Capítulo 22

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Despierto pero todo esta oscuro, intento moverme pero no logro hacerlo, mis manos parecen estar atadas a mi espalda al igual que mis pies estirados los cuales muevo desesperadamente sin ningun resultado. ¿Que demonios ocurre? ¿Dónde estoy? Estoy recostado y no logro levantarme, la superficie es fría y sólida, esto de estar atado de manos y pies con los ojos tapados es lo más desesperante que haya vivido. Siento que mi respiración se corta, no se que esta pasando pero es obvio que no es nada bueno. No recuerdo nada, de hace rato, solo recuerdo que salí de casa de Gerard para alistarme para ir a trabajar y ahora estoy aquí. Demonios me van a despedir. Wow Frank, al parecer estas en peligro y solo te importa que te despidan. Una puerta abriéndose y cerrandose se escucha al fondo, tiemblo en mi lugar sin darme cuenta. Unas pisadas se acercan cuidadosas, me remuevo sin decir una sola palabra porque a decir verdad tengo miedo de lo que pueda pasar.

—Hola guapo... —una voz gruesa y rasposa me hace moverme cual pez fuera del agua— tranquilo, no te hare daño... aún.

Sus pasos se escuchan cada vez más lejanos, dejándome sin habla y con un dolor repentino de cabeza. Esa voz... ¿Dónde la eh oído? Por más que intento recordar, comparar rostros en mi mente, no puedo pensar en quien puede ser dueño de esa voz. Lo único seguro es que es un hombre pero ¿Porqué hace esto? Vuelvo a escuchar pasos pesados acercarse a mi, se detiene sin decir nada en lo absoluto, el silencio es perturbador para mi, bien podria tener un cuchillo o una pistola frente a mi y yo ni siquiera me doy cuenta por la maldita venda que tapa mis ojos. Siento unas frías y fuertes manos tocarme los hombros, entro en pánico al instante en que sus manos me levantan para quedar sentado. Pronuncia un "shhh" tranquilo e intento regular mi respiración aún sin poder decir una sola palabra.

—¿Tienes una idea de quien soy? —habla con aparente inquietud, me sujeta fuerte de los hombros aprentando de modo doloroso.

Solo niego con la cabeza y su agarre es más delicado, me suelta y un escalofrío recorre todo mi cuerpo seguido de un aire helado que me hace temblar y quejarme un poco en silencio.

—Te quitare la venda de los ojos solo si prometes que no intentaras escapar o gritar —sintiendo un miedo inmenso decido asentir con cuidado.

Su tacto helado en mi nuca no esta ayudando a tranquilizarme solo hace que miles de imágenes recorran mi cabeza en total desorden. Quita la venda de mis ojos y mi vista es borrosa por unos segundos, el lugar esta oscuro y desordenado, es una habitación pequeña color café con unos cuantos muebles incluidos un sillón, un pequeño espejo cerca de la puerta y un ropero viejo. No hay señales de alguna ventana o algún otro espacio abierto. Hay ropa y papeles de libros tirados por todos lados, instintivamente volteo a ver mis piernas que estan pegadas con cinta adhesiva gruesa, intento despegarlas sin ningún resultado. Temeroso volteo hacia atrás para ver a mi agresor, solo puedo ver sus piernas en un pantalón negro y mientras mi vista sube lentamente puedo ver su camisa de manga larga del mismo color. El sujeto se moviliza al otro lado de la habitación, justo frente a mi y observo que lleva puesta una mascara de halloween, al parecer de un oso.

—¿Creiste que te dejaría ver mi rostro, querido? —habla con tono de burla y me quedo inmóvil al oir su rasposa voz— tranquilo, ya te dije que no te haré daño pequeño, ¿Tienes preguntas? —paso saliva solo para darme cuenta que mi garganta esta seca, intento decir algo pero solo un sonido ahogado sale de mi boca— Te traeré agua... —me da la espalda y abre la puerta blanca que rechina de lo vieja que es y se retira del cuarto.

Comienzo a recorrer cada esquina de la habitación en busca de algo que me sirva para desatarme pero como dije antes lo unico que hay es ropa sucia y papeles. El enmascarado vuelve con un vaso de agua en las manos, tarareando una canción conocida... creo es Misfits. Me tiende el vaso riendo inmediatamente, claro idiota ahorita lo agarro con mis manos atadas a mi espalda. Musita un "lo siento" débil y me pone el vaso frente a mi boca, bebo el agua fría que es como tortura para mi garganta por unos segundos pero poco después comienzo a sentir mi boca en su estado normal de vuelta. Me preparo para hablar mirando fijamente la mascara de mi ofensor y el aleja el vaso de mi.

—¿Porqué me tienes aquí? ¿Qué necesitas de mi? —mi voz sale con dificultad aún, un tanto débil.

—Ya puedes hablar solo no grites por favor... seré directo contigo, yo te amo y no puedo soportar que estes con otro —dice con seriedad evidente en su voz haciéndome temblar un poco.

—Si de verdad me amaras no me dañarias —mi voz recupera un poco más de fuerza al hablar.

—Tú no lo entenderías, yo... —suena el timbre de entrada seguido de varios golpes a la puerta, el enmascarado toma el pañuelo que antes estaba en mis ojos y lo usa para tapar mi boca.

"Ni se te ocurra gritar" sentencia antes de salir de la habitación. Por debajo de la puerta se ven unas cuantas sombras que pronto desaparecen, después se escuchan unos murmullos lejanos que no logro descifrar.

—¡SI A TI NO TE IMPORTA A MI SI!un grito desesperado se deja oir del otro lado del cuarto.

Después del grito desgarrador pasan unos segundos de silencio total que inunda la habitación de tal modo que hasta las pisadas del más diminuto insecto se podrían oír, de repente un estruendoso ruido de vidrio roto llego a mis oidos.

—¡NO ME VENGAS CON ESTUPIDECES, BOB! —otro grito de enfado, espera... ¿Bob?

My Hopeless Romance© «Frerard»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora