Escondida

9

Me paré en el centro del escenario y comencé a cantar con los ojos cerrados. A los dos segundos sonó la primera cruz. Respire profundo y seguí. Usé la furia de Freddie para aumentar el significado a la letra de la canción y me permití mirar. Mamá sonreía, al igual que mi hermano y Frank.
Me enfoque en ellos y di lo mejor de mi. Los jurados se pusieron de pie al aplaudir. Todos menos papá, quien permaneció de brazos cruzados en su lugar. Recibió miradas de desconcierto pero las ignoró. Sabía que no pasaría sin su sí. No me lo daría.
-¿Louis?-preguntó Simón Cowel.-¿Qué haces?
-Para mi es un no.
Comenzaron todos a gritar y Freddie subió y se puso junto a mi.
-¿Y vos qué haces ahí?-preguntó otro jurado, mirándolo.- ¿Es tu novia?
Retrocedí un paso, como si su comentario hubiera sido un puño amenazando con derribarme. Freddie tomó mi mano con firmeza y negó.
-Mi hermana. Somos mellizos.-miró a papá que estaba boquiabierto.-No voy a dejar que la prives de está posibilidad. Tiene una voz increíble y vos lo sabes. Eso es lo que te molesta. Sabes que ella puede tener todo lo que vos perdiste.
-No voy a empujar a mi hija a la fama.-dijo tajante.
-Va a llegar sola y vas a perderla para siempre. Nunca va a volver, porque sos un padre terrible para ella.
-Freddie...
-No puede subir a un auto porque no fuiste capaz de despertarte y traerla al campamento.
-Freddie, por favor.-pedí, con la mano en su pecho.
-No siquiera estuviste cuando ella se despertó. ¡¿Qué clase de padre sos?! Y, ¿sabes qué es lo peor? Que ella te recibiría con los brazos abiertos a pesar de todo porque sólo quiere un padre. Le dijiste que ibas a arreglarlo todo y sólo estuviste con ella las horas que quisiste.
-Freddie, vámonos.-suplique.
-¡Sos un idiota!-le gritó a papá.
-Freddie.-volví a pedir, empujándolo suavemente por el pecho.- Freddie, dejalo. Por favor.
Mi voz salió como un susurro y él me tomó con fuerza. Resignado, se retiró del escenario sin soltarme.
-No puede hacerte esto.-dijo.
-Mirame.-pedí.- Él puede hacerlo todo. Vos no tenes que dejar que te afecte.
-Te lastima.
-Entonces no dejes que te lastime a vos también.

Me miró fijamente. Estábamos los dos solos en el estacionamiento. Se aproximó y suspire.
-Darcy, no quiero que lo hagas. No quiero que entres en este mundo.
-Yo sólo quiero cantar.-murmure y me tendió sus brazos.
-Podemos cantar en casa. Puedo ayudarte en todo.-me tomó.- Darcy, no sabes en lo que te estás metiendo.
-Si lo sé.-dije, recostada en su pecho.- Estoy logrando que me veas. Pensé que iba a gustarte que cantara como vos. Practique mucho. Pero no sirvió de nada después de todo. Nunca sirve de nada cuando es con vos.
-Eso no es así. -murmuró.-Te dije que iba a arreglarlo, Darcy.
-Pero nunca fuiste al hospital.-la voz se me quebró.-Es como si fueras imaginario. Como si sólo aparecieran de vez en cuando y eso duele.
-Hija...
-Nadie nunca me miró como Frank cuando le dije que me dolía. Así es como miran los padres. Así es como miras a Freddie.
Me apartó y tomó mi rostro entre sus manos. Barrió las lágrimas y me miró fijamente.
-Darcy, soy tu papá y te amo. Perdón si no lo hice bien. Nunca quise que te sintieras así. Te amo. Sí noto cuando estás, te veo obsesionada con el orden de tu comida en el plato, con tu manía de pasar en puntitas cuando jugamos para no distraernos. Te veo cada noche pasarte a la cama de tu hermano, para dormir con él.
-Sólo me haces creer que no.-lloré.
-Vení acá.-dijo, besando mi cabeza y abrazándome con fuerza.- Te amo, Darcy. Ya, hijita. Voy a arreglarlo todo. Voy a solucionar todo esto. Vas a tener quien te mire como un padre.
-Papá, -me hundí en su pecho.- Yo no quiero palabras.
-No van a ser sólo palabras.-prometió.- Sólo... No te metas en esto, Darcy. No soportaría que lo hicieras.
-¿Por qué?
-Porque no.
-Esa no es una respuesta, papá.
-Es la única que puedo darte.
-Papá, - murmure tras unos segundos.- creo que necesito sentarme.
-¿Te duele?-preguntó, avanzando hacia el auto.
Subimos y acuno mi mejilla.
-Tenes que volver.-dije.
-Pueden seguir sin mi. Yo necesito llevarte a casa para que descanses.
Lo miré y me sentí inmensa. Era la primera vez que abandonaba algo por mi. Entonces pensé en Freddie, ¿cómo de sentiría tener ese cariño cada día de tu vida?