el pastel de calabaza que traía Thunder... Me acerco a él por su espalda sin hacer ruido... Llevo la mano a la capucha... Se gira hacia mí...
- ¡Mitch!; estoy buscando a Nana, ¿sabes dónde está?- suelta Tyler de pronto, con la cara llena de pastel y una sonrisa traviesa; me asusto, ¡¿cómo ha llegado hasta aquí?! Aún en estado de shock, señalo hacia el colchón donde durme su hermana junto a Dana; él sonríe, me guiña un ojo y sale corriendo en esa dirección... Ha pasado muy cerca de la tienda y he escuchado el crujir roto de algo bajo su pisada, corro para averiguar de qué se trata.
- Dios... ¿y qué le digo yo ahora?; la que me va a caer es impresionante- murmuro entre dientes cogiendo con delicadeza las gafas rotas de Thunder. Entro en la tienda, miro a mi mejor amigo y me tumbo a su lado con algo de miedo... "Vale, Mitch, ésto es más fácil de lo que crees; despiértale, habla con él un rato y luego le dices lo de las gafas. Muy bien, allá vamos" organizo mentalmente... - Thunder- susurro mirándole fijamente; sonríe y sonrío- Despierta, tengo algo que contarte- insisto a media voz; pasa la lengua por sus labios a modo de indirecta, me río- Está bien- acepto dándole un pequeño beso en la boca; sonríe y me mira a los ojos.
- Te escucho- suspira adormilado; llevo mi mano a su mejilla y comienzo a acariciarla con cariño.
- El hermano de Nina nos ha encontrado- confieso; abre sus ojos impresionado.
- ¿¡Qué!?- pregunta asombrado; controlo la risa y sonrío.
- Lo que oyes; el hermano pequeño de Nina nos ha encontrado- repito tranquilo; se sienta en el colchón.
- ¿Qué vamos ha hacer nosotros ahora!?, ¿qué pasa contigo y conmigo!?- dice alterado; sonrío con los sentidos anestesiados.
- Shhhh... - pido llevando mi mano a su boca, tapándola y tirando de él hacia abajo; vuelve a tumbarse a mi lado- Ven, adelantaremos los besos que podamos- añado con expresión traviesa; sonríe, siento su mano en mi cuello y nos acercamos.
- Me vuelves loco, Patata- admite con picardía.
- Y tú a mí, Thunder- reconozco con alegría; se muerde el labio, me acerco un poco más y empezamos a besarnos lentamente...

- ¡Theo, Mitch!- oigo a lo lejos; él y yo nos miramos, sonreímos y continuamos besándonos sin echar cuenta- ¡Chicos, tenéis que levantaros!- insisten; no hacemos nada... - ¡Theo, Mitch!- gritan desesperados, abriendo sin avisar la entrada de la tienda; se hace el silencio, Thunder y yo miramos al resto de nuestros amigos con expresión interrogativa y , ellos, nos miran con cara de asombro. La risa invade mi cuerpo y puja por salir pero la contengo...
- ¿¡Qué mierda... !?- pregunta Thunder con pinta de estar molesto- ¿A caso no os han enseñado a llamar antes de abrir?- insiste enfadado; le miro y cojo su mano por debajo de las sábanas, me mira con una sonrisa malvada y pongo los ojos en blanco, "Sólo es una broma" pienso más calmado- De verdad que sois indignantes, ¿dónde está vuestro sentido de la intimidad?- continua; ellos se miran entre si avergonzados, agachan la cabeza y vuelven a dejarnos solos.
- Eres malo- río colando mi mano por la camiseta de su pijama; sonríe.
- Sólo porque a tu lado es difícil ser el bueno- responde contento.
- Ya... ¿Acabamos lo que habíamos empezado, demonio? - propongo travieso.
- Como si no supieras mi respuesta a esa pregunta, ángel- contesta cómplice... Las yemas de mis dedos acarician cada centímetro de la piel que oculta bajo su camiseta; las suyas me imitan mientras somos incapaces de separar los labios durante más de cinco segundos, ahora ya somos adictos a la boca del otro...; sus dedos rozan mi ombligo y un escalofrío recorre mi cuerpo, haciendo que se me ericen los pelos de la nuca...
