maraton 8/10
“Fiesta” << Parte dos>>
Justin se acomodó la camisa y bufó al instante, intranquilo, con cierto deje molestia camuflada en aquella expresión de serenidad que su rostro trasmitía. Estaba seguro de que no lo había invitado. ¿Qué carajos estaba haciendo él allí entonces? Miró a la castaña y chasqueó sus dedos silenciosamente para mantenerse firme. Tenía las palmas sudadas. Lo que era peor. Estaba adquiriendo esa certeza de que ella tenía mucho que ver con la presencia de Alan allí.
Y todo estaría bien, si no estuviera sintiendo una presión leve en su pecho con la sola idea de tenerlo allí, si no estuviera sintiendo la sangre acelerarse por sus venas lenta, pero con seguridad.
¿Cómo hacía para controlar esa cosa caliente que se le estaba subiendo a la cabeza, como si él fuera una llama y se encontrara cerca de un tanque de gasolina? ¿Cómo exactamente podría llamarle al sentimiento? ¿Celos?
La única verdad de la que estaba seguro era que no quería que Alan estuviera allí. No lo quería verlo cerca de Jane porque temía de lo que pudiera sentir.
¡Que mierda!
Alice… - Murmuró mentalmente - tenía que pensar en Alice. Estaba cerca de ella. Ella era quien le importaba. No Jane, con su estúpido cabello suelto que desprendía un olor a maracuyá que lo despistaba, No Jane, con sus espantosos ojos cafés que lo hacían perderse apenas se encontraba con su brillo. No ella, Con su estúpido novio, cerca.
Respiró hondo y se dio cuenta de que muy a su pesar no podía sacársela de la cabeza puesto que en ese mismo instante la estaba mirando, a ella, a la misma chica con estúpido cabello suelto y espantosos ojos cafés que lo enloquecía. Y lo hacía perder su orgullo y su control.
Sobre todo esto último.
Ella tenía sus ojos puestos en Alan de una manera tan significativa, profunda, que su corazón se apresuró a latir. Lo estaba mirando fijamente a los ojos, como si estuvieran compartiendo algún tipo de mensaje secreto que solo ellos dos comprendían y lo excluía completamente. Lo hacía sentirse el tercero en la sopa. ¿Acaso no lo era? Su corazón aumentó el ritmo cardiaco sin poder pararse. Ahora el sentimiento era peor. Y le estaba comprimiendo el cerebro.
-Alan – dijo Jane Sorprendida. Aunque con un dejé de alegría en su voz. Golpe bajo. Justin. Y dolió bastante.
-¿Cómo estás? – preguntó él. Ella se decidió a sonreírle.
La sonrisa le iluminó el rostro lo que la hizo más hermosa y Justin odió que aunque él estuviera allí, ella estuviera sonriéndole a otro ¿Cómo era posible que para Alan tuviera aquella expresión, aquella mirada y aquella sonrisa y para él solo insultos? Se mordió el labio fuertemente y respiró profundo, intentando alejar en vano esas ganas de golpear a alguien que se habían metido en su cuerpo de improviso. Si, quería golpear a alguien y ese alguien estaba muy cerca.
Por primera vez en su vida, se encontró con el hecho de que la ira que lo socorría no era causada debido a lo que Alice sintiera por Alan, si no por una causa completamente distinta que se debía a ella. Una causa que lo hacía sentir una horrible sensación de curiosidad sobre lo que Jane estuviera pensando en ese momento respecto a Alan.
Su corazón de pronto se paró. Apaciguando los latidos.
¿Estaba ella realmente enamorada de él?
La idea nunca antes había sido tan espantosa.
Dejó escapar un poco de aire. Su corazón volvió acelerarse y ahora no podía controlar su ritmo.
Tenía miedo. Esa era la verdad. ¿Podías sentir miedo de perder algo que nunca has considerado tuyo?
