- Capítulo 5 -

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Llegué a la escuela por la mañana y el prefecto de los grupos de tercer grado (grado en el que estoy yo) nos avisó que el profesor GreenVille de Formación cívica y ética no había ido. Por eso pedimos a la maestra Ágata nos adelantara la clase para poder salir temprano.
Transcurrieron las clases con normalidad hasta la hora de receso. Ese día nunca lo voy a  olvidar. Digamos, fue bello pero a la vez muy, muy vergonzoso.

Acompañé a Mahogany a la cooperativa y me encontré a Martijn. Albert se me acercó y me rodeó con el brazo.

- Ven - me dijo y me llevó a la fuerza hasta donde estaba Martijn - Hola Martijn - le saludó.

Él traía un vaso de jicama que había comprado en la cooperativa. Yo sólo bajé la mirada, la tenía fija en el piso. Sentía su mirada en mí por lo que me sonrojé demasiado.

- Mira, - habló Albert - quiero presentarte a Theresa- tuve que levantar la mirada para no ser muy descortés. Me sentí muy, muy nerviosa al verlo tan cerca de mi y ver que trataba de verme a los  ojos, cosa que no le permití por los nervios. Lo volví a mirar.

- Hola Theresa - me seguía mirando.

- Dénse la mano, no sean malos . - dijo Albert viendo la escena.

Él acercó su mano a mí, y yo la tomé . Sentí un gran mar de mariposas al sentir el contacto de su mano con la mía.

- Hola - repitió.

- Hola - le dije muy nerviosa. Apenas me salían las palabras.

Después nos soltamos las manos y yo bajé de nuevo la mirada pero aún podía sentir la de él en mí. Decidí buscar a Mahogany con la mirada. La encontré con Dona, Ana y otro de mis amigos, Elías. Tal vez, esas dos ya le han contado lo que me pasa con Martijn porque los veo riéndose de lo que está pasando. Que buenas amigas tengo, de veras que sí, no puede haber mejores.

Regresé mi mirada al piso. Martijn seguía viéndome. Dios, que nerviosa me pone.
Después vi que se le cayó un pedazo de jicama, pero seguía viéndome.

Él estaba platicando con Albert pero tenía la mirada en mí, podía sentirlo. Después, Albert me nombró.

- ¿Qué les parece si algún día los invito a mi casa? Sería buena idea, y además, Martijn, tú ya no has ido. A ti Theresa te invitaré, los invitaré algún día.

- Sí - dijo Martijn. Oh mira, se le cayó el tenedor. - Oops.

- Je, tal vez no te quería - Oh por dios, me escuché tan tonta y nerviosa. Ante tal comentario, me reí nerviosa y pude notar que el también lo hizo.

Vi que lo levantó y trató de verme la cara.

- ¿Les parece si vamos a la cancha? - dijo Albert rodeándonos a ambos con los brazos.

- Ok - dijo Martijn respondiendo por ambos.

Después nos soltó y Albert fue primero y Martijn detrás de el.

Vi a Mahogany y Dona detrás de mí.

- ¡Pillina! - me dijeron ambas.

Después me fui detrás de Martijn y ¡Oh tacos de hockey! Elías me empujó a él. Casi hago que caiga, pero pude quitarme a tiempo, ayudarle y pedirle perdón. Él sonrió *tiene una sonrisa preciosa* y seguimos caminando. Mahogany, Dona y Elías venían detrás de nosotros.

Por dios, con ellos detrás, será un día pesado.

El Chico Del Segundo Grado | Martin Garrix (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora