“Complicada y punto.
Pero que Alice tuviera el anillo, francamente no le importó mucho, aunque si sintió un alivio recorrerle cada parte del cuerpo al tenerlo en las manos y puesto sobre su dedo índice, era como si de pronto, un peso imaginario que tenía encima, hubiese desaparecido por arte de magia y ahora sabía que Jane estaría menos molesta con él o quizás, ya no estaría molesta.
Miró a Alice una vez más y le sonrió con quedo.
Luego Volvió a casa… Era tarde, pero no tanto. Por suerte…
***
Por suerte no lo tenía en frente. Bien podría molerlo a golpes por estúpido. Eran las 8 de la noche y no había vuelto ¡No había vuelto! Vale, no es que fuera muy tarde, pero tampoco era temprano. Y Sinceramente esto la molestaba, no entendía para que carajos la hacía cocinar si al final no iba a llegar a la hora de la comida, bien hubiese podido invertir su tiempo en otra cosa más productiva como escribir o irse a comer las hamburguesas que le había prometido a Alan y pasar una buena tarde fuera con él, pero no ¿y todo por quien? Si, por él, Era en definitiva un idiota. Además tenía hambre, Ni siquiera sabía porque lo esperaba para comer y la verdad no le gustaría que le hicieran esa pregunta puesto que no sabría cómo responder, pero eso no era lo importante, lo importante era que Gracias a él iba a terminar por perder la cordura. Y por morirse de hambre también. Esto era una pérdida de tiempo.
Se sirvió en un plato mucho arroz con guiso de frijoles y los revolvió todo con la cuchara, luego para terminar le rayó queso encima. Mmmm Delicioso, Sonrió para sí misma. Su estomago gruñó. A la vista quizás su comida no era agradable e incluso el arroz revuelto con el guiso en el plato podría lucir asqueroso pero… ¡como sabía de bien! Amaba los frijoles. Amaba el arroz y amaba el queso rallado.
También odiaba a Justin, Por gustarle tanto.
Por gustarle tanto como los frijoles con arroz y queso rallado. Pero ¿Para qué gastaba su tiempo pensando en eso? Ja, bien que podría aprovecharlo comiendo, Además, Si pensaba en Justin seguramente él se aparecería por la puerta, confiaba bastante en ese dicho de “Hablando del rey de roma y el que se asoma” y ahora no estaba de ánimos para verlo… Metió la cuchara en el plato pero…
El rey de roma apareció.
Trago gordo sorprendido de su poder telepático. La vida debía odiarla ¿no?
Sabía que no debía pensar en él. Lo llamaba con el pensamiento. Y podría apostar que si hubiese querido verlo en ese momento, el no hubiese llegado. A eso se le llamaba carma. A que él estuviera allí, Mala suerte.
-¿Apenas estas cenando? – preguntó al llegar a la cocina. Jane volteo a verlo Bastante Mmm “Irritada, Molesta” No sabía en sí que sentía.
-¿Y tu Hasta ahora llegas? – Justin frunció el ceño ¿Por qué no parecía tan feliz? – Si no vas a llegar a tiempo avisa a la próxima ¿sí? Me pierdo de hacer otras cosas, cosas que seguro me podrían de un ánimo mejor - ¿Se perdía de hacer otras cosas? Wa! Era muy dramática, porque parecía molesta si después de todo no había tardado mucho ¡Que extremista! además ¿Qué otra cosa es mejor que cocinarle a tu esposo… Falso? Ella misma había dicho que quería hacer todo bien hasta que… llegara el final. Su corazón tembló al pensar en eso ultimo.
Se sentó frente a ella sin quitarle los ojos de encima.
-No es tan tarde, Jane – refutó encorvándose hacia delante sobre en la silla.
-¿Entonces crees que es temprano? – Ella levantó la mirada, Justin no dijo nada, pero pareció creer que no estaba tan mal “Llegar Ni tan temprano, ni tan tarde” Que… tonto – De verdad no tienes ni una pisca de consideración ¿Verdad? No había comido por esperarte y …- Mierda – se detuvo de repente - Lo había dicho en voz alta. No podía ser posible. Estaba muy tonta, tonta, tonta ¡Dios!
-¿Huh? – Justin se extrañó al oirla. Jane solo le sonrió de mentiras. ¡Porque tenía que ser tan descuidada al momento de hablar!
-No esperándote de esperándote – mintió ¿Así o más ridícula? ¿Qué cosa podría inventarse para tapar eso? - Solo estaba….
-¿Qué es eso? – Si esta hubiera sido otra ocasión, seguramente le hubiese reprochado con una ofensa de “¿Por qué no te puedes quedar callado” por haberla interrumpido mientras hablaba, pero ese día Esa definitivamente no era la ocasión. Aunque seguro, ni siquiera lo hubiera notado, la había salvado de dar una mala excusa y algún da le agradecería por eso. Que a veces fuera tan descuidado podía servirle de vez en cuando. Soltó un respiro de alivio y Siguió la mirada de Justin para después sonreír - ¿Qué es eso? – Volvió a decir él mirando el plato de comida de Jane.
-¿Estas ciego acaso? – Le respondió cortante, sin dejarle ver lo divertida que sonaba su pregunta ¿Acaso nunca había visto arroz y frijol revueltos ? Metió la cuchara en el plato y luego lo llevo a su boca por segunda vez – Es guiso de frijol con queso rallado y arroz - concluyó - Está todo mezclado porque es más rico así.
Justin se echó a reír con sarcasmo ¿Más rico? Ja,Ja,Ja Si De algo estaba seguro era de que él no estaba ciego y eso que ella tenía en el plato no podía ser algo comestible. Al menos no para los humanos.
-¿Cómo puedes decir que eso es frijol? Parece comida para gato.
-¿De gato? – la castaña levanto la vista de inmediato, indignada.
-¿Cómo puedes comerte eso? – siguió él con su tono despectivo y esto a ella, le molesto, le molesto mucho ese idiota… ¿Cómo se atrevía a ofender a sus frijoles con queso? ¡Eran muy ricos! Sin duda debía de estar loco.
-No entiendo cómo puedes juzgar algo sin siquiera probarlo ¿Acaso lo has comido para decir que no sabe bien? – él rio otra vez
-No tengo que probarlo para saberlo. Suficiente tengo con verlo.
-Eres un completo estúpido ¿No? - ¿Qué? ¿Estúpido? 1,2, 3. Respiró hondo. ¿Por qué ella siempre decía cosas tan… sin sentido y ofensivas? El no estaba loco y no era estúpido – Anda, pruébalo - pidió ella haciendo ademan de darle un poco de su delicioso plato, pero Justin la apartó con la mano y volteo la cara - ¿Qué? – se rió - ¿Te da miedo enfermarte? No eres más que un hablador. ¡Pruébalo!
-Ni hablar – se negó - no quiero comer esa porquería - y Aunque hubiese querido refutarle por haber llamado a su comida “Porquería” No hubiese podido. La vista de Jane ya se había ido a otro lado más interesante cuando el pronunció esas palabras, es que no podía creer estar viéndolo en su dedo. ¿Acaso alucinaba.
-Es… El anillo – susurró y No pudo evitar esa sonrisa que se le escapó de los labios – Lo has encontrado. – Justin bajo su mano tocándose el anillo con sus dedos mientras observaba las expresiones en el rostro de Jane. Era cierto. Lo había olvidado, Alice era quien tenía el anillo y vale, no sabía qué hacer ¿Tenía que decírselo o tenía mentirle otra vez? francamente eso ya no le estaba gustando mucho y Debía ser sincero consigo mismo, no soportaba mentirle a Jane. Era… extraño pero No le gustaba ocultarle cosas.
-Si – murmuro él - Lo encontré – Jane rio otra vez.
-¿Dónde estaba? ¿Donde lo encontraste? – no tuvo mucho que pensar al escucharla. Ya sabía lo que quería. Ya sabía que no quería mentirle más.
-Lo tenía Alice- y Así con la sinceridad de Justin, su sonrisa se borro de inmediato, dejando en su lugar una emoción muy diferente a la felicidad ¡Esa estúpida! ¡Esa mujer! Miró a Justin con seriedad e intentó entonces ocultar lo mas que pudo su desagrado y su repentina rabia, pero…. No lo consiguió.
-Lo sabía – refutó fastidiada – Yo sabía que ella lo tenía ¿Por qué no te lo dijo cuando le preguntaste ese dia ? ¿Lo hizo a propósito, no? Que ridículo ¿Cómo puede ser así? - Justin se aguantó para no decirle nada y trago gordo, pero… tampoco pudo conseguirlo. Era un idiota. Aun cuando Jane hacía que todo lo que creía saber se volviera un mar de sentimientos confundidos, todavía no podía dejar de Importarle Alice.
-No hables así de ella – Jane no se sorprendió aunque si logro hacerla sentir inferior, ella supuso que él iba a defender a esa mujer y no se equivocó. Era esto precisamente lo que odiaba. Le hubiese gustado estar equivocada y que Justin no dijera nada, pero el solo pensarlo era más ridículo aún. Eso nunca pasaría.
Y Tenía muy clara esa situación, pero también tenía clara cuál era su situación con respecto a él y No le gustaba. Era muy difícil lidiar con aquella sensación de impotencia. De no saber o no poder hacer nada.
-Lo escondió y mintió - dijo mirándolo - ¿Qué más puedo decir? ¿No es rara? – Justin inspiró.
-¡Basta Jane! - La castaña sonrió falsamente, tenía que reconocerlo. Le dolía que él le alzara la voz por defender a esa estúpida resbalosa. No la soportaba, No la soportaba porque sabía que Justin sentía algo hacía ella. Y no soportaría de seguro a cualquiera que fuera la chica que se metiera con él. Que ridículo ¿No era ella la rara? – No hables así de ella, por favor – él atenuó su voz - es mi amiga - ¿Amiga? Oh sí, claro… - Además, tengo que decirte otra cosa.
-¿Eh? - ¿Qué otra cosa además de semejante noticia?
-Hoy no fui a la oficina, la verdad es que Me fui a ver con ella. - Y esta sí que era una noticia mucho peor que la anterior. De No haber sido por su auto control, la comida que tenía en la boca hubiese salido expulsada de la misma sorpresa
-¿Qué? – casi murmuró. De pronto Su hambre se esfumó. Demonios, Se había ido a ver con ella… le había mentido. Nada podía hacerla sentir mejor en ese momento.
- ¿Fuiste a ver a Alice? – Justin asintió sin darle la cara - ¿Entonces porque me dijiste que habías ido a la oficina? ¿Por qué me mentiste? – se quedó callado
-Es solo que…. - ¿Cómo decirle que no quería que ella cambiara nuevamente si se enteraba que iba a salir con Alice? – Cuando me preguntaste quien había llamado, eso fue lo primero que se me vino a la cabeza – Jane se quedo callada, mirándolo en silencio. Ya estaba molesta, ya sentía esa oleada de calor recorrerla, Ya no podía hacer nada para poder sonreír otra vez – Te lo digo porque no quiero mentirte otra vez, Jane, No me gusta hacerlo - ¿No es muy tarde para decirlo? – Pensó ella - así que… - trago gordo - Desde ahora no me preguntes nada ¿Está bien? Acordamos no meternos en los asuntos privados del otro así que hagámoslo – claro, no podían romper esa regla del contrato, pero si podían romper otras… mucho cínico.
-¡Que chiste has dicho! – Bufó, aun seria y molesta - ¿Cuándo me he metido en tu vida privada, eh? Cuando pregunté solo lo hice para saber si debía cocinar o no, puesto que puedo hacer otras cosas en vez de ocuparme en algo que ni me gusta hacer cuando no estás. A mí no me importa con quien sales o con quien te ves, así que haz lo que se te dé la gana y no te preocupes de lo que yo piense o no – la castaña se levantó de la mesa mostrándole indiferencia e inspiró profundo. Esto era más de lo que podía aguantar.
-¡Jane! – gritó Justin al ver su cambio de actitud, pero ella no lo miró.
-¡No lavare platos hoy! – finalizo y subió a su habitación. Justin no podía creerlo además ¿Por qué seguía diciendo que habían otras cosas que ella podía hacer mientras él no estaba? ¿A Que se refería exactamente?
-¡Oye! – grito otra vez - ¡Jane! – Pero Justin sabía que era imposible con ella.
****
¡Imposible! Era imposible con él. Se miró en el espejo del baño y se mordió la lengua para no gritar. No sabía exactamente que le pasaba a su cabeza, pero en ese momento estaba imaginando una y mil formas de ir a reclamarle a esa fulana de Alice por meterse con su marido y verse con él a espaldas suyas aun cuando sabía que él estaba comprometido pero luego bajo el rostro, al final ella tendría que dejar a Justin y lo más probable era que al momento de su divorcio, él terminara con ella. Que ridículo. De solo pensarlo le dolía.
Se lavó furiosa el reloj que le había dibujado en la muñeca y respiro profundo. Ahogo una lágrima de decepción que por poco sale de sus ojos y se miro al espejo nuevamente con una sonrisa. Eso no debía trascender más de allí.
***
Desconsiderado, Eso es lo que era. Jane Pensó esto cuando estuvo sentada frente a la computadora al día siguiente por la mañana.
¿Qué otra característica debía ponerle a su personaje? ¿Debería escribir desconsiderado? No podía ponerle un defecto tan poco elegante a su protagonista además, no es que fuera Justin. Ella no se basaba en él para su historia.
-¿Qué estás haciendo? – su voz la pilló desprevenida y su sensor de “Mantén el control” empezó a dejar de funcionar. No lo había visto desde la noche. No había dormido bien por él y no quería verle la cara aún.
-¿Qué te importa? – le respondió con seriedad y se giro hacía la pantalla del computador. Era mejor escribir y que verle. Bueno, no, era mejor verle que escribir en el computador, pero por como estaba la cosa, debía evitar verle.
-¿Tienes que ser tan grosera? – se quejó. Ella volteo a verlo y no dijo nada. Ahora su sensor para mantenerse en control había dejado de funcionar completamente. ¿Qué le importaba a él? ¿Acaso no dijo que no quería que ella le preguntara nada? Que se acostumbrara entonces porque así, con esa actitud lo trataría de ahora en adelante. Indiferente - Ya me voy, Jane – le avisó después y dio media vuelta para dirigirse a la puerta, y esto, fue esto lo que Lo acabó lo que quedaba del autocontrol de Jane. Miro su espalda con el ceño fruncido y trago gordo.
-Escucha… - Le exigió, a Justin no le gustaba su actitud - De ahora en adelante no me digas a dónde vas o de dónde vienes, entiendes, simplemente vete sin decirme nada, eso Es lo que acordamos y no quiero que tengamos malos entendidos.
-¿Qué? – él pareció sorprendido. Ella en realidad…. ¿No estaba hablando enserio, o si?
-Lo que escuchaste, Justin, estoy segura de que no te falla el oído, ahora… vete – ella volvió a girarse hacía la computadora y evitó mirarlo a toda costa, ahora debía felicitarse a si misma. Y Justin, él podía irse a donde quisiera, si no lo pensaba, no tendría importancia. Pero se sentía extraña. Al igual que él…. ni siquiera sabía porque ¿era normal que ella fuera tan cambiante? Y ¿Por qué parecía tan molesta? Se detuvo en la puerta y volteo a verla pero ella no tenía su vista en él. Simplemente era como si no estuviera allí. Soltó un suspiro y salió de la casa frustrado mientras se quejaba, Ella Era muy complicada. No había más que decir. Fin de la discusión.