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Llevo casi una hora encerrada en la habitación del hospital esperando a que Darren regrese. Una enfermera viene cada quince minutos para comprobar que sigo aquí, sentada en la cama, inmóvil, como un decorado más. Dejo salir un suspiro y de un salto me levanto, estoy cansada de estar aquí sin hacer nada. Camino de un lado a otro de la habitación, cuento los pasos que hay de un extremo a otro, observo la noche a través de la ventana. Subo la cremallera de la chaqueta de Styles por completo y regreso a la cama. Me siento en el medio con las piernas como los indios y cubro mis fríos pies con las sábanas.

No puedo dejar de pensar en él, la manera en la que su mirada fue invadida por el odio y la rabia. Podía sentir como se tensaban cada uno de sus músculos, como la sangre de sus venas ardía. Me pregunto qué es lo que habrá pasado entre ellos dos, que es lo que Darren o Styles habrán hecho para provocar tal reacción en el otro. La puerta se abre sacándome de mis pensamientos, la misma enfermera de antes entra y me hace una señal diciéndome que ya puedo salir. Lentamente me bajo de la cama y camino hacia la puerta.

- Ponte esto, no puedes ir descalza. - Estira su mano hacia mí y me da unas zapatillas de papel. En silencio me las pongo. Agradezco que no haya espejos, seguro que me veo ridícula.

- Jules, vámonos. - Darren se acerca a mí y pasa su brazo por mis hombros. - Tu madre nos está esperando. -

- No se olvide de los medicamentos, ha llegado muy débil y con principios de hipotermia. - Darren asiente mientras que mi mente se confunde. Yo me encuentro bien, no me duele nada ni me siento enferma. Es imposible que haya llegado con hipotermia y que en tan solo unas horas haya desaparecido.

- Pero yo me encuentro bien. - La enfermera me mira con el ceño ligeramente fruncido.

- Claro que te encuentras bien, has estado aquí casi tres días. - Mis ojos están a punto de salirse de las cuencas de lo mucho que los abro.

- ¿!Tres días!? - Repito sus palabras incrédula, casi gritando. La enfermera ríe.

- Había dado por hecho que tu novio te lo había dicho. - Se encoge de hombros y siento como el agarre de Darren sobre mí se hace más fuerte. - El pobre no se ha movido de tu lado hasta que has despertado. - Observa la hora en el reloj de pared a sus espaldas. - Tengo que irme. Cuídate, Jules. -

- Ya hablaremos en el coche. - Gruñe Darren al tiempo que me fuerza para caminar.

Tres días. No puedo creerme que haya estado aquí tres días. Y mucho menos que Styles se haya quedado conmigo todo ese tiempo. Siento como mi corazón late con fuerza, por alguna razón me emociona saber que ha estado ahí, conmigo. La mirada de Darren se posa sobre mí e inmediatamente mi vista cae al suelo. Muerdo las comisuras de mi boca para no reír y rezo por qué no se haya notado. Continúo caminando al lado de Darren hasta salir del hospital. Mis manos están heladas por lo que las meto en los bolsillos de la chaqueta para así calentarlas, pero mis dedos tropiezan con algo. Es una pieza pequeña y con pinchos. La cojo y lentamente la saco. Abro la mano y la observo. Es una llave.

- Sube. - Inmediatamente vuelvo a meter la mano en el bolsillo y hago lo que me pide.

Desde el momento en el que entro en el coche, estoy alerta, esperando a que Darren empiece a hablar, pero no lo hace. Su mirada está fija en la carretera y sus manos se aferran con fuerza al volante. La carretera está casi vacía, tan solo hemos cruzado un par de coches y motos en todo el camino. Cuando finalmente llegamos a casa, Darren detiene el motor y me mira. Mi piel se eriza. Abre la puerta del coche y sale, yo lo hago después de él. Caminamos hasta la puerta principal y él la abre. Entro en casa y me encuentro con mi madre, quien me mira con lágrimas en los ojos. La puerta se cierra y siento la mano de Darren agarrar mi brazo con fuerza.

- No, por favor. - Dice mi madre entrecortada. - Darren, es tu hija. -

- Ella se lo ha buscado. - Y tras decir eso, me tira al suelo. Escucho a mi madre llorar. - ¿Creías que podías irte sin más? ¿Que no te íbamos a encontrar? - Su pie choca contra mi estómago. - Levántate. - Gruñe. Al ver que no lo hago, se acerca y me eleva agarrándome por la muñeca. Golpea mi cara. - No vales para nada. - Me golpea de nuevo mientras lloro. Alza la mano para volver a golpearme, pero mi madre lo detiene.

- Darren, ya basta. - Ella también llora. Se deshace de su agarre y me mira.

- Si te vuelvo a ver cerca de ese chico, esto será mucho peor. - Y una vez más me empuja haciéndome caer.

Inmediatamente mi madre se acerca a mí y me ayuda a levantarme. La miro intentando verme fuerte, pero sus lágrimas nunca cesan. Odio verla de esta manera, odio haberle hecho daño, pero no podía más, no puedo más. Mis ojos se humedecen. Mi madre coloca su mano en mi mejilla y me sonríe antes de abrazarme con todas sus fuerzas.

- Estaba tan preocupada por ti... - Susurra en mi oído.

- Yo... Lo siento mamá. - Ella niega con la cabeza y de nuevo coloca sus manos en mis mejillas, obligándome a mirarla.

- Estás bien, eso es lo único que importa. - Sonríe y besa mi frente. - Ve arriba, date una ducha y ponte algo cómodo. Te prepararé algo de cenar. -

Asiento con la cabeza y la abrazo antes de subir por las escaleras. Me encierro en mi habitación y camino de un lado a otro furiosa. Paso las manos por mi pelo y tiro de mis raíces. Odio esto. Odio estar aquí de nuevo. Cojo ropa limpia del armario y me voy al baño para darme una ducha. Dejo el agua caliente caer sobre mi cabeza, mojando mi cara. Cierro los ojos e intento relajarme, pero me resulta difícil ya que fuera se escucha el sonido de una moto pasar una y otra vez, es realmente molesto.

Termino de ducharme en apenas cinco minutos. Salgo de la ducha, me seco, me pongo mi ropa interior y regreso a la habitación envuelta en una toalla. Nada más entrar escucho algo chocar contra la ventana, pero lo ignoro y empiezo a vestirme. Escucho golpes en el exterior, cada vez más fuertes. Noto que la ventana empieza a abrirse, me giro y camino hacia ella. Siento mi corazón detenerse al ver el cuerpo de un hombre con un casco negro en la cabeza. Me quedo parada frente a él al otro lado de la ventana, entonces se quita el casco dejándome ver su rostro. Es Styles. ¿Qué demonios está haciendo aquí?

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora