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Styles me hace una señal para que abra la ventana. Por alguna razón le hago caso.

- ¿Que... Que haces tú aquí? - Las palabras se tropiezan en mi boca y siento que mi corazón está a punto de salir de mi pecho.

- Tienes algo que me pertenece. - Su mirada se mantiene fija en mí, como si estuviera esperando que hiciera algo. - Si te quedas ahí parada, no podré entrar. -

- Mis padres están en casa. - Me giro ligeramente para comprobar que la puerta está cerrada y de nuevo lo miro a él.

- Tranquila, solo he venido a por lo que es mío. - Sin ser completamente consciente, retrocedo un par de pasos dejándolo entrar en la habitación. - No tengo intención de tocarte, no eres mi tipo. - Por alguna razón sus palabras me hieren, me siento insultada. Styles observa la habitación con desagrado, busca su chaqueta con la mirada y al no encontrarla se gira hacia mí. - ¿Y bien? ¿Dónde está? -

- Debajo de la almohada. - Mis mejillas se calientan hasta tal punto que parece que arden. Styles me mira como si fuera un ser extraño y eso hace que me avergüence todavía más.

- Por qué... No importa, no quiero saberlo. - Dice mientras camina hacia la cama. Levanta la almohada y recupera su chaqueta. Entonces mete la mano en los bolsillos y me mira enfadado, con el ceño profundamente fruncido. - ¿Dónde está? - Alza la voz y deja caer la chaqueta sobre la cama. - La llave, ¿dónde está? -

- Estaba ahí. Yo... Yo no la he movido de ahí. - En apenas segundos su cuerpo está a centímetros del mío y su mirada fija en mí.

- ¡Jules! - Se escucha la voz de Darren desde la planta del abajo. Inmediatamente mis ojos se abren como platos y el miedo y la adrenalina invaden mi cuerpo.

- Tienes que irte. - Coloco mis manos en su pecho y lo empujo hacia la ventana. - Si él te ve aquí... -

- No voy a irme hasta que tenga mi llave. - Gruñe, esta vez en un tono más bajo. Se escuchan pasos en las escaleras.

- Yo la buscaré. - De nuevo lo empujo. - Por favor, vete. Te prometo que en cuanto la encuentre te la devolveré. -

- ¡Joder! - Se da la vuelta y se frota la nuca mientras murmura pensativo. De nuevo se gira para verme. - Volveré mañana, más te vale encontrarla. -

- No, no vuelvas. No aquí. - Ahora lo observo al otro lado de la ventana.

- Mierda, Jules. - Gruñe. - Tu número, te mandaré la dirección. -

- No... No tengo teléfono. - Siento como su frustración crece con cada segundo.

- Mañana a las siete. A las afueras de Brixton hay un bar llamado 'Blue Moon', te espero allí. - Nuestros ojos se conectan y yo asiento con la cabeza. No sé cómo hacer para llegar allí, pero lo conseguiré.

Enciendo la televisión y subo el volumen mientras que Styles desaparece. Me asomo a la ventana para asegurarme de que se ha ido, pero no es así. Apenas acaba de pisar el césped cuando Darren abre la puerta. Me giro sobre mis talones para verlo. Su mirada cae sobre mí y seguidamente sobre la televisión. Fingiendo que tengo frío, cierro la ventana y regreso a la cama. Darren da un paso al frente entrando por completo en mi habitación y la inspecciona con la mirada. Frunce el ceño al notar la chaqueta de Styles en mi cama. Entonces su mirada vuelve a mí.

- ¿Con quién hablas? - Su voz está rota debido al alcohol.

- Con nadie. Sólo estaba viendo una película. - Cubro mi cuerpo con la pequeña manta que hay a los pies de mi cama y rezo por qué no sospeche nada. Por suerte parece no hacerlo. Parece no enterarse de nada.

- Baja el maldito volumen, la cabeza me está matando. - Se frota las sienes con los dedos y sale de la habitación cerrando la puerta tras él. Suspiro y dejo mi cuerpo caer sobre la cama.

Observo un punto fijo en el techo mientras reproduzco mentalmente todo lo que acaba de pasar. Nunca antes me había sentido tan... emocionada. Todavía siento la adrenalina recorrer mi cuerpo, es una sensación rara. Normalmente cuando esto ocurre es por algo malo, pero esta vez se siente diferente, se siente bien. Sonrío al escuchar el sonido de una moto alejarse, supongo que es él. Entonces recuerdo que hemos quedado mañana. Inmediatamente me siento en la cama, tengo que encontrar la llave.

Todas las luces de la casa están apagadas lo que significa que mis padres estén ya en la cama. Intentando no hacer ruido, me levanto y me pongo las zapatillas. Con la misma manta de antes, cubro mi cuerpo y me acerco a la puerta. La entreabro para asegurarme de que no queda nadie despierto y salgo. Mentalmente repaso los lugares en los que he estado hoy, la entrada es lo primero que viene a mi mente. Me he caído al suelo, tal vez la llave esté allí también. En silencio bajo las escaleras hasta llegar a la puerta principal. Enciendo una pequeña lámpara y me arrodillo en el suelo.

Palpo hasta el último rincón con mis manos, pero la llave no aparece. Entonces recuerdo cómo vine desde el hospital. Tal vez la llave me haya caído en el coche. Lentamente me levanto y busco en los cajones una linterna. Apago la luz y me acerco a la alarma. Escribo la contraseña con rapidez con la esperanza de que así el sonido de las teclas sea más leve. Una vez que me he deshecho de la alarma, cojo las llaves del coche, abro la puerta y salgo fuera. Busco entre los asientos, bajo ellos, en la parte de atrás, pero nada. Ni rastro de la llave.

Me dejo caer al suelo, rendida, mientras sigo observando el interior del coche desde aquí. Dejo salir un suspiro y me rindo. Seguiré buscando mañana. Estoy intentando levantarme cuando torpemente piso la manta que llevo puesta y pierdo el equilibrio. La linterna se ha colado debajo del coche. Estiro mi mano para alcanzarla y, cuando por fin lo consigo, me dispongo a levantarme de nuevo pero un destello en una de las ruedas delanteras llama mi atención. Ilumino la zona y la veo, justo detrás de la rueda. Cojo la llave sin poder evitar sonreír y la aprieto en mi puño. Cierro el coche y entro de nuevo en casa. Reconecto la alarma y regreso a mi habitación.

Guardo la llave en un lugar seguro y me meto en la cama. Observo la chaqueta de Styles, se siente como si él estuviera aquí. Me inclino hasta alcanzarla y me la pongo. Huele a él. Recuerdo la cara que puso cuando le dije que estaba debajo de la almohada, estoy más que segura de que creyó que estaba loca. Tal vez lo esté. Si no lo estuviera, no me sentiría tan segura como me estoy sintiendo ahora mismo al tener su chaqueta puesta.


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