Alice le tomo la medida perfecta de la camisa de Justin, una camisa blanca que le hacia resaltar el cuerpo fornido de la superestrella. Era ella quien diseñaba toda ropa que el usaba en cada una de sus presentaciones publicas. Lo miro seriamente y le sonrío. El parecía estar en otro mundo.
-¿No te gusta esta camisa? – le pregunto. El alzo la mirada.
-Si me gusta ¿Por qué?
-Es porque tienes esa mirada. Parece que no estás muy feliz
-Es que estoy pensando en algo, pero no es nada importante - ella sonrío.
-Entonces ¿Cuándo planeas usar esta ropa?
-Voy a llevarlo en la fiesta de lanzamiento de la revista de Alan ¿No iras tu también?
-No – respondió - ¿Por qué debería ir? – Justin bajo la mirada y miro un poco más la camisa que llevaba puesta, cuidando cada detalle – por cierto – comento Alice de pronto – Me voy a ir a New york a estudiar.
Esta noticia cogió a Justin desprevenido. Levanto su vista de pronto y la miro seriamente.
-¿Por qué así de repente? - Pregunto
-No es de repente, he estado pensando en ello hace un tiempo.
-¿Cuándo vas a volver?
-No estoy segura. Quizás no vuelva
Salió de la tienda desorientado. ¿Alice se iría? ¿Era posible eso?
Pensó detenidamente dentro de su auto Y se sintió triste. El nunca había tenido el valor para decirle lo que en realidad sentía. Pero ¿Debía hacerlo?
Dio un suspiro y se dirigió a una joyería. Él lo haría, definitivamente tenía que hacerlo. Compro en la joyería “Trivial” Un anillo de diamantes.
“En casa, Jane”
Después de limpiar el baño, lo primero que hizo fue buscar lápiz calculadora y un papel. Tenía importantes cuentas que sacar.
-Suponiendo que me pague 3000 pesos la hora – se dijo anotando en el papel - y Me levanto a las 6 de la mañana y trabajo hasta la cena – empezó con sus dedos a contar cuantas horas trabajaba al día - son 13 horas, eso equivale a 39.000 un día de trabajo, el pasaje de avión y el hotel costaron 1.980.000 – hizo su cuenta mentalmente y quiso morir!
-¡Dios! – Gritó – Son 51 días ¡Que alguien me mate! – tener que trabajar para el rey narcisista por 51 días era terrible.
En ese instante sonó el timbre de la casa.
-¿Quién es? – se dijo internamente, la mentándose aun por tener que trabajar por casi 2 meses para Justin.
-¿Esta Jane schmied? – pregunto un señor mayor cuando Jane abrió la puerta, Era un mensajero.
-Soy yo
-correo certificado para usted – siguió el con una sonrisa – por favor firme aquí – le paso un papel y un sobre mediano. Jane lo tomo
-¿Un correo certificado? ¿De qué? – pregunto, pero solo basto con mirar el sobre y el titulo para aterrarse completamente, decía “Crédito Aprobado”
¿Credito? ¿Cuándo ella había solicitado uno? Rápido se cambio de ropa y se dirigió hacia el banco que casualmente, era el banco en donde trabajaba su “Amigo Neal”
- todo estaba a su nombre, señorita – respondió el hombre del banco cuando Jane intento explicar toda la situación pero, como ella lo sospecho, el culpable de este nuevo engaño, había sido el desgraciado de Neal - No hay nada que podamos hacer.