Capítulo 30.

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"Tal vez era mejor cuando éramos imposibles el uno para el otro".

Su mirada seguía pérdida, cuánto dolor le cause. Me arrepiento por completo, David no lo merecía.

- ¿Sabes? -cerré los cojos contra su cuello y escuche un sollozo- por ti cambie, por ti me había prometido ser un mejor hombre, quería darte todo lo mejor. Hacerte feliz, darte una familia, un hogar de verdad.

- David...-dije llorando-.

- Dejame terminar....-derramó lágrimas- esta dispuesto a darte hasta lo que no tengo con tal de que fueras feliz....

- Contigo soy feliz David.

- Si lo fueras nunca hubieras caído en la cama de mi hermano -apretó los puños y giro la cabeza mirándome-.

Sus ojos reflejaban el dolor de su alma, un alma que yo había matado.

- Yo quiero estar contigo David.

- ¿Conmigo? ¡A la primera buscaste consuelo en James! -gritó molesto-.

- Por favor David...No quiero perderte...-baje la mirada esperando su rechazo-.

Sin decir nada me sujeto de la nuca y beso mi frente. Lo miré a los ojos y acaricié su mejilla.

- Supongo que esta sera nuestra despedida, ¿Verdad? -dije tratando de controlar mi llanto nuevamente-.

- Si... -Apenas y susurro-.

Esta debe ser una de las cosas de la vida de la que todos hablan. Creí que ya había pasado por lo mas difícil, pero solo era el principio; pude haber afrontado todo acompañada de un buen hombre a mi lado. Pero por culpa mía, cometí la mayor estupidez, perder al amor de tu vida justo cuando la vida ya te lo había dado en las manos.

Las personas siempre cometemos errores, nadie nos enseña sobre la vida, ella nos muestra y nos va llevando hacia nuestro destino, pero nosotros elegimos, decidimos que camino tomar, cual es el correcto y cual no. Y en mi caso, elegí el incorrecto, el camino difícil.

Besé suavemente sus labios, disfrutando de los últimos segundos a su lado. Luego me alejó.

- Ya debes irte.

- De verdad lo siento David...

Besé su mejilla, lo miré por última vez y salí de su habitación, era todo. Se había acabado. Bajé los escalones y vi a James, Sequé mis lágrimas.

- ¿Qué haces aquí?

- Yo lo llamé -dijo David bajando-.

- ¿Porqué?

- Para que te vayas con él, después de todo ya duermen juntos, ¿No? -decía molesto y elevando la voz, se notaba el odio en su mirada, la cual nos fuminaba a ambos-.

- ¡Estas siendo muy injusto conmigo! -solloce nuevamente-.

James se limitaba a mirarnos, lo miré para que me ayudará pero él solo se alejaba. David bufó molesto.

- Es hombre para acostarse contigo pero no para defenderte, vaya pareja has elegido Tn.

- ¡Basta David! ¡Basta! -le grite llorando-.

Él negó y me dio la espalda.

- Toma tus cosas y vete.

- Te quiero....-susurré-.

Apretó sus puños con fuerza, se giro de golpe y me empujó cayendo en el sofá, luego se colocó encima mío.

- Repitelo -ordenó-.

- Te quiero...

- ¡Mentirosa! -gritó molesto-.

- ¡No miento! ¡Es cierto! -tomé su rostro, sujetó mis muñecas-.

- ¡Entonces mienteme! -derramó lágrimas- así me será más fácil olvidarte... -pego su frente a la mía-.

- No...

- Dime que lo amas a él, dímelo... Mienteme....

- ¡No pienso hacerlo! ¡Te quiero a ti!

- Yo lo hacía... ¡Te quería para compartir mi vida y la eternidad! ¡Te amaba y eso no te importaba! ¡Jamas te importo siempre fue James! ¡Queria una familia contigo, un futuro a tu lado! ¡Lo quería todo! -sus lágrimas rodaban sin control por sus mejillas-.

No sabía que hacer, me dolía en el alma verlo así, roto, como yo...

El Psicólogo y La Suicida. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora