Ella

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Por fin la veo; ahí está, en su taquilla dejando algunas cosas, hablando con Mitch y con su preciosa sonrisa. Camino intentando no parecer alterada por su cercanía; en mi interior, sólo soy capaz de escuchar mi corazón desbocado y la sangre recorriendo mis venas, nunca entendí porque sentía estar viva a su lado, ni pienso cuestionarlo. Sigo esquivando chicos y chicas del Instituto, mi único propósito y objetivo es llegar hasta ella... Creo que aún no me ha visto; la miro, es tan... exótica... me encanta su pelo castaño rizado y largo, con las puntas de color azulado; su piel suave, de tono canela; esos grandes ojos negros que lo observan todo y se comen el mundo; su graciosa nariz y sus mejillas de niña pequeña; Dios... y su boca, rosa... rosada como el atardecer que solemos ir a ver algunos fines de semana... Jamás dejaré de quererla, porque podré enamorarme otra vez, pero ella seguirá siendo ella...
Aparezco silenciosa sobre su hombro, abrazándola por detrás y haciendo que sienta mi respiración cerca del cuello.
- Buenos días princesa, ¿cómo has dormido?- susurro en su oido; sonríe girando sobre los talones para mirarme, la atrapo entre mi cuerpo y las taquillas, suelta una carcajada nerviosa.
- Bien; ¿y tú?- contesta pasando la lengua por las comisuras de sus labios; miro su boca y mis pupilas se agrandan, sonrío hechizada.
- Yo... yo...- murmuro cortada- Bien, supongo, he vuelto ha soñar contigo- confieso intentando besarla; Mitch nos da la espalda y ella se ríe. Adoro su risa.
- Nina... ya sabes que...- suspira tímida mientras se aparta de mí; la ilusión que iluminaba mis ojos se desvanece de pronto y me siento descender al submundo.
- Ya, entiendo- digo separándome de ella con la mirada en el suelo y expresión triste. Suspira. Mitch vuelve a mirarnos. Aún no consigo asumirlo.
- ¿Le habéis visto?, cada vez está mejor- comenta refiriéndose al chico nuevo de clase.
- ¡Pero serás gilipollas!- suelto cabreada; me mira asustada- Me tienes harta Mitch; díselo, invítale a merendar con nosotros- añado entre dientes y con los puños apretados; desliza su mano por mi brazo hasta entrelazar nuestros dedos, Mitch sonríe- Vamos, aún puedo cambiar de opinión- insisto algo más calmada gracias a esa muestra de afecto; él se marcha para hablar con el chico.
- ¡Te esperamos en clase!- grita mientras tiro de ella hacia nuestra aula- ¿Qué te pasa?- me pregunta segundos más tarde; la miro.
- Nada. ¿Y a ti?- contesto a la defensiva.
- ¿Por qué lo preguntas?
- ¿Por qué te cuesta tanto besarme?- insisto.
- ¿Por que quieres tú hacerlo?
- ¿Tal vez por que estoy enamorada de ti?- confieso sin pensarlo ni un minuto más.
- ¿Tal vez por que eres mi mejor amiga?
- De verdad, eres imposible- me molesto.
- De verdad, no te entiendo- responde soltando mi mano y buscando un pupitre lejos de mí.
Mitch entra en clase seguido del chico y nos ve separadas, resopla y decide no acercarse a ninguna. Se sienta dos filas más a la derecha de ella, dos más a la izquierda de mí, cuatro filas más adelante y junto al chico nuevo.

Miro a Dana fijamente... " Dios... la quiero tanto... Es imposible estar así con ella, ella... me tiene enamorada hasta las trancas; hace que me quiera levantar los Lunes por que es ella la única razón que me mantiene viva, la necesito como agua en un desierto, es parte de mi vida... Tengo que solucionarlo; me da igual que no me bese, a la mierda el beso, sólo la quiero sin nada a cambio, la quiero por encima de todo... Dios, ella es perfecta..." pienso hipnotizada.
- Señorita Blood, ¿está usted en clase o en los mundos de yupi?- le pregunta el profesor de Francés; le mira rápidamente, algo cortada.
- Yo... lo siento, Pierre- contesta avergonzada, mirando hacia abajo.
- "Ghishijjjj"- suena por la megafonía; suspira- "Por favor, Dana Blood debe presentarse en el despacho del director lo antes posible"- exige la voz del Director White; resopla y todos la miramos curiosos, sólo mira a Pierre.
- ¿Qué has hecho ahora?- le pregunta preocupado; se encoge de hombros y, él, suspira poniendo los ojos en blanco- Ve- accede dándole permiso para salir de allí; se levanta y camina en dirección a la puerta, echa un último vistazo a la clase... La miro bastante arrepentida. Se marcha y la clase sigue.

Cosas Que PasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora