maraton 5/10
“Otra promesa, otra sorpresa.
Jane no sabía que exactamente hacer cuando del otro lado de la línea, cuando el teléfono timbraba. Sus manos estaban temblando y estaba segura de que los nervios se notarían en su voz cuando alguna palabra saliera de su boca. Eso no era lo que quería, Pero no había tenido otra opción.
¿Alguna vez pensó en que una decisión bien tomada se revertiría en su contra? Se había jurado no llamarlo de nuevo ¿Cómo es que el destino seguía empeñado en llevarla hacía él? ¿Cómo es que lo hacía provocado por una situación tan… extrañamente triste?
La castaña no podía evitar sentir el corazón apresado por un sentimiento de preocupación cada vez que recordaba las palabras de Pattie al llamarla por teléfono. Ahora tenía los ojos aguados y en su cara probablemente se notaba el sentimiento acumulado que la socorría.
Pero esta vez Justin no tenía nada que ver con eso.
Su respiración se detuvo cuando él contesto el celular y al igual que su corazón dejó de latir en el pecho.
¿Cómo le diría?
-¿Jane…? - Lo escuchó decir. Justin del otro lado de la línea mencionó su nombre sin poder ocultar la maldita expresión de sorpresa en cada una de las facciones de su cara. Incluso había sonreído al hablar y se notó mucho más relajado de lo que había estado en las últimas horas. Lo que no estaba bien. Su voz lo tranquilizaba enormemente. Su voz. Mierda. – Hola – finalizo. Alice volteó la mirada hacia él apenas escuchó el nombre de Jane y se mordió el labio. Jane. Parecía ser que últimamente en su vida, en la vida de los hombres que le interesaban, siempre estaba ella. ¿Acaso era un castigo?
-Justin, hola – Respondió la castaña con tono indiferente, ignorando aquel estúpido sentimiento de felicidad que sintió al escucharlo hablar. No hubiera querido sonar tan fría como lo hizo pero sin darse cuenta, ese era ahora el único tono que podía utilizar con él. Se sentía protegida fingiendo que él le importaba muy poco.
Era tan patético comportarse de ese modo.
-¿Cómo estás? – Le preguntó él - Yo estoy, bueno, que me llames me…
-Escucha… – le interrumpió en seco y lo dejó con un “Me tranquiliza” a medio decir en los labios – Yo… ha pasado algo, te estoy llamando porque tienes que venir al hospital, Ahora mismo.
¿Hospital? ¿Ahora mismo? Justin tardo un segundo en asimilar sus palabras y una chispa dentro de si se disparó al acto.
-¿Te volviste a poner mal? - soltó agitado - ¿Qué es lo que tienes?
Jane se quedó en silencio pensando.
-No soy yo Justin – Murmuró después de un momento y con un nudo en la garganta agregó – Es la abuela.
-¿La abuela?
-Al parecer ha tenido un infarto y… está en coma.
La cara de Justin empalideció y dejó caer el teléfono al suelo, impávido.
No podía ser verdad
-¿Ha pasado algo? – Escuchó decir a Alice – te has puesto mal de repente ¿Que te ha dicho Jane?
Él levantó la mirada y tragó gordo. Cuando era niño, una vez escucho de su abuela que cada acción cometida en alguna época de nuestras vidas, fueran buenas o malas, tendrían en algún momento su recompensa. No quería pensar que la vida se iba a cobrar con la vida de ella ese egoísmo que había nacido dentro de él por no dejar el orgullo a un lado y alejarse de su familia.