capitulo 88

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“Cerca y Lejos”


-¿Hola? 
Del otro lado de la línea, con un agudo pitido, Justin pudo escuchar el débil ruido de una canción de ascensor seguido de la interferencia de un quejido y eco, dejando en el fondo de la línea la vaga sensación de que había alguien que llegaba retrasado para hablar y se lamentaba. Se quedó en silencio extrañado.
-Hola – Contestó una mujer. Él frunció el ceño. Siguió callado. - Habla Kathelyn Kaliee – siguió ella - procedente de la nueva empresa de televisión Satelital alemana “Froteire” ¿Con quién tengo el gusto?
¿Froteire?
Justin esbozó una risita irónica, incrédula y colgó el teléfono de sopetón irritado ¿Kathelyn… que? ¿Una empresa de televisión? Negó con la cabeza para sí mismo y sonrió de mentiras. A veces se preguntaba si es que era casualidad o mero destino que cosas extrañas le pasaran cuando decidida hacer cosas que no estaban en sus planes. Miró el teléfono que reposaba en sus manos aun y otra sonrisa cínica se le escapó de los labios ¿Una nueva empresa de televisión llamaba justo el día en que él decidía ir a una casa que había estado vacía por semanas? 
Era casualidad, lo sabía, pero que jodida suerte para amargarle el rato.
Escuchó el teléfono sonar de nuevo y lo colocó sobre la mesita con la superficie de vidrio ignorando los timbres que siguieron por los próximos minutos. De lo que menos tenía ganas era de mantener una conversación sobre la calidad de su televisión por cable. Odiaba esas llamadas. Además parecía mentira que aun después de mes y medio sin pagar la factura del teléfono todavía recibiera llamadas. 
Se dejó caer sobre uno de los sillones llenos de polvo y un flechazo inesperado, uno que traía consigo la imagen de Jane dormida – y enferma - sobre ese mismo sillón en el que se había sentado le pasó por la cabeza de volada. Jane. Con amargura mencionó su nombre bajito y recordó ese día. La primera mañana que había despertado en la casa, como único dueño, y la había encontrado a ella dormida afuera, enferma. Un retorcijón en el estómago, parecido al que se siente cuando vas en caída de una montaña rusa, hizo presencia en él revolviéndole la bilis. El polvo del sillón se le metió en la nariz y estornudó. Y ahora el retorcijón no lo sintió en el estómago sino en el pecho.
Como una diminuta grieta.
Aguantó el peso de su cuerpo apoyando los codos en las rodillas y con una falsa sonrisa se maldijo a sí mismo ya que imágenes que había decidido mantener lejos de su presente, de su cabeza, y sobre todo fuera de sí mismo, llegaron a él como una lluvia primavera. De improvisto. 
Recordó a Jane en aquel avión, cuando la vio por primera vez con su cabello alborotado y una sonrisa. Como siempre. Una sonrisa. Y su actitud cálida. Recordó también el día de su matrimonio y la luna de miel. A Jane peleándole todo el tiempo y a su estúpido baile de pollo. A su estúpida voz, a su estúpida calidez y a su estúpida piel, tan suave como su estúpido olor a maracuyá. Recordó a su estúpido tacto, y a su primer beso también. Luego al segundo, el que había pasado justo en ese sofá y que había conllevado a su primera vez en la intimidad.
La primera vez en que había hecho el amor. 
Recordó… y la silueta de ella perdiéndose por la puerta VIP del aeropuerto con Alan y alejó cualquier buen recuerdo de su mente, plasmando en su lugar una fina línea de dolor que se desplazó hasta su rostro. 
Sintió los ojos escocerlo. Sintió que un nudo se hacía en su garganta y que se rompía.
Ni siquiera el día en que ella se había marchado lloró. Ni siquiera ese día en que sintió que un agujero negro succionó todo a su alrededor, le dio un giro y lo dejó en el vacío, lloró. Sus ojos no se humedecieron. Incluso aunque su pecho fue abierto y su corazón fue extirpado, las lágrimas no bajaron por sus ojos. En cambio ahora, después de que había pasado un tiempo, sentía como si el peso de todo lo que se había guardado en esas semanas se le viniera de golpe y lo sucumbiera por completo, haciéndolo caer…
Pero los hombres no lloraban. Y él tenía claro que la debilidad se reflejaba a través de las lágrimas, por lo que no se permitiría a si mismo hacerlo. Él era un hombre… los hombres no lloran.
Maldijo en voz baja mientras una gota salada le bajó por la cara y tragó gordo, liberando el nudo de su garganta y limpiándose la lagrima silenciosa de su mejilla.
Aun así, el ardor que sentía en su pecho no se detuvo.
El último día en que había sentido la garanta tan seca y esa sensación de debilidad en su cabeza, había sido hacía bastante tiempo. Cuando su hermana Avalanna había muerto.
¿Por qué ahora? 
Odiaba el hecho de sentirse tan débil y de que su coraza hecha de un fino y delicado cristal se cayera pedacitos dejándolo indefenso.
Su límite se había sobrepasado, ya no podía más con aquel sentimiento.
La amaba maldita sea. Para su ganancia o perdición estaba pendejamente atado a Jane y mierda y jodida su suerte, no podía olvidarla.






***




Jane colgó el teléfono después de marcar por cuarta vez y se dejó caer en la cama dada por vencida. Había llamado a su casa con la intención de que nadie contestara el teléfono y lo sabía. Pero se sentía decepcionada de no haber obtenido respuesta.
Quizás esperaba que él le contestara aunque sabía que era imposible, Quizás su subconsciente lo deseaba aun cuando ella se negaba a dar crédito de verdad a eso. Dejó el teléfono en la cama para ponerse de pie con cuidado e ir al balcón de nuevo. Estaba hecha un completo y fastidioso drama fatídico de confusión que la llevaba poquito a poco en al limbo. A veces deseaba tanto desaparecer o al menos que todas las personas a su alrededor se olvidaran de ella. Sería tan fácil regresar a su vida normal de ese modo. Sería… imposible hacerlo. Cuando llegó al balcón tiritó de frio debido a la brisa de las 12 de la madrugada que le pegaba en la piel. Sus pies descalzos sintieron la baldosa lisa fría en sus plantas y los bellos de su cuerpo se rizaron al contacto. Sin embargo Jane permaneció allí fuera apoyada en la barandilla del balcón. 
El frio empeoró pero los ojos de la castaña estaban ya perdidos en el vacío - oscuro con puntos tintineantes - de la ciudad. 
Justin – pensó mirando aquel vacío, luego rápidamente negó con la cabeza y esbozó: Alan.




***



Jane miró el reloj sobrepuesto en la mesita de noche que estaba lado de su cama apenas abrió los ojos. Dio un saltó de golpe al ver la hora que marcaba el aparto y casi se atraganta con su propio grito de sorpresa. Eran las 9:45 de la mañana. Mierda ¡Era tardidisimo para ella!
Se levantó de la cama a trompicones largos y se metió en la ducha. El agua fría la despertó por completo y también le inmovilizo los huesos. ¡Qué suerte! Arreglar la temperatura de la calefacción le tomaba minutos y debía de haber estado en la oficina hacía casi una hora.
Alan… Alan iba a… malinterpretarlo todo. Y por cómo estaban las cosas posiblemente no hacía falta que ella hiciera nada para que él se molestara. Ya había hecho bastante.
Después de enfundarse en un vestido azul marina holgado que le daba a la rodilla y dejarse el cabello en una coleta cualquiera salió del apartamento apurada. Solo le tomó 15 minutos llegar a las oficinas Muller en taxi y solo dos más para estar frente a la puerta de donde seguramente Alan ya estaría arreglando alguna diligencia o simplemente buscando noticias.
Noticias…
Se sintió impávida entonces al pensar en eso y apretó los puños en la tela resbaladiza del vestido.
Sentirse nerviosa no era una opción que pudiera elegir, así que tomó aire y empujó la puerta, decidida.
La puerta de la oficina se abrió de sopetón y Jane rechinó los dientes encontrarlo justo detrás del escritorio, con una expresión dura en el rostro mirando la pantalla de un portátil rojo.
El fuerte arrebato de determinación que la había impulsado antes se había esfumado y se sentía como mosco en leche parada en toda la entrada de la oficina.
Vale, puede que no hubiera pensado muy bien antes de entrar y que tenía que corregir ese defecto suyo de ser tan impulsiva pero ¿Acaso era tan estúpida como para olvidarse de que no tenía nada que decirle a Alan Aún? Encima ¿De qué había llegado tarde? Y de que muy seguramente el pensaría que lo estaba evitando.
¿Acaso podía fregarla más? 
Sintió que su corazón se detuvo cuando Alan la miró fijamente y un impulso de dar marcha atrás la socorrió pero se detuvo al mirarlo también. El cabello negro le caía en la cara y Jane pudo notar que tenía los ojos cubiertos por ojeras, lo que le decía que quizás ella no había sido la única que había tenido una mala noche. Se mordió el labio apartando la expresión de “No saber que hacer” que tenía tatuada en el rostro y dejó escapar un poco de aire antes de llegar frente a él en el escritorio.
Él estaba viéndola de aquella manera tan profunda y… mordaz que la cohibió, haciéndole difícil el hecho de sobrellevar la situación, sobre todo porque no tenía nada que decirle respecto a lo que había pasado con él justo en esa misma oficina la noche anterior.
Sus ojos hicieron un contacto visual bastante incómodo al momento en que ella estuvo lo bastante cera de él, lo suficiente como para percibir su olor. Jane colocó sus manos en el respaldo de una silla del otro lado del escritorio de Alan y en ese momento él le apartó la mirada. Se llevó el brillo de sus ojos negros hacía la pantalla del computador otra vez intentando no mirarla puesto que aún no sabía si estaba molesto con ella o con él mismo por haber perdido los estribos de aquel modo.
Sabía que eso no era bueno, perder el control por una mujer no podía ser bueno.
Jane permaneció callada frente a él e iba a decir algo cuando el habló. La sorpresa apareció en l rostro de la castaña.
-¿Estas bien? - Ella miró a Alan y notó que la expresión en sus ojos había cambiado. Parecía menos mordaz y más como era él normalmente. Jane Hizo de sus labios una línea y apretó sus dedos sobrepuestos en el respaldo de la silla que estaba frente al escritorio. No dijo nada por lo que Alan agregó - quiero decir ¿Has pasado una buena noche?
Ella recordó la forma en que él la había mirado la noche anterior antes de que él se marchase tras dejarla en la puerta de su edifico y la forma en que la miraba ahora. Se sintió peor. Jamás pensó que eso de las relaciones podía ser tan complicado.
-Lo más que pude – le respondió - ¿y tú? 
-Supongo que igual.
Alan volvió los ojos al portátil y tecleó algo en él, luego apareció la pantalla del Hotmail en su inicio.
Cuando regresó su vista a Jane se dio cuenta de que ella había reunido el valor necesario para moverse y estaba de pie a un lado suyo. Lo miraba extrañada ¿Acaso él no iba a decir nada más respecto a… lo que casi pasa? ¿Acaso él no iba hablar más del tema? Se preguntaba si él iba a simplemente dejarlo pasar.
-¿Por qué llegaste tarde? – Le preguntó. Ella se sobresaltó. – Digo, no es que sea común en ti. 
Alan frunció los labios y ella se apresuró a responder.
-Es que me quedé dormida - Dijo. Tenía toda la intención de dejar claro que no lo había llegado tarde por estar evitándolo. Por si eso era lo que en algún momento se le había pasado por la cabeza. – Me acosté muy tarde ayer. – Agregó y Apenas lo dijo se arrepintió. Él la miró entonces y ella bajó el rostro. Esta vez, Alan lo dejó pasar. No quería presionarla. No otra vez.
Un silencio corto reinó durante unos minutos luego Alan la miró.
-Anoche le mandé la versión final del guion a Zayn – Le anunció - Voy hablar con él ahora mismo.
-¿Eh? 
Jane abrió los ojos sorprendida y por poco se atraganta con su propia saliva. Miró a Alan al instante y enarcó una ceja. 
-¿Qué hiciste qué? 
Alan miró la pantalla del computador sereno. 
-Era la única manera de hacerlo, si seguía dejándolo en tus manos seguirías encontrando errores en cada revisión que le hacías. Te lo he dicho, tal cual esta, está perfecto.
-¡Alan! 
Jane se cruzó de brazos frente a él y lo miró mordiéndose el labio.
-No es un juego, es mi primer trabajo importante.
Alan se permitió sonreírle y Jane negó con la cabeza confundida.
-¿Acaso estás jugando con esto?
Alan negó con la cabeza.
-¿Crees que soy una persona de juegos?
Jane negó con la cabeza.
-Calma ¿Vale? - Jane descruzó sus brazos al escucharlo poco tranquila – No veo el porque te pones así. Estará bien.
Ella no dijo nada. El en cambio sí.
-Mira -Aludió sereno mirando la pantalla del portátil – Me está llamando justo ahora.
-¿Y qué? – respondió ella desganada. Había pensado en hacerle un retoque más o dos y ahora… 
De repente una pregunta cruzó por su mente ¿Y si a Zayn no le gustaba el guion? Mierda. No había pensado en eso.
-¿Y qué? - repitió Alan. La sacó de sus pensamientos. -¿Quieres que se dé cuenta que estas aquí conmigo? – Alan sonrió para si - Digo ¿Quieres que sepa que eres quien escribió el guion? 
Hubo un silencio corto y Jane sintió que las mejillas le ardían de la vergüenza. Se llevó las manos a la cara y no pudo evitar reír al darse cuenta de su imprudencia. Claro, Iban hablar por Skype, era una video llamada. Era sumamente una tonta.
Alan volvió a reír. 
-Siéntate en la silla en frente – Le dijo con voz aguda, relajando el rostro. Por un momento Jane sintió como si nada hubiera ido mal entre ellos – así nos escucharas y él no te verá.
Ella asintió. 
Una vez se hubo sentado en la silla de enfrente Alan aceptó la solicitud de la video llamada.
El ruido de fondo que se escuchó en la oficina que había estado silenciosa hizo saber a Jane que la llamada ya había empezado.
Era él: Zayn. Escuchó su voz cuando Saludó a Alan.
-¿Cómo has estado? – Alan permaneció en silencio mientras Zayn hablaba.
-¡Como loco! – Zayn casi gritó – Me he leído todo el guion en unas cuantas horas y ¡No puedo esperar verlo en película! – Jane sonrió detrás del escritorio al escucharlo. Alan también.
-Lo ha escrito una persona con gran capacidad, Zayn. 
-Ya lo he notado – Zayn se acercó a la cámara y se pasó las manos la cabeza - ¿Cuándo me dejaras conocer a ese guionista, eh?
Ahora Alan fue el que sonrió.
-Cuando vengas a los Ángeles y empieces a grabar, por supuesto.
-Perfecto entonces – le dijo – porque lo más probable es que el sábado por la mañana este tocando la tierra californiana.
El pelinegro levantó una ceja y volteó a ver a Jane. Sorprendido, pero de forma positiva.
-Te esperaba en dos semanas.
Zayn dejó caer las manos de su cabeza y se reclinó en el respaldo del mueble en el que estaba sentado.
-Si el guion ya está listo – Se explicó - y los actores dispuestos ¿Para qué esperar? - dudó un poco y luego habló - No puedo esperar por el ver a quien escogí como actor principal haciendo el papel – Alan notó que Zayn soltó una risotada cómplice y desviaba a mirada como viendo a alguien que estaba cerca y volvía sus a ojos a él luego. Le picó la curiosidad
-¿Y quién será? – preguntó. Zayn negó con la cabeza.
-Lo conocerás cuando llegue a los Ángeles y empiece a grabar, por supuesto. 
Con una sonrisa en los labios Zayn desconecto la llamada y Alan cerró el computador. 
Jane tenía una sonrisa en los labios y el corazón le palpitaba dentro de la misma sorpresa y satisfacción.
-¡Le ha gustado! - Exclamó poniéndose en pie conteniendo las ganas de gritar. Alan asintió encaminándose había ella 
-¡Te dije que podías hacerlo! – le dijo cuando estuvo frente a ella y rodeó su espalda con los brazos, abrazándola. Jane aspiró el perfume suave de su camisa y lejos de preguntarse si al final é había decidido olvidarse de su desplante, decidió dejarlo atrás también y le correspondió el abrazo pasando sus brazos los el torso de Alan, ya que, después de todo, él siempre había confiado en ella y aunque aún no lo amaba, era su amigo y lo apreciaba. Mucho. 



***





Zayn cerró el portátil sobrepuesto en sus piernas y le dedicó una sonrisa a Justin que lo miraba divertido sentado frente a él en uno de los muebles de su apartamento. Él frunció el ceño fingiendo seriedad.
-No veo porque quieres verme haciendo ese papel – le dijo al ojos oscuros – Nada mas Zayn – agregó - Nada más espero que no me hagas hacer un papel de Gay porque hay sí que te haré ser mi actor pareja.
Ambos soltaron una carcajada y Zayn dejó el portátil a un lado. Se encaminó hacía Justin cambiando de improvisto su expresión y para cuando se sentó junto a él. Ya no estaba riendo.
Parecía más una persona preocupada que feliz. Justin se preguntó que le pasaba.
-¿No te molestara trabajar cerca de él? – Le soltó entonces. Y el rubio obtuvo su respuesta. Así que se trataba de eso – Me refiero a Alan. Después de todo lo pasado… ¿No te será difícil verlo? - Justin tensó la mandíbula y se irguió en el mueble tratando de ocultar su incomodidad. No había pensado en eso. En que sentiría al ver a Alan. ¿Qué le partiría primero, la cara o las piernas? Se rió. Sabía que no podía hacerlo.
-No voy a trabajar con él, Zayn – Justin lo miró y pasó sus manos por la cabeza en un gesto indiferente. - ¿Por qué mejor no me haces un favor y cuando hables con él otra vez le preguntas por Jane? 
Zayn frunció el entrecejo de inmediato y casi creyó haberlo imaginado ¿Justin pidiéndole algo como eso? Negó con la cabeza. 
-No me meto en sus asuntos personales. Justin – respondió - él sabría que solo pregunto para decirte a ti.
Justin se mordió el labio.
-Solo quiero saber cómo esta, Zayn ¿No podrías hacerlo por una vez?
Zayn se quedó en silencio. 
-¿Estás seguro de que ellos están juntos?
El rubio arqueó una ceja.
-Por supuesto - Zayn hizo de sus labios una línea -¿Por qué? – agregó Justin al ver su expresión 
-Es solo que he estado en los Ángeles – Zayn se encorvó un poco y miró al piso - y nunca lo he visto acompañado de ella. No digo que no estén juntos, juntos, 'pero es raro ¿No?
Justin sintió nuevamente el retorcijón en su estómago, solo que menos fuerte y algo de gusto fue lo que sintió al escuchar aquello de los labios de Zayn. 
-A lo mejor – murmuró y las palabras le supieron a amargo – ella está quedándose en su casa.
Zayn volvió a negar con la cabeza.
-También estuve en su casa por días, ella nunca se apareció.
-Es posible que Jane no esté en los Ángeles, Zayn - aludió este con brusquedad – Pero están juntos, a Alan no le cuesta nada viajar de un lugar a otro, menos si es para verla a ella. Más bien dime si le preguntaras o no
-No lo haré – dijo al tiro Zayn – Hazlo tu
-¿Qué?
-Que le preguntes tú una vez que llegues a los Ángeles.
Justin bufó y Zayn se puso de pie ahora sonriendo otra vez.
-Algún día me vas a necesitar, te diré que no ¿Lo sabes, verdad?
Zayn rió.
-Estaré preparado para ese no. – el ojos oscuros fue hasta la mesa del comedor y buscó en un morral café que había llevado con él una carpeta plastificada color azul luego Regresó hasta donde Justin estaba y se la dio en las manos 
-Es el guion – Le dijo – Ves leyéndolo - Sonrió – Y no, no te toca un papel de Gay.


***


Justin despidió a Zayn minutos después y se tiró en la cama con los brazos y las piernas abiertas. Ocupaba todo el espacio del colchón. Las palabras de Zayn seguían resonando en su cabeza como tambor viejo y aunque no tuvieran ningún hito de verdad, le daba gusto saber que ella y él no pasaban tanto tiempo junto. Que, quizás él aún no la tenía del todo. Así como él ya la había tenido.
Disfrutaba sabiéndolo. 
Prendió el televisor pulsando el botón verde del control y puso un canal de películas antiguo. Uno en el que no pasaban ningún programa de espectáculos, para perderse de todo por un momento. No quería recordar ni un poco de su vida por ahora. 
Quería… imaginarse una nueva, una en las que las cosas eran como el quería.
Si quieres algo, haz que pase… solo no te va a caer del cielo.
Pensando en esta frase Justin desvió la vista hacía la carpeta azul plastificada que estaba en el nochero a un lado de la cama y la tomó.
El olor a hojas impresas de poco tiempo aún se percibía al abrir la carpeta. Se sentó en el colchón apoyándose con una mano y leyó la primera hoja del guion.
No tenía nombre del autor, pero si un título “Amor por Accidente” rio por el nombre y empezó a leer la sinopsis. Rio aún más cuando la terminó.
¿A qué cabecita se le habría ocurrido aquella historia tan… curiosa? Trataba sobre un prepotente (Y se especificaba bastante bien que era prepotente, egocéntrico, y Narcisista) cantante que terminaba siendo obligado a casarse sin amor. Una relación que abarcaba risas, amor, pero también dolor.
Una historia con un hito de la suya.
Cerró la carpeta con quedo y miró el televisor perdido. Mirando sin mirar. 
La curiosidad empezó a picarle y sonrió. Tenía la extraña sensación de que el personaje al que iba a interpretar fue escrito basado en él. Aunque claro, era un sentir y estaba seguro de que si Jane estuviera con él diría que ese personaje era perfecto para él.

amor por accidente justin bieber(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora