-No voy hacer la comida – Tan estúpida como se escuchó, se sintió es que ¿Cómo carajos no se le ocurrió algo mejor? ¡Qué diablos pasaba con ella! ¿! En donde había quedado su maravilloso cerebro lleno de ideas!? – Si te vas ahora no te hare la cena.
Justin tragó gordo y sonrió falsamente sorprendido, Por un momento pensó que ella Tendría algo importante que decir o lo que fuera, pero Se equivocó, espera más que un simple “No te hare la cena” Alice soltó un suspiro y Jane miró al suelo escondiendo la mirada, no hubiese podido decirle nada de lo que sentía en frente de esa mujer. Simplemente, no hubiese sido capaz.
-No hagas nada entonces – Mascullo irritado y camino hacia el auto – Veré que como luego, No me esperes… - Jane levantó la mirada, Ni siquiera había pensado en esperarlo. No lo haría ¿Por qué debía hacerlo?
Justin se subió al carro con el ceño fruncido y espero un momento a que Alice entrara. La castaña no podía creerlo. Era... Increíble. Justin encendió el auto y fueron suficientes unos cuantos segundos para que desapareciera por la salida de los aparcamientos, dejándola allí, sola, una verdadera mierda. Una verdadera estupidez… inhalo fuerte para no llorar y contenerse pero se le hizo difícil tratar de lucir como si nada sucediera. Ya lo sabía, no podía competir contra Alice, ella ya tenía asegurado dentro de Justin que ella nunca alcanzaría o podría tener… Debió estar loca para aceptar semejante locura. Tan solo esperaba que esa rubia pudiera quererlo bien algún día y no lo usara solo cuando se sentía mal. Esa mujer,,,
Esa mujer que sentía cierto aire de victoria por estar allí junto a Justin. Era refrescante, era bueno, simple, le reconfortaba todo el cuerpo saber que Justin estaría para ella cada vez que lo necesitara y le gustaba que el estuviera aun cuando ella no le había ofrecido nada más que su amistad. Aunque, su tranquilidad quedó atrás cuando notó la actitud que tenía Justin. Estaba demasiado serio, Ni siquiera la había mirado y mucho menos dicho nada luego de salir de los aparcamientos. Era extraño. Solo eso. Lo miró pero él siguió serio, solo tomo el manos libres de su celular y marcó un número, un número del que ella no tenía conocimiento… Y es que él no estaba tranquilo, y no quería admitirlo, pero dejar a Jane allí, no lo hacía sentir del todo bien ¿Pero, como hacía para estar bien respecto a las cosas de Jane? Primero se desaparece en la película y luego que la encuentra le dice que se encontró con alguien pero no le dice quién. Ella simplemente lo descolaba y esto le hacía hacer estupideces. Aunque, esperaba recobrar la cordura hablando con Alice. El número al que marcó dio su tercer timbre y contestaron del otro lado de la línea.
-Neal… - Aludió Aun con seriedad – Soy yo, Justin, Jane está en los parqueaderos del teatro, llévala a casa y consíguele algo para comer ¿Esta bien? – Espero un momento mientras Neal hablaba y suspiro. - sí, Encárgate de que coma y de que este en casa cuando regrese – “que estuviera en casa cuando regrese” Alice trago gordo. Esta era la segunda vez que lo notaba preocupado por lo que pudiera pasar con Jane Y debía admitir que no le gustaba. Negó con la cabeza y miró por la ventana… era mejor ver el paisaje que ponerse a pensar - ¿Adónde vamos ahora? – la voz de Justin la saco de sus pensamientos. Ella dejó escapar un poco de aire y le sonrió.
***
-¿Estas sola? – Jane giro con quedo su cabeza y vio a un lado suyo a Alan, la tomo desprevenida e intento sonreírle ¿Por qué debía aparecer justo cuando no se encontraba tan bien?
-Pues suponiendo que no hay más nadie parte de los dos, si, estaba sola, espero un taxi para irme a casa.
-Mmm – Alan tarareó mirándola – creo que lo que quise preguntar fue ¿Por qué lo estás? ¿Justin?¿Donde esta él? – Justin… La castaña trago gordo.
-tuvo algo que hacer. – el pelinegro frunció el ceño.
-Ya veo… - Jane bajo la vista tratando en vano de que no resaltara en sus ojos la tristeza, pero no pudo hacerlo y aunque Alan no se lo dijera, siempre lo notaba. Era muy fácil para él reconocer cuando esos ojos cafés brillaban por felicidad, también le era facial saber cuándo brillaban por un motivo distinto – Te llevo a casa, Vamos.