A los tres días de ver el apartamento, la mujer de la inmobiliaria me llama para firmar los papeles, al parecer ya tiene todo lo necesario y puedo mudarme en cualquier momento. Esta mañana he ido en autobús hasta su oficina ya que Louis tiene que trabajar, pero por suerte vendrá a recogerme cuando termine. Me leo los papeles con detenimiento, asegurándome de no saltarme ni una sola palabra y comprobando que todo está según lo acordado. Firmo y me dan las llaves. Sintiendo como mi cuerpo se llena de nervios, salgo y camino hasta la tienda de decoración más cercana. El apartamento ya está amueblado y decorado, pero quiero darle mi toque personal, hacerlo oficialmente mío.
Compro varios juegos de sabanas, mantas, una bata y toallas de diferentes tamaños, unas cuantas figuras de adorno que me han gustado y unas zapatillas. Una vez lo tengo todo, le mando un mensaje a Louis y lo espero en la puerta. Cuando llega, lo ayudo a acomodar las bolsas para que no se caigan y nos ponemos de camino a mi nueva casa. Abro la puerta y ambos entramos en su interior, nos pasamos la mañana modificando alguna que otra cosa, cambiando los muebles de sitio y añadiendo todo lo que he comprado. Miro el lugar satisfecha, esto ha sido lo mejor que he podido hacer, ya estaba harta de ese hotel y la barbie recepcionista, excepto de Timothy, a quien le he prometido que iría a visitar siempre que pudiera.
- Ha quedado muy bien, ¿no crees? - Digo al sentir los brazos de Louis rodearme mientras saco una foto y la subo a esa aplicación con el fantasma blanco. Creo que me he vuelto adicta a ella.
- Gracias a Dios que dices eso. - Suspira agotado contra mi cuello. - No creo que mi cuerpo resistiera mover ni un solo mueble más. -
- Eres un quejica. - Me río girando sobre mis talones para mirarlo. - Gracias por ayudarme. -
- Sólo lo hago porque la dueña de este apartamento está muy buena. - Me aferra más a su cuerpo y acerca su boca a mí oído. - Y entre tú y yo, creo que le gusto. -
- Entre tú y yo... - Empiezo a hablar cuando el timbre suena, me alejo de él y alzo mis puños al aire. - Pizza! -
- Y así es como una pizza te roba a la chica. - Murmura a mis espaldas mientras camino hacia la puerta.
- Shhh, que no te oiga, es muy celosa. - Ambos empezamos a reír a carcajadas, pero mi risa se esfuma en cuanto veo a la persona que hay al otro lado de la puerta. Su pelo perfectamente peinado y con gomina, un impecable traje gris, camisa blanca y una corbata oscura. Una dorada alianza resalta en su dedo anular y un caro reloj adorna su muñeca. Siento que me quedo sin respiración en el momento en el que sonríe, me ha encontrado y sabe que no tengo escapatoria. - Papá... -
- Hacía mucho que no me llamabas así. - Avanza varios pasos y yo retrocedo, mi cuerpo tiembla tanto que no creo poder permanecer de pie más tiempo. Darren observa el apartamento con detenimiento y luego a mí. - Así qué, aquí es donde vives. -
- No es asunto tuyo. - Fuerzo las palabras a salir de mi boca y sigo retrocediendo hasta chocarme con el sofá.
- Tienes razón, no lo es. - Continúa avanzando hasta que Louis aparece, entonces se detiene. Ambos comparten una extraña mirada con la cual parecen entenderse. Me recuerda al día a las veces que estuve con Harry en Brixton. Todo ahora me recuerda a él, y no me gusta.
- Deberías irte. - Suena como si me estuviera defendiendo de él, pero en mis oídos esas palabras llevan un mensaje oculto.
- Esto está fuera de tu alcance, chico. - Nuestras miradas se cruzan confusas, perdidas. Darren continua avanzando, me agarra del brazo con fuerza y tira de mí. - Nos vamos. -
- Suéltame! - Hago fuerza contra él intentando liberarme, pero no lo consigo, en su lugar, recibo un golpe en mi cara seguido de un brusco zarandeo.
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Hold On
FanfictionÉl era un chico solitario que aparentaba no tener sentimientos. Yo pertenecía a una alta clase social, aparentaba ser feliz y perfecta. Pero nada es lo que parece, eso es algo que ambos aprendimos desde el momento en que nuestras vidas se cruzaron...