XVI

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Mamá aún me sujetaba con fuerza por el brazo. Me estaba haciendo daño. Papá se colocó al lado de nosotras, al igual que los chicos. Noté como ella miraba a cada uno de los muchachos hasta que sus ojos se detuvieron en Steicy. Ambas fruncieron el ceño.

-Pensé que estarías en un campamento de un mes- comentó mamá con voz fría pero enojada.

-Bueno...- empecé a hablar pero ella me interrumpió bruscamente.

-¡No pensé que vinieras a quedarte con esa... esa bastarda!- escupió mi madre con odio. Vi como Mery y Alejandro tomaban ambos brazos de Steicy para que ella no se arrojara encima de mamá. Me solté de mamá y la miré con el ceño fruncido.

-¡ELLA NO ES UNA BASTARDA!- le empecé a gritar- ¡ELLA ES MI HER...!- un ardor recorrió mi mejilla derecha al instante. Un dolor punzante apareció en ese lugar y, con delicadeza, coloqué mi mano ahí.

-¡Laura, no golpees a la niña. No tienes el derecho de hacerlo!- bramó papá, colocándose delante de mí para protegerme con su cuerpo.

-Es mi hija- dijo ella muy seria- Puedo hacer lo que se me pegue la regalada gana con ella- esta vez se escuchó como si se estuviera refiriendo a un objeto.

-Tenerla como esclava y golpearla tanto como quieras no es tratarla como una hija- le reclamó papá ya fuera de sus casillas. Me encogí un poco al notar la mirada de los chicos en mí.

-El día que te fuiste para cuidar a tu bastarda, me diste a entender que no te importaba lo que le pasara a Nely-

Ya estaba sintiendo vergüenza por la mirada de las personas que se detenían para presenciar la discusión de mis padres. Muchos murmuraban cosas que no eran, mientras que otros acertaban a medias.

-¿Esa no es la dueña de la revista The Golden Rose?- escuché que dijo una chica.

-Así parece- contestó otra.

-Papá siempre me llamaba...- susurré aún detrás de él. Mamá me miró con ojos asesinos.

-No te metas- dijo ella con voz dura.

-¡SUÉLTENME!- gritó Steicy a nuestro lado. Se me había olvidado que aún la tenían sujeta- ¡ESPEREN A QUE ENCUENTRE UNA JODIDA SARTÉN!-

Mamá miró con indiferencia a mi hermana y luego a papá- ¿Esa es la educación que le das a tu bastarda? Es una mala influencia para Nely- si ella supiera que a veces soy hasta peor que Steicy.

-La educación de STEICY es ejemplar- le reclamó papá más que furioso. Mamá ignoró olímpicamente a mi padre y me sujetó del brazo.

-Iremos por tus cosas- ordenó ella sin mirarme.

-P-Pero...- mamá levantó su mano derecha, por lo que tuve que quedarme callada.

-Laura- la llamó mi padre- Deja que la niña elija con quién quedarse-

-No- contestó mamá mirando a papá por encima de su hombro y luego empezamos a caminar hacia el estacionamiento.

Fijamos rumbo hacia la casa de papá. El silencio durante el camino fue más que insoportable. Llegamos y caminamos hasta la puerta principal. Abrí con la copia de la llave que me había dado Steicy y subimos hacia nuestra habitación. Tomé todas mis cosas y las coloqué en mis maletas. Luego de empacar casi todo, me quedé mirando fijamente el peluche que me había regalado Nathaniel.

-Puedes traerlo- escuché decir a mamá. Al parecer se había dado cuenta de mi mirada.

Sonreí con tristeza y coloqué el gato de peluche en mi mochila y bajé junto a mamá a la sala. Todos estaban reunidos, algunos con rostros tristes y otros con miradas asesinas. Mamá caminó hasta salir de la casa, dejándome un poco de espacio y tiempo para despedirme de los chicos.

Viviendo Con Mi HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora