Me he quedado dormida en plena tarde, semidesnuda en la cama tras haber experimentado con Harry en el momento más íntimo que jamás he tenido. Horas después, a las cinco y pico de la mañana, me despierto en la misma posición, todavía sola. A primera vista todo está igual, pero en el momento en que me muevo puedo notar una única diferencia, llevo su camiseta puesta. Una camiseta que él me ha puesto, lo que significa que regresó a mi lado. Desde la cama puedo ver como su ropa está hecha una bola sobre la silla del escritorio al igual que sus botines están tirados, cómo siempre, en medio del suelo. Estiro mi cuerpo tanto cómo puedo y camino hasta la cocina a por un vaso de agua, después regreso a la habitación y me siento frente al escritorio.
Me acurruco en la silla con las rodillas pegadas a mi pecho, dejo el vaso a un lado y observo el desorden que tan usual es en Harry. Le echo un vistazo a todos los papeles que hay sobre la mesa y me extraño al no encontrar ningún dibujo, ningún bosquejo, ninguna foto. Tan solo son papeles arrugados hechos una bola. Desdoblo y aliso con mis manos algunos de los papeles, me sorprende el hecho de que estén en blanco, ¿Por qué estropearlos de esta manera cuando podría darles uso? Tan sólo puedo encontrar la mancha de un bolígrafo negro en un par de hojas, en una de ellas no es más que un simple garabato sin sentido, en la otra, puedo leer mi nombre a medio tachar. Es como si hubiera empezado a escribir y se hubiera arrepentido.
Doy otro sorbo a mi vaso de agua y apoyo mi mejilla en mis rodillas mientras observo el cielo oscuro y estrellado a través de la ventana al tiempo que disfruto del aroma de su camiseta. Cierro los ojos dejándome invadir por mis sentimientos, todo lo que deseo en estos momentos es tenerlo a mi lado, darle uno de esos abrazos que te llenan el alma y besarlo. Un beso suave, con lentitud, uno de esos que no necesita ser profundo para que haga que se te erice la piel. Un beso que se siente como el primero, nervioso, provocando que a tu corazón le llegue un pinchazo de adrenalina. Uno que te deja sonriendo durante días. Sonrío como una tonta ante mis pensamientos, ante las imágenes que estaba creando en mi mente, y abro los ojos. Hace varios meses que me pasa esto y nunca he querido admitirlo, pero el simple echo de pensar en él me hace feliz. Y más feliz me siento cuando lo tengo frente a mí. Me siento completa.
Cambio de posición y observo la puerta de la habitación, que está entreabierta. Me bajo de la silla y empiezo a caminar descalza hacia ella, cuando mis píes tropiezan con su pantalón. Me agacho para recogerlo, lo doblo y lo coloco sobre la silla. Sobresaliendo de su bolsillo encuentro una hoja igual que arrugada que las otras, solo que esta tiene algo escrito. Sintiéndome culpable antes de tiempo por indagar en sus cosas, cojo el papel y lo desdoblo, me quedo boquiabierta al reconocer mi letra, las preguntas que he estado escribiendo, mis pensamientos, todo lo que quería decirle o saber de él. Las leo por encima y me doy cuenta de que ahora todas mis dudas y preguntas tienen una respuesta. ¿por eso me lo ha contado todo? ¿Porque encontró la hoja?
Soy sacada de mis pensamientos al escuchar un fuerte estruendo en el exterior de la casa, seguido de un continuo pitido del claxon de un coche. Dejo la hoja caer al suelo y salgo corriendo de la casa, no antes de tropezar con la vacía botella de Whisky que estaba tirada en el suelo. En cuanto abro la puerta principal siento como mi corazón se detiene y mi alma cae al suelo cómo si estuviera cargada de plomo, mis ojos se llenan de lágrimas y me pongo a correr hacia el coche, sin importarme la escayola o el dolor. Apenas he podido acercarme cuando veo a Harry salir de él, a carcajadas mientras se tambalea. Estando a un par de metros de distancia, se da la vuelta y observa el coche, hace un "pfffff" señalándolo antes de echar a reír de nuevo.
- ¿Has visto eso? - Pregunta al notar mi presencia, sin llegar a darse cuenta de quien soy. Continúo acercándome a él mientras lloro hasta que se digna a mirarme. Concentra su mirada y su fruncido ceño sobre mi hasta que me reconoce. - Jules, baila conmigo. -
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Hold On
FanficÉl era un chico solitario que aparentaba no tener sentimientos. Yo pertenecía a una alta clase social, aparentaba ser feliz y perfecta. Pero nada es lo que parece, eso es algo que ambos aprendimos desde el momento en que nuestras vidas se cruzaron...