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Llegamos a casa y miré a mi hermano. Él me sostenía por la cintura mientras yo iba lo más derecha que me era posible.
-Sólo tenes que descansar.-dijo, abriendo la puerta.
-Me siento bien.-mentí. Él negó. Era inútil mentirle a Freddie. Él me conocía. Sabía que le mentía.
-Vamos.-dijo y me tomó con su brazo sano, levantando mis pies del suelo y apoyándome en su cadera.-Mamá fue a arreglar unas cosas con papá. Dejame revisar la herida. Tengo miedo de que se te haya salido un punto.
Subió al cuarto sin soltarme y me dejó sobre la cama. Levantó mi remera con suavidad, erizando la piel que rozaba a su paso. Me miró unos instantes y acarició mi labio inferior con su pulgar.
Retiró la venda y limpió un poco de sangre sobre mi abdomen antes de devolverla a su lugar.
Se acostó a mi lado, sin devolver a remera a su lugar, dejándola enrollada sobre mis pechos.
Entonces me encontré deseando a mi hermano. Voltee hacia él, con cuidado, y puso su mano con suavidad en mi cintura.
A pesar de ser mellizos, Freddie era más alto que yo como por una cabeza. Y, el hecho de que se ejercitara siempre, lo hacía más grande. Si, su cuerpo era perfecto para que me ocultara en él y eso era algo que amaba hacer.
-Freddie.-susurre.
-¿Qué?
-Me duele.
-Lo sé.
-Freddie.
-¿Qué?
-Quiero besarte.
La confesión floto en el aire unos segundos antes de que pudiera sentir sus labios sobre los míos.
-Darcy, no quiero que hagamos algo de lo que podamos arrepentirnos.-murmuró.
Me oculte en su pecho y dejé que me abrazara. Yo tampoco lo quería. Su mano subió hasta uno de mis pechos y lo dejé. Nos arrepentiríamos, puede ser, pero en ese momento necesitábamos saber que estábamos el uno con el otro.
-No quiero que nadie más te toque.-dijo y pude sentir como empezaba a excitarse.- Soy el único que nunca te lastimaría. Tengo que irme.
Salió de la cama con rapidez y yo me quedé ahí, abrazando un almohadón, intentando ignorar que sabía que mi hermano se sentía mal por lo que había echo.
-¿Hay alguien en casa?-preguntó una voz masculina desde el piso de abajo.-La puerta estaba abierta y...
Freddie entró y cerró la puerta del cuarto con rapidez. Supe que no sabía quién era. Me tomó y entramos en el baño. A veces podía ser muy paranoico. Le marcó a papá y se pegó a la puerta.
-No es él.-dijo.- Nunca tiene el celular en silencio.
-¿Hola?-se escuchó al otro lado de la línea.-¿Freddie?
-Papá, hay alguien en la casa.
Entre los dos empezaron a darse indicaciones y pronto escuchamos dos golpes. Freddie salió y yo lo seguí en silencio. Vi a Frank tendido en el piso y a papá sobre él. Al ver a su hijo, se acercó.
-¿Estás bien?-le preguntó.
Pasé por su lado y me arrodille junto a Frank que estaba semi consciente.
-Frank.-murmure con la voz entrecortada.
- Por el amor de Dios, Darcy, te vas a lastimar.
-¿Lo conoces?-preguntó papá.
-Es profesor del campamento.-dijo Freddie, haciendo que me ponga de pie con cuidado.- Perdón. No reconocí tu voz.
-¿Vos tampoco?-me preguntó, algo molesto.
-Darcy no reconocería ni mi voz en estos momentos.
-Lo sé.-suspiró.-Perdón.
-Necesitas sentarte.-dijo mi hermano.
Asentí. Me guió al sillón y papá se sentó a mi lado.
-¿Cómo hiciste para destrozar tanto el auto?-preguntó.
-Andate, Louis.-resonó la voz de mamá.- Alejate de mi hija.
-También es mi hija.
-Entonces no le preguntes sobre el coche, anda a verla al hospital.
-No podía ir. Tenía trabajo.
-Jurado de Fue X Factor.-dijo Freddie, para mi sorpresa.- Pero te tomaste un descanso para dormir un poco. En lugar de ir a ver a Darcy, te fuiste a dormir.
-Trabajé todo el día.-dijo, como indignado.
-No es cierto. No estuviste en la audición de Darcy.
Mi padre se quedó boquiabierto y mamá también.
-Ella no...
-Ella quedó. Frank va a ayudarla.-dijo Freddie.
-Nadie va a entrenar a mi hija. Ella no va a participar.-estalló papá.-No vas a estar en el programa.
-¿Por qué?-preguntó Freddie.
-Porque ese programa es el que me trajo a todo esto. No voy a dejar que cometas las mismas idioteces que yo.
La respiración se atoro en mi garganta. Me miró. Había arrepentimiento en sus ojos. La irá se había esfumado por completo.
-Darcy...-quiso tomar mi mano.
-Lamento haber sido el fruto de tus errores.-masculle.- Perdón por hacer que cometas estupideces antes de nacer siquiera. No pretendía llevar tu apellido.
-Hija...-las lágrimas se acumularon en sus ojos.
-No. No te preocupes. Voy a arreglarlo.
-¡Darcy!-gritó mi hermano y odié que supiéramos lo que el otro pensaba.
Quise salir de ahí pero él me tomó del brazo, atrayéndome hacia su cuerpo. Cubrió mis oídos y besó mi frente un y otra vez.
-No voy a dejar que hagas nada. No voy a dejarte. Si vos te morís yo me muero. ¿Queres que yo me muera?-negué.- Entonces no hagas nada. Darcy va a participar y vos vas a irte.-le dijo a papá.- ¡Quiero que te vayas ahora!
-Darcy está sangrando.-dijo.
-Nosotros vamos a encargarnos. Vos andate. Ya no la lastimes más.
Fue la primera vez que Freddie le gritó a papá. Se sintió raro que lo hiciera para defenderme de él, pero me gustó saber que mi hermano saltaría a salvarme si me estuviera ahogando.

EscondidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora