- Espera, no te muevas. - Sarah alza un dedo de advertencia y sale corriendo, cuando regresa, lo hace con un espejo entre sus manos. Lo coloca frente a mí para que vea el resultado de su trabajo.
- Estás horrible. - Dice Harry deteniéndose a su lado, ella lo mira con el ceño fruncido. - Vale, era broma. - Alza sus manos en señal de inocencia y ambos sonríen.
- Son preciosas. - Me observo a mi misma en el espejo, realmente ha hecho un gran trabajo.
- Mi mamá solía hacérmelas antes de que se me cayera el pelo. - Sonríe mocionada, sin mostrar ni una sola pizca de desilusión, pena o tristeza. Ninguno de estos niños lo hacen. - Son mis favoritas. -
- Seguro que a ti también te quedaban mal. - Frunzo el ceño ante el comentario de Harry, pero a ella no parece importarle, sino todo lo contrario, se ríe. - En cambio ese pañuelo te queda muy bien. -
- Eso lo dices porque me lo has dado tú. - Se queja. Los hoyuelos marcando las mejillas de Harry.
- Y por eso te gusta. - Le guiña un ojo, insinuando que está enamorada de él, y esta vez sí que frunce el ceño.
- Mentira. Me gusta porque es rosa, es suave y no da calor. - Se cruza de brazos y alza su pecho. - Y tú eres idiota. - Y tras decir eso, se va. No antes de darle un golpe con el brazo y imitar su manera de caminar.
- Tiene razón. - Harry se gira para verme y alza las cejas. - Si que eres idiota. -
- Y yo que creía que no teníamos nada en común. - Murmura irónico haciéndome rodar los ojos.
Todavía me pregunto el por qué Harry me ha traído aquí, por qué después de todo este tiempo, tiempo en el que no me ha dejado conocerlo, me muestra esto. Su parte más vulnerable, su dolor, su tormento. He aprendido más cosas sobre él en unas horas que en todo el tiempo desde que lo conozco. Ahora sé porqué lloraba, porqué actuaba de la forma en que lo hacía. Todas sus desapariciones, su agotamiento, todo tiene ahora una explicación. Me gustaría haberlo sabido antes, mis reacciones habrían sido diferentes, no le hubiera gritado, no le hubiera dicho muchas de las cosas que le dije, no le habría echado la culpa. No me habría importado quedarme sola, sino que esperaría a que él regresara para poder abrazarlo.
En silencio observo a los niños, la mayoría juegan, pero otros hablan entre ellos sobre sus enfermedades, presumen de pañuelos y muestran las cicatrices de sus operaciones. El más pequeño no debe de tener más de seis años. Es injusto, nadie debería pasar por esto, y mucho menos un niño. Anne parece conocerlos a todos muy bien, ellos la quieren y le cuentan historias. Sonríe cuando una de las niñas le regala una pulsera que ella misma ha hecho. Todo parece ser tan normal para ellos, tan divertido... Pero en ocasiones tropiezan y empiezan a toser o encontrarse mal, necesitan sentarse unos minutos para poder seguir jugando. Mis ojos se llenan de lágrimas al verlos, si yo estuviera en su situación no sería tan valiente.
- No llores. - La voz de Harry choca contra mí nunca. - Si lloras se reirán de ti. - Habla con gracia. Giro mi cabeza para mirarlo cuando su cuerpo se endereza y se encoge de hombros. - Les resulta divertido. -
- Es tan injusto. - Empiezo a sollozar, las lágrimas escapándose de mis ojos.
- ¿Por qué lloras? - Sarah aparece en mi campo de visión. Cuando mis ojos se posan sobre ella, se ríe. - Que tonta. - Alza su vista a Harry y de nuevo a mí. - Él también lloró. - Lo señala y no puedo evitar reír ante su acusación.
- Yo no lloré. - Se queja, todavía inmóvil a mis espaldas.
- Ya, claro, sólo te brillaban los ojos. - Niega con la cabeza cómo si no tuviera más remedio que darle la razón.
ESTÁS LEYENDO
Hold On
FanficÉl era un chico solitario que aparentaba no tener sentimientos. Yo pertenecía a una alta clase social, aparentaba ser feliz y perfecta. Pero nada es lo que parece, eso es algo que ambos aprendimos desde el momento en que nuestras vidas se cruzaron...