- Oye... Thunder... Tengo... tengo algo que decirte- susurro en su oído con la voz entrecortada por mi respiración.
- ¿Sí, Patata?- pregunta sin dejar de acariciarme y pasando a besar mi cuello.
- Yo... bueno... Tyler, el hermano de Nina...- intento contestar sintiéndome en el mismísimo cielo; me mira un segundo, sólo para ver la expresión que pongo al sentir sus dedos dibujando surcos q nunca habían existido sobre mi piel, alargando líneas curvas hasta el infinito..., sonríe y continua- Él... ha roto tus gafas, Thunder- consigo decir después de un rato; me alejo de él para mirarle a los ojos, cortando todo lo que acababa de pasar, se ríe.
- No importa, tengo lentillas en casa; las cogeremos cuando vayamos a por provisiones- comenta risueño, jugando con mi pelo.
- ¿¡Ya está, no vas ha decir nada más!?- pregunto perplejo ante su tranquila reacción.
- Ven, sigamos otro rato- pide mimoso, deslizando su dedo índice por mi nariz hasta detenerlo en mi boca justo cuando pretendo decir algo- Shhh... Prometiste adelantar todos los besos que pudiésemos- añade astuto; frunzo el ceño y me muerdo el labio, tiene razón, otra vez.
- Vale, pero sólo cinco minutos más- accedo sintiendo sus caricias en mi nuca, tras mirar el reloj del teléfono; sonríe y asiente con cara de niño bueno, "Si pudiera, te comería a besos" comento mentalmente con una sonrisa; volvemos a besarnos.
Nos miramos, con él pierdo siempre la noción del tiempo, sonreímos; apoyo mi frente en la suya, mordiéndome el labio e incapaz de dejar de pensar en lo que ha pasado... Le acaricio con dulzura- ¿Sabes, Thunder?- susurro.
- Sí, creo que no han sido sólo cinco minutos- responde; sonrío y miro la hora.
- Han sido los mejores quince minutos de mi vida- suspiro sincero; él sonríe y asiente de acuerdo.
- Será mejor que salgamos ya, van a pensar cualquier cosa- comenta vistiéndose para salir; le miro mientras se quita el pijama, inconscientemente paso la lengua por los labios, él lo sabe, sonríe demasiado; oculto mi cara en la almohada avergonzado y escucho su risa.
- Tranquilo, yo también lo haré sin darme cuenta; está bien- dice despreocupado, quitándole importancia; le miro, me agita el pelo y sale de la tienda. Me cambio rápidamente y salgo yo también.
Oigo a los chicos fuera, riendo; salgo del granero y sonrío, están sentados en la orilla del lago, sobre una amplia manta de cuadros negros y rojos; me acerco a ellos y saludo con la mano.
- Hola; tu... "amiguito Theo", no quiere contarnos que habéis estado haciendo desde las nueve que os pillamos hasta ahora, que son las once menos cuarto; ¿nos lo dices tú?- comenta Nina cuando me siento a su lado, con Tyler en las piernas; miro el suelo tímido.
- Si él no lo quiere contar, yo no soy nadie para hacerlo; hay un niño de cinco años delante; y no digas: "Tu amiguito Theo", suena como si fuésemos amantes y no lo reconociéramos o algo así- contesto calmado; él me guiña un ojo y sonrío.
- ¿A caso no sois algo parecido a ser amantes?- pregunta Dana.
- ¿A caso habéis reconocido algo?- insiste Jasper.
- ¿Cómo le llamo entonces?- añade Nina con curiosidad; pongo los ojos en blanco y resoplo.
- Dejad de intentar llamarnos de alguna forma, él es Theo y yo soy Mitch; y puede que seamos algo pero, si nosotros no decimos nada, ¿por qué lo inventáis?- repito molesto; ellos sonríen.
- Dios... No sé qué le has hecho pero me gusta, nunca se molesta ni replica y ya iba siendo hora, la verdad- apunta Dana alegremente; no entiendo nada, además, mi cerebro anda en otra parte; le miro discreto, ya es inevitable, necesito asegurarme de que existe y está ahí, de que no ha sido la última vez que besaré su boca y de que ha sido real todo desde el día en que le conocí en la casa del árbol. Ya vuelvo a estar desesperado por sus besos; desde el que me dio para pasar el reto se han hecho incontrolables las ganas de estar a solas y no dejar de besarnos, y es genial estar durante horas con él. Me gustaría raptarle o, tal vez, escaparnos juntos de esta maldita y enana ciudad tan tradicional donde todos nos conocemos; apenas das tres pasos para recoger el periódico, y medio vecindario te anda saludando a las seis de la mañana en pleno Sábado; sólo tenemos un instituto y un colegio con guardería, cada curso tiene una clase con treinta alumnos como mucho y realmente no es que haya una gran cantidad de niños o adolescentes, la mayor parte de nuestra población son abuelos jubilados y adultos que trabajan desde casa; y el índice de robos se encuentra por debajo del cinco por ciento, aun que si robas por una buena causa (como es que tu bebé pueda alimentarse porque tú no tienes dinero), no entras a la cárcel y te dan ayudas; en definitiva, nuestra enana ciudad de perfección, es incapaz de mantenernos encerrados a él y a mí, y tampoco aceptará que nos comportemos como lo hacemos cuando estamos juntos. Estoy seguro de que se escaparía conmigo si se lo pido.
Salgo de mis pensamientos; llevo a Ty de la mano y, junto a las chicas, avanzo en dirección al granero sin idea de lo vamos a hacer.
- Tengo algo que confesaros- se escapa de mi boca sin que lo haya pensado antes; ellas me miran atentas y sonríen- Creo... Creo que le quiero;- susurro a media voz; veo que sus ojos brillan de emoción- pero tengo miedo, ¿y si él no me quiere?; me estoy enamorando y no me gusta, cuando lo sepa, él se marchará, igual que mi padre hizo- añado mirando el suelo con tristeza; me abrazan.
- Eso no lo sabes, estoy segura de que te equivocas-  dice Dana para consolarme; tomo aire y respiro profundo, es difícil saber tu parte y no poder controlar la suya.
- Sólo quiero que , lo de esta mañana, no acabe nunca; ¿pido mucho?- murmuro entre dientes cada vez más desanimado por el tema.
- ¿Qué habéis hecho que es tan... secreto?- insiste Nina en enterarse; la miro y sonrío, recordando cada segundo de cada beso, sus caricias y las ganas inagotables...
- Nada- respondo ausente; quiero guardarlo en secreto pero quiero contarlo a todos- Bueno... si juráis no contarlo..., tal vez pueda hacer una excepción- me corrijo mirándolas tímidamente; levantan su dedo meñique, hacen un círculo en el aire, se muerden la yema con fuerza, enlazan sus dedos y tiran de ellos para acabar el juramento; sonrío de acuerdo- En realidad no ha sido tanto; todo se resume a una hora y cuarenta y cinco minutos de... besos muy calientes y caricias... "sensuales" al extremo (por decirlo de forma suave); pero nada más- confieso acalorado; se miran entre ellas impresionadas.
- ¿¡Qué!?; tío, estás tonto, ¿cómo que: "Pero nada más"?; ¿sabes qué quiere decir todo eso?, ¿no te das cuenta de que casi...?; eres idiota- dice Nina dándome una colleja; Dana se ríe.
- Mitch, te conocemos desde que estábamos en parvulario; jamás has dejado que alguien te acaricie o te bese si no era de tu familia y, de pronto, aparece Té y dejas que haga de ti lo que quiera en dos días literales. ¿De verdad pretendes que nos creamos que, para ti, todo eso sólo ha sido un simple: "Pero nada más"?- argumenta ella tranquilamente; pienso unos segundos.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora