XI

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Me dolía todo el cuerpo. Moví mi cabeza hacia la derecha, solo vi una pared. Giré hacia la izquierda, Steicy aún seguía dormida. Sin pensarlo dos veces, le acaricié el pelo. Me levanté un poco y miré la hora en mi celular. Solté un leve quejido al saber que eran las 6:23 de la mañana. Justo en ese momento, recordé que le había dicho el nombre de mi madre. Ella se sorprendió y me empezó a hacer un millón de preguntas, a las que contesté algo incómoda. Por último, le dije que guardara el secreto de mi madre. No quiero que los chicos actúen diferente conmigo o algo por el estilo.

-Creo que puedo confiar en ti- susurré, volviendo a acariciar el pelo de mi hermana.

Me senté en la cama y con los pies busqué las pantuflas azules de Angry Birds que me había regalado papá de cumpleaños. Fui hacia la habitación de Mery y Nelly y solo encontré a Mery durmiendo. Bajé hacia la cocina y ahí encontré a Nelly.

-Buen día- saludé con una sonrisa pequeña.

-Buen día- contestó antes de tomar un gran sorbo de chocolate caliente- ¿Qué haces tan temprano?-

-No podía dormir más- dije y la miré, a lo que ella me sirvió un poco de chocolate en una taza- ¿Y tú?- devolví la pregunta al mismo tiempo que me sentaba a su lado.

-Lo mismo que tú- me contestó. Yo asentí y tomé un sorbo de chocolate.

-Me gustaría preguntarte algo...-

-Adelante- dijo, con ojos expectantes.

-¿Por qué tú y Mery viven con mi hermana?- pregunté y luego algo hizo clic en mi cabeza- N-No es que... eh... diga que las quiero echar ni nada. Ustedes viven aquí desde antes que yo. Es solo que...-

-Nuestros padres son compañeros de trabajo- contestó ella, riendo un poco por la rapidez de mis palabras- Se puede decir que somos amigas desde que Steicy nació-

-Que suerte...- susurré con una sonrisa, por lo que Nelly me miró como si no entendiera- Me refiero a que ustedes la vieron crecer. Yo hubiese dado todo lo que tengo para poder verla aprender, crecer y ser feliz-

-Que triste...- susurró Nelly, tratando no ser escuchada por mí. No resultó.

-Sí, muy triste- dije terminando el chocolate- Pero... ahora podré estar con ella, al menos por poco tiempo-

Ambas sonreímos con tristeza. Sabía que no iba a durar tanto en esta casa. Miré de reojo el reloj. Las 7:15. Me levanté de la silla, fui hacia la cocina y lavé la taza que anteriormente había utilizado. Fui hacia la habitación de Steicy y la encontré utilizando su celular con emoción, pero lo escondió cuando me vio.

-¿Con quién hablabas?- pregunté sentándome a su lado.
-Con Alejandro- dijo y puso una sonrisa pícara.

-No quiero saber de qué hablaban tú y tu novio- dije para luego levantarme y buscar una toalla.

Me fui al baño y tomé una larga ducha de agua caliente. Salí del baño envuelta solo con una toalla y me encaminé hacia la habitación de mi hermana. Ella, al verme, tomó una toalla y fue corriendo al baño.

-¡Steicy, carajo!- esa era Mery. Al parecer ellas estaban esperando con ansias a que saliera.

Me vestí con unos Toms grises, una franela azul y unos shorts negros. Me arrojé en la cama para dormir un poco, pero los griteríos de esas dos locas me tenían cansada.

-¡MERY!- grité desde la puerta de la habitación- ¡HAY OTRO JODIDO BAÑO ABAJO!-

-Lo sé- me contestó ella y luego giró hacia la puerta de su habitación- Pero Steicy tiene mi jabón líquido y ella se atreve a desperdiciarlo todo-

-Luego te compro otro- dije con cara cansada. Me fui a la habitación para esperar a que las chicas se alistaran para subir las cosas.

Me volví a acostar en la cama y crucé mis brazos por debajo de la cabeza. Cerré los ojos por un momento y ya me encontraba en un profundo sueño.

Sabía que era un sueño, para ser exacta, un recuerdo. Por lo cerca que estaba del suelo, deduzco que en ese instante tenía más o menos 6 años. Mi madre estaba justo en frente de mí. Me explicaba cómo se pronunciaban algunas palabras en italiano. Cuanto me aburrían esas clases en casa. Era el día de mi cumpleaños, si no mal recuerdo, fue la primera vez que vi a papá.

-Bien, Nely. Ya puedes retirarte a tu habitación- dijo con voz fría mi madre- Tienes ensayo en unos minutos-

-Mamá... ¿Papá vendrá hoy?- oh, la inocencia.

-No lo creo. Sube y prepárate- dijo y empezó a caminar hacia su oficina personal.

-N-No...- susurré, pero fue lo suficientemente alto como para que ella lo escuchara. Mamá se dio la vuelta y me observó con aquellos ojos color miel de una manera tan fría y desafiante a la vez.

-¿Qué dijiste?- preguntó ella colocándose justo en frente de mí.

-¡D-Dije que no!- grité todo lo que pude- ¡Quiero ver a papá!-

-Tú... pequeña mocosa insolente...- dijo caminando hacia mí, pero yo retrocedía a cada paso que ella daba.

-¿M-Mamá?- susurré cuando estuve contra la pared.

-Te voy a enseñar modales- murmuró al mismo tiempo que levantaba su mano derecha y la hacía descender con rapidez en mi dirección.

Desperté de golpe. Estúpidos recuerdos. Deslicé el dorso de mi mano derecha encima de mi frente. Estaba sudando. Me levanté como pude de la cama y me dirigí hacia el piso de abajo. Pero, antes de eso, le eché un vistazo a mi habitación. Ya algunos de los muebles se encontraban adentro de esta. Bueno... al menos la cama y el armario. Bajé a toda velocidad y me encontré con los chicos sentados en la sala.

-Nely, que bueno que despiertas- dijo mi hermana- Tenemos que decorar la habitación según tus indicaciones-

-Sí... eh... ¿Ya van a llevar tus cosas también?- pregunté sentándome a su lado.

-Sí, los chicos estaban esperando a que despertaras- dijo y ellos asintieron.

Con una leve sonrisa, los encaminé hacia la parte trasera de la casa y cada quién ayudó a llevar algo. Luego de varias horas y algunos retornos para llevar todo a su sitio, terminamos. Yo propuse que pudiéramos algo de comer, pero todos optaron por salir y mostrarme la ciudad. Yo no me opuse.

Salimos caminando, ya que había un parque muy cerca de la casa. Ya ahí, fuimos a varios puestos ambulantes y pedimos cada uno un platillo diferente. Algunos optaron por hamburguesas, otros por papas y pollo y una señorita pidió un combo vegetariano de jugó natural, ensalada verde, una orden grande de papas y una hamburguesa vegetariana. *cof cof* Nelly *cof cof*

-¿Qué me ves?- me preguntó Nelly con el ceño un poco fruncido.

-¿No puedo ver al amor de mi vida?- dije y los chicos rieron un poco.

-Bueno, la cuñada me salió lesbiana- dijo Alejandro golpeando la espalda de Nathaniel. El pobre terminó escupiendo el refresco que se estaba tomando.

-oie zy, papuh- habló Bartolomeo en esa forma tan rara que siempre leía en Facebook.

Nelly y yo empezamos a reír como un par de hienas ahogándose en un río. Parece que competíamos por cuál se reía peor. Y yo iba ganando. Los chicos se reían de nosotras mientras que todos tratábamos de que no se nos cayera la comida. Estuvimos así todo el día. Fue genial. En uno de esos momentos, una imagen fugaz de mi madre me hizo quedar seria. Pero no le dí mucha importancia. Seguí con la hermosa felicidad que me rodeaba en el presente y no en el oscuro pasado que me esperaba de vuelta en la casa de mi madre...

Viviendo Con Mi HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora