capitulo 39

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Justin sonrió para sí mismo y detuvo el coche en la tienda más cercana que encontró. Y Si, definitivamente ella quería un helado. Aunque no se lo dijera. Y le pusiera esa cara de “Te voy a matar por salir con esa tontería ahora”

-Ve y cómpralo – le ordeno fingiendo seriedad. Jane no se inmuto ni un poco - ¿No me has escuchado?

-Si eres tú quien lo quiere y no yo ¿Por qué no los compras tú? - la castaña puso los ojos en blanco y miro a Justin fijamente.

-¿Segura de que no quieres uno? – le preguntó él ¿Por qué era tan terca esa mujer? Jane frunció el ceño y se cruzo de brazos ante los ojos acusadores de Justin… ¿No quería uno, verdad? Mmmm – está bien, está bien – dijo - yo iré a comprarlos. ¿Feliz? – sí, lo estaba. Él se echó a reír.

Jane bajó del auto y entro a la tienda pintada de blanco y con una letras bien grandes y de colores chispeantes en la parte superior del local que decían “En mitad del camino” se rio ¿Qué nombre más raro ¿No? Pensó y llevo sus pensamientos nuevamente a él ¿Por qué creía que todo lo podía solucionar con helado? Y si, no le vendría mal uno a esa hora pero… ah ¡Eran tan cambiante! -Jane negó varias veces con la cabeza – A veces podía ser tan maduro y otras Tan Infantil ¿algún día iba a poder comprenderlo? Tomo los helados los pago y regresó hacia donde estaba Justin.
Compro un “Bocato” para Justin y un “Palo loco” Para ella. Cuando Justin la vio dirigirse hacia él, salió del coche y la hizo detenerse de sopetón. Frente a él lugar en donde había estacionado, se encontraba un parque para niños y… ¿Por qué no ir? 

-Vamos – Le dijo señalando el lugar. Jane volteó a verlo ¿Por qué no? 

Ya era tarde. Casi las diez de la noche y la noche estaba muy oscura pero los faroles de la calle iluminaban el sitio de amarillo. Jane se sentó en un columpio de metal color rojo y Justin se sentó en el próximo a ella. El de color azul. Allí mientras el viento sereno de la noche les rosaba la piel Jane soltó un suspiro. No era tan mal estar allí después de todo.

-Ten tu helado – le dijo extendiendo hacia él el bocato. Justin lo tomo en sus manos y luego la miro sacar de la bolsa su “Palo loco”

-¿Por qué compraste un palo loco? – Jane lo miro extrañada. 

-porque me gusta.

-Yo lo quiero. Cámbiamelo - ¿Qué? Jane frunció el ceño.

-Tienes tu helado Justin, Comételo ¿Por qué te daría el mío?

-¿Por qué no me compraste un palo loco a mi también? Cámbiamelo. 

-¡No te lo voy a cambiar! ¿Bien? – él arrugo la frente y se levanto del columpio ¿Por qué era tan… egoísta? 

-Damelo, Anda 

-He dicho que no – Jane abrió la envoltura del helado y… ¿Qué? Justin se lo arrebato de las manos con una sonrisa picará en los labios. Ella ni siquiera notó en qué momento se había acercado a ella. En verdad era tan niño en algunas ocasiones. Le dio el bocato a ella y volvió a sentarse sobre el columpio azul. Sonrió satisfecho.

-Todos saben que el palo loco es mucho más rico - Jane lo miro de mala gana… ¿Cómo podía ser así?

-Es increíble que con ese carácter hallas estudiado medicina, enserio - le dijo. Justin volteo a verla de inmediato y arrugo la frente. Últimamente hacia mucho eso.

-No hables de eso, Jane – exigió. Y volvía a su expresión de ¡Oh, soy tan maduro! era tan extraño – no es tu asunto.

-Creo que tu padre solo está dolido. Quizás, si hablaras con él todo sería diferente.- él la miro ¿Por qué no se podía quedar callada cuando él se lo pedía? ¿Era tan difícil? 

-Te dije que no hables de eso – inquirió con firmeza - ¡No es tu asunto! ¿No comprendes? ¿Por qué no te preocupas de tus propias cosas?

-porque Mis cosas van muy bien.- ella volteo a verlo y sonrió – bueno, sin meter que me he casado contigo, todo me ha salido bien. Estoy segura de haberte dicho lo de mi contrato con la empresa de Alan.- claro… ese asunto. El rubio frunció el ceño ¿Porque le resultaba desagradable escuchar eso? La miro y se quedo en silencio igual que Jane por un rato…- Por cierto, Justin – murmuro ella casi inaudible después de un momento. Justin volteo a verla con serenidad – No había tenido tiempo de decírtelo, pero Gracias por la grabadora… - la miro de repente algo sorprendido por su actitud – siempre había pensado que solo te burlabas de mi y no te importaba nada. Fue… Lindo. Gracias – Jane sonrió cuidadosamente y le quito la mirada de encima. Estaba sintiéndose extraña otra vez. Se meció con suavidad en el columpio y suspiro, Justin no le quito los ojos de encima.

-Si estas tan agradecida conmigo, Págame - 

-¿Qué? - definitivamente él sí que sabia arruinarlo todo

– Empújame – Jane lo miro irritada – enserio, vamos méceme en el columpio. 

-Oh, claro… - contestó malhumorada. Era tan… Un momento y sonrió malvadamente. Jane se puso de pie y se situó detrás de él, Si quería que le empujara… ¿Por qué no iba hacerlo? Rio de nuevo Y lo empujo. A Justin le encantaba cuando ella hacia esa cara de molesta y terminaba luego haciendo lo que él quería que hiciera, Quizás, se estaba acostumbrando a eso. Acostumbrando a ella - Jane lo empujo una vez más, pero ahora con tanta fuerza que Justin tuvo que aferrarse al columpio para no caerse. ¡Demonios! 

-¡Para, Jane! – le exigió al tiro. Ya había entendido su juego - No sigas.

-¿Y si no quiero detenerme?

-¡Que pares ya!

-¡No quiero! – y lo empujo mucho más fuerte que antes. – Jajajajaja tengo tu vida en mis manos y se siente tan genial… - Justin inspiro Arrepentido. No le gustaba como se estaba poniendo la situación.

-Detente Jane. – casi suplicó

-¿Crees que soy tonta? Si me detengo ahora cuando bajes de allí. No quiero ni imaginar que harás conmigo.

-No tengo pensado hacer nada – Dijo con falsa serenidad mientras el columpio subía – jugaremos en otra cosa ¿Qué te parece el sube y baja?

-Ni lo sueñes – repelo de inmediato. – Conociéndote, me dejarías arriba para vengarte – Le dio otro empujón y Justin se aferro al la cuerda del columpio para no caer ¿Por qué se le ocurrió esa estúpida idea? Miro alrededor del parque a ver que otro juego de niños podría usar y apretó el menton ¡Jane podía ser tan vengativa!

-¿Qué tal en resbaladero?

-No quiero ensuciarme la ropa – la castaña se burlo otra vez. Por primera vez se estaba vengando de todas las que le habían hecho y se sentía tan bien. Te lo tenías merecido bieber.

-Está bien, no al resbaladero, y a esa rueda que esta por allá – señalo hacia la derecha cuando el columpio venia hacia abajo y Jane siguió la dirección que la mano de Justin marcaba - ¿Qué te parec, eh? - Esa rueda no se veía peligrosa. Empezó a pensarlo ¿Cómo la llamaban? La rueda de la alegría. Esa en la que cuando estas sobre ella te sostienes mientras alguien más le da la vuelta. No parecía tener algún efecto en su contra.

.¿Prometes no tomar venganza? – le pregunto retadoramente.

-Lo prometo, ahora detente ¿si?- Bien ¿Por qué no confiar en él?

-Vale pues. Dejo de empujarte - la castaña se detuvo al igual que el columpio y Cuando Justin estuvo en tierra firme sonrió. 

-Dijiste que no te vengarías – reprocho ella al ver su expresión. – lo has prometido

-No lo haré. – y no lo haría o ¿si? Él era tan cambiante y Jane… ella había hecho cosas que Nunca le había hecho nadie. Siempre que él decía algo de inmediato se cumplía. Si decía “Detente” de detenida” si decía “Sigue” seguía. si decía “Morado” era morado. Pero ella no. Ella continúo, además también le había cacheteado por primera vez en su vida. Era mucho con ella. Tenia que admitirlo. Volteo a verla y suspiro, luego Ambos se dirigieron a esa rueda de la alegría en silencio. Jane se extraño mucho de su actitud ¿en realidad no iba a vengarse? Nada, nada? bueno, con el nunca sabia que esperarse así que pues... No importaba mucho. 
Justin le sonrió cuando subió a la rueda y pareció haber obtenido una victoria ¡Mierda! ¡Tonta, Jane! Ya lo había sospechado al ver esa mirada. ¡Como podía hacerlo cuando dijo que no lo haría!
Justin le dio una vuelta tan fuerte a la vuelta que tuvo que aferrarse a los tubos de hierro que estaban allí para no caerse.. Era realmente malvado. El rubio sonrió. Pero Jane no le devolvió la sonrisa. Estaba completamente seria. Y parecía incluso, molesta.

-¿Estas enfadada? – preguntó y paró rápidamente la rueda.

-Dijiste que no tomarías venganza y lo has hecho.- refunfuño. Justin se extrañó.

-Debiste saber que lo haría.

-Pero Me lo prometiste… – Jane susurró casi decepcionada y miro a Justin ¿Por qué creer que no lo haría? Que tonta. Él bajo la mirada al instante y suspiro sintiéndose intranquilo… ¿Por qué de repente se sentía así? Negó varias veces con la cabeza sacándose a fuera todos sus pensamientos. ¡Jane! Demonios, ¿Por qué lo hacía sentirse así? Tan Mal – Eres un tramposo

-¿Tramposo? – Repitió - No fue una promesa valida – le dijo excusándose. por una razón que no desconoció Sintió la necesidad de hacerlo– cruce mis dedos y debemos mencionar que la situación no apremiaba a que te respondiera con sinceridad cuando lo preguntaste. Estabas meciéndome fuerte en un columpio. ¿lo olvidas? – Jane lo miro. Ese idiota. La había asustado en verdad con esa vuelta brusca que le dio en la rueda – está bien, Jane, esta vez lo haré más suave ¿Vale? 

-No te creo – le dijo ella.

-Ahora deberás confiar en mí.

Y así lo hizo. Dio una vuelta a la rueda y luego se subió él junto a ella. Jane sonrió abiertamente mirándolo y él lo hacía del mismo. Por segunda vez sonriendo sin odiarse. Había confiado en él y esta vez lo había hecho bien. Justin podía ser muy impredecible.
Era increíble ver que aunque diferentes, Ambos podían ser tan iguales en algunas situaciones. Jane suspiro mientras el perfume de Justin se metía por sus fosas nasales. No sabía exactamente que era pero Justin, aunque testarudo, mandón, ogro, narcisista todo lo que fuera, se estaba convirtiendo en alguien especial y no porque ella quisiera. Ahora lo sentía y no podía calificarlo como algo bueno o malo porque en realidad no lo sabía, él era tan... Diferente. 
Justin suspiro también. Dio otra vuelta a la rueda y se quedo junto a Jane mientras esta se detenía. Se la podía pasar muy bien junto a ella. 
Y Como niños pequeños jugando sin cansarse se quedaron allí. Por un rato más. 



………..

Jane se retiro el anillo del dedo y lo observó por un momento. Estaba en su habitación y tenía la cajita en donde acostumbraba a poner ese anillo sobre su mesa de noche. Los brillos pequeños de los diamantes que este tenía en la piedra, la incitaban a verlo intranquila ¿debía guardarlo? – Se cuestiono - ¿Y si volvía su familia política de improviso? ¿Qué haría? Mmm Después de todo llevarlo no era tan malo así que… Razonó un poco más, Había sido su decisión meterse en ese cuento del matrimonio falso. Ahora debía hacerlo bien. Lo miro fijamente una vez más y sonrió. Si, definitivamente debía permanecer con él. solo por compromiso, nada más. Se lo puso otra vez y bajo al comedor, más específicamente al frente del ordenador. Debía seguir escribiendo si quería entregar a tiempo una buena sinopsis. ¡Dios su sinopsis! Debía ver a Alan Muller. Ese hombre de cabello negro y sonrisa agradable… era… ¿Cómo Justin podía tener un amigo tan diferente a él? Mmm no debía pensar en eso. Aunque no podía negarse que él le agradaba de una buena forma. Claro.
Miro las teclas del ordenador y luego la pantalla ¡Demonios! No se le venía nada a la cabeza. Estaba en blanco y era tarde. Miró el reloj ¡Dos de la mañana! Vaya que el tiempo transcurría rápido. Justin ya debía ir por el quinto sueño. ¿Qué iba hacer? No podía pensar claramente. Todo el recuerdo del día se venía a su cabeza y no la dejaban pensar. Quizás no debió hacer ese terrible espectáculo en montever. Se sentía fatal, ¿los pollitos? ¿En realidad lo había hecho? solo a ella podría ocurrírsele algo así. Dejó caer su cabeza sobre el escritorio y cerró sus ojos. Solo cinco minutos fueron suficientes para que se quedara completamente dormida.

amor por accidente justin bieber(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora