"Abro la puerta de la habitación para encontrarme con Harry al otro lado, una sonrisa se forma en su rostro al verme. Estira su mano hacia mí y entrelaza sus dedos con los míos. Besa mi mejilla provocando que el resto de mi cuerpo se cele. Me dice que estoy preciosa. Caminamos hasta el vestíbulo desde dónde la recepcionista nos da los buenos días. El portero nos abre la puerta y nos pide perdón por no encontrar nuestro coche. El ceño de Harry se frunce ligeramente. Decidimos no darle importancia e ir andando. Bajamos los cinco escalones hasta llegar a la acera cuando una moto negra es aparcada frente a nosotros. Harry suelta mi mano y se acerca a ella. El cielo oscurece de repente. Un grupo de hombres me rodean, sus cuerpos llenos de tatuajes y ropas desgastadas. Llamo a Harry para que me ayude, él me mira por encima del hombro y sonríe maliciosamente mientras enciende el motor. Los hombres se acercan lentamente, mis ojos viendo cómo él desaparece en el horizonte, cabalgando sobre un monstruo de dos ruedas. El espacio entre mi cuerpo y los suyos cada vez es más pequeño, sus manos me tocan y de repente todo se vuelve negro."
- ¡Harry! - Me despierto entre llantos y con apenas un hilo de voz. Llevo las mantas a mi pecho, cubriendo por completo mi cuerpo, y abrazo mis rodillas.
Observo la habitación, todo sigue igual que ayer, todo excepto mis botas y su chaqueta de cuero. Me había quedado dormida con ambas prendas puestas, ahora están sobre una silla a los pies de la cama. ¿Lo ha hecho él? Lentamente me levanto con la intención de volver a ponerme la chaqueta, pero mis pies se detienen frente a mi maleta. Necesito darme una ducha y cambiarme de ropa. Sin pensármelo, camino hasta el baño y abro el grifo a la espera de que salga el agua caliente. Lentamente me desvisto y me pongo bajo los chorros. No es hasta que caen sobre mi piel cuando me doy cuenta de lo mucho que lo necesitaba. El agua hace que mis hombros duelan, cierro los ojos y muevo mi cabeza en círculos intentando relajar mi cuello.
Todo esto parece tan irreal, las huidas, las peleas, estar lejos de casa, en un motel que se cae a pedazos, en un lugar en el que la palabra peligro pasa desapercibida cómo un susurro. Probablemente un grito en este lugar signifique infierno o muerte. Intento controlar mi respiración y mis emociones, no puedo ser débil, no puedo permitírmelo. Mi cuerpo y sobre todo mi mente me piden que llore, me dicen que están cansados y que no merece la pena intentarlo, nunca conseguiré liberarme. Odio esta sensación, sentir que me consumo poco a poco y no puedo hacer nada para evitarlo. Me gustaría saber que se siente cuando tienes la cabeza libre de presiones, de pensamientos, de culpa, de muerte... Me gustaría saber qué es vivir sin ansiedad, sin miedo a actuar, a ser uno mismo.
Cierro el grifo y paso las manos por mi pelo para escurrirlo, dejo caer mis párpados y suspiro. Envuelvo mi cuerpo en una toalla y regreso a la habitación, abro la maleta y busco en su interior algo cómodo que ponerme. Me alegro al ver que entre los montones de ropa que Harry cogía sin mirar está uno de mis pantalones favoritos. Lo conjunto con mis botas y un jersey de pelo blanco. Debido a que no hay secador, quito la humedad de mi pelo con la toalla y lo recojo formando una cola de caballo. Tras ponerme la enorme chaqueta de cuero de Harry, me siento en la cama a la espera de que venga a buscarme.
Pasan los minutos, lentamente llega la hora, después un cuarto y seguidamente media más. Me rumbo sobre la cama apoyando mi espalda contra el colchón y flexionando mis rodillas, miro un pinto fijo en el techo e imagino lo que me gustaría que pasara en mi vida. Mi cuerpo está profundamente relajado y mis párpados empiezan a pesar cuando escucho golpes en la puerta. Inmediatamente me levanto y la abro lo suficiente como para poder ver quién está al otro lado. Se trata de la recepcionista, su aspecto no ha cambiado excepto por su peinado, ahora lleva su pelo recogido con una enorme pinza. Su atuendo también es el mismo y quiero pensar que el chicle de su boca no lo es.
- Tienes que irte, ya pasan de las doce y necesito la habitación libre. - Cómo anoche, habla sin ganas y molesta con el simple hecho de hacerlo.
- Estoy esperando a alguien, no tardará mucho. - Balbuceo tímidamente con apenas un hilo de voz y un nudo formándose en mi garganta.

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Hold On
FanficÉl era un chico solitario que aparentaba no tener sentimientos. Yo pertenecía a una alta clase social, aparentaba ser feliz y perfecta. Pero nada es lo que parece, eso es algo que ambos aprendimos desde el momento en que nuestras vidas se cruzaron...