XIII

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Dos semanas. Dos jodidas semanas habían pasado. El tiempo vuela muy rápido. En todo ese tiempo fuimos a comprar videojuegos, salimos algunas veces en la noche, y hasta hicimos pijamadas donde vimos películas de terror, románticas y comimos muchas palomitas y helado. Me sentía fatal. Solo me quedaba una semana aquí. Que tontería. Hoy, 13 de febrero, hacía un calor infernal. Son las 1:45 de la tarde. Me estaba aburriendo y el calor no ayudaba para nada.

Mery salió con su hermana a preparar algunas cosas para el festival. Bartolomeo nos avisó que Ronaldo tuvo un pequeño problema, por lo que tuvo que ir de inmediato a ayudarlo. En la casa solo estabamos Steicy, Alejandro, Nathaniel y yo. Estábamos todos en el jardín, justo debajo de un gran árbol. Steicy estaba leyendo, Alejandro durmiendo con la cabeza en las piernas de ella, Nathaniel estaba tarareando una canción mientras la escuchaba con sus audífonos y yo estaba dibujando las mariposas que delicadamente descendían en las flores que estaban cerca de nosotros.

-Estoy aburrida- dije sin apartar la mirada de la libreta.

-Ya es la trigésima vez que lo dices- dijo Steicy hojeando otra página de su libro.

-¿Y?- refunfuñé, arrojando la libreta hacia el césped.

-¿Qué pasa?- preguntó Nathaniel quitándose los audífonos.

-Está aburrida- contestó Steicy sin dejar de leer su libro.

-Como cada uno de nosotros- dijo el rubio recostándoce en el tronco del árbol.

-¿Qué tal si hacemos postres de chocolates?- propuso Steicy de pronto- Acabo de leer eso en este libro y se ve que es divertido-

Nathaniel y yo nos miramos con algo de duda en los ojos, pero luego aceptamos. Steicy empezó a tocar a Alejandro en la mejilla para poder despertarlo, pero no lo logró. Tomé mi libreta y se la arrojé en la cara al moreno. Él se despertó de golpe, levantándose bruscamente, mandando a volar mi libreta.

-¡MALDITA AZAROSA!- gritó mientras se levantaba.

Tomé mi libreta y empecé a correr hacia la casa, siendo seguida por Alejandro. Vale, si me atrapa me mata. Abrí la puerta y subí lo más rápido que pude las escaleras. Me atrapó en el último escalón y ambos rodamos un poco hasta estar en frente de mi habitación boca abajo. Steicy y Nathaniel llegaron a nuestro lado y nos ayudaron a levántarnos. Miré a Alejandro y no pude evitar reírme. Él hizo lo mismo.

-Vale, a hacer los postres- dije caminando hacia las escaleras.

Bajamos hasta la cocina, ahí cada uno tomó un delantal y se lo puso. Tomé un delantal, el cual combinaba con mi vestido blanco. Steicy se veía muy bien con su vestido negro y su delantal rojo. Y bueno... Los chicos se tuvieron que quedar con los delantales rosados. Busqué con en mi celular los ingredientes para hacer los postres, Nathaniel fue a poner música en el altavoz de la sala y Alejandro ayudaba a Steicy a bajar los moldes de las alacenas.

Fui hacia la nevera y saqué leche, huevos, mantequilla, bombones de chocolate y fresas. Fui hacia las alacenas y saqué el azúcar, el cacao en polvo y la canela. Coloqué todo en la meseta y los chicos se colocaron a mi lado. Nathaniel trajo algunos tazones para mezclar los ingredientes.

-Bien, vamos a empezar- dijo Steicy con entusiasmo.

Alejandro empezó a moler la canela, Nathaniel estaba bailando como un subnormal a mi lado, Steicy colocaba algunos ingredientes en uno de los tazones y yo estaba a punto de romper el cascarón de un huevo, pero... la vi. Ahí estaba... había una araña en la esquina de la meseta. Me paralicé y todo mi cuerpo empezó a temblar violentamente mientras soltaba un grito de miedo, pero mi grito no estuvo solo porque pude escuchar como Steicy también gritaba.

Viviendo Con Mi HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora