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Cuando abrí los ojos, ya el sol estaba en todo su esplendor. Seguramente ya era medio día. Me volví a acostar, acurrucándome entre las sábanas y abrazando a mi gato de peluche. Me sentía cansada. Ayer habían traído todas las cosas, pero dije que las subiríamos en la tarde.

-¡Nely! ¡Despierta, perezosa!- gritó mi hermana entrando a la habitación. Yo tomé un zapato y se lo arrojé. Un golpe seco me hizo saber que le había pegado justo en la cabeza. Adoro mi puntería.

Sentí como se subían a mi cama y me abrazaban. Steicy a veces podía parecer una cachorrita o algo así. Le acaricié el pelo y sonreí ante su leve risilla.

-Vale, estoy despierta. ¿Qué pasa?-

-Primero...- dijo y me golpeó en el hombro. Me quejé un poco- y segundo: tenemos que organizar tu habitación-

-No quiero...- dije y me volví a acomodar para dormir.

-Vamos~ Tenemos mucho que hacer~- dijo empujándome fuera de la cama.

Caminamos hasta la cocina, en donde los chicos ya estaban almorzando. Me froté los ojos con pereza y fui a la cocina para sacar cereal y la leche.

-Oye...- me llamó mi hermana quitándome la leche de las manos- Es medio día, come algo acorde a la hora-

-Devuelve eso- pedí extendiendo mi mano hacia ella.

-No- me contestó guardando el producto en el refrigerador- Siéntate en la mesa y come algo-

Gruñí en señal de desacuerdo. Me fui hacia la mesa, me senté en una de las sillas vacías y empecé a comer el cereal sin la leche. Steicy me miró con advertencia en sus ojos, pero la ignoré olímpicamente. Sentí que alguien me arrebató el cereal de las manos, y no era mi hermana.

-Steicy, trae la comida de Nely- pidió Mery guardando el cereal en no sé dónde.

-No quiero- me levanté y empecé a caminar hacia las escaleras, hasta que la voz de mi hermana hizo que me detuviera.

-Que mal... ¿Qué haré ahora con estas papas fritas con queso derretido?- dijo ella en tono "triste". La miré unos segundos, los chicos rieron ante mi acción. Odio a papá. Le dijo que me gusta eso...

-Vale, ya voy- dije y caminé hasta la mesa. Los chicos volvieron a reír- ¿No tienen nada mejor que hacer?- pregunté con el ceño levemente fruncido.

-No- dijeron los chicos.

-Mi loca, tu booty se te ve hermoso con ese pijama- dijo Bartolomeo haciendo movimientos raros con las manos. Pero no pude evitar reír cuando Alejandro lo golpeó en la cabeza.

-Quieto, que ella es de Nathaniel-

Dejé de reír de golpe. ¿WTF? ¿Tres días y ya me estaban emparejando con Nathaniel? Solté un quejido de vergüenza y miré a mi hermana con ojos suplicantes. Entendió de inmediato. Creo, ya que fue a la cocina. Me acomodé en la silla y miré de reojo al rubio del grupo, provocando que nuestras miradas chocaran. Alejé rápidamente la mirada y la posé en Steicy, que venía con un plato lleno de papas y queso.

-Las cosas están en la parte trasera se la casa- comentó mi hermana mientras yo empezaba a comer- Pintaremos tu habitación hoy, y mañana subiremos los muebles-

-Me parece bien- dije con una sonrisa. Los chicos fueron por la pintura, mientras yo terminaba de comer.

Cuando dejé el plato vacío, fui hacia la cocina y lavé lo que había ensuciado. Subí rápidamente a mi habitación, tomé una toalla y me fui a duchar. Pocos minutos después ya estaba en mi habitación, buscando algo que ponerme. Opté por unos shorts viejos, una camiseta larga y unas sandalias. Abrí la puerta y encontré a los chicos esperando fuera de la habitación. Los dejé pasar para que sacaran la cama y el pequeño armario. Ya afuera, las chicas entraron, yo sonreí y les mostré una de mis maletas. La más grande de ellas.

Viviendo Con Mi HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora