Capítulo 37.

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Todo valió la pena para encontrarte...

Me acurruque en sus brazos, lo que sentía en ese momento era nuevo para mí. Ser correspondida, tratada con respeto, sentirme amada.

¿Habré encontrado al indicado?

Soy tan feliz en éste momento, se veía tan lindo dormido. Acariciaba su cabello, su rostro, sus labios. Sonreí y lo besé, me levante y me di un baño, salí y volví a acostarme. Black me abrazó dormido.

En la mañana me vestía mientras el se duchaba, salió sólo con una toalla cubriéndole la cintura. Se vistió y tomó mi rostro besándome.

--- ¿Cómo amaneciste nena?

--- Mejor que nunca -sonreí, al igual que el, lo abracé-.

--- ¿Estas bien? -me miró preocupado-.

--- Lo estoy, gracias por darme un espacio en tu vida.

Él negó sonriendo, acarició mi mejilla.

--- Yo soy quién debe agradecerte, me has traído vida de nuevo, antes de ti estaba sobreviviendo, ahora vuelvo a vivir.

--- Eres un hombre maravilloso Black.

--- No lo soy Tn, soy policía, he matado, he sido el malo en muchas ocasiones.

--- No me importa tú pasado, sino el presente. Todos tenemos algo que queremos olvidar, pero debemos aprender del pasado. Sí no fuera por todo lo malo que he pasado jamas te hubiera conocido.

--- Eres perfectamente imperfecta, y así me encantas.

--- Black.....-me sonroje-.

--- Hay que ir a desayunar.

Salimos de la habitación tomados de la mano, entregamos la llave y salimos. Íbamos a salir cuando vimos varias patrullas de policías, nos agachamos y nos fuimos por la puerta trasera.

--- ¿Que haremos? El auto está de aquél lado -pregunté asustada-.

--- Calmate, estaremos bien, solo hay que mantenernos escondidos y en alerta hasta que se vayan.

--- Nos encontrarán Black, son los hombres de James, los reconozco.

--- Maldición -dijo serio-, ese cabrón tiene aliados en la policía.

--- Pueden ser, o se robaron sus uniformes y se hicieron pasar por unos.

--- También lo pensé.

Luego de un rato los tipos, subímos al auto y Black condujo con prisa.

--- ¿Nos siguen Tn?

--- No, ni sus luces.

--- Es un alivió saberlo -bajo la velocidad-.

--- Estoy cansada de huir y estar con miedo, quisiera sólo quedarme en un lugar estable.

--- No falta mucho para nuestro destino, te llevaré con la persona que ha esperado mucho por verte.

--- ¿Quién?

--- Lo sabrás hasta lo que veas, es un agente encubierto, en casa de Maslow.

--- Yo no quiero ir a esa casa.

--- Nos veremos en otro lado.

--- Pero, ¿Quién es? ¿Lo conozco?

--- Podría decirse.

¿Quién podría ser? ¿Acaso es.....? No puede ser, no, no lo creo. Miré a Black mientras conducía, me preguntaba si esa persona cambiaría mi romance con él. Se le notaba serio, con la mirada pérdida. Besé su mejilla.

--- ¿Estas bien? -se giró hacia a mí y asintió para luego volver su vista hacia la carretera-.

--- ¿Porqué lo preguntas?

--- Tú expresión cambió cuando mencionaste al dichoso agente en cubierto.

Tomó mi mano y la besó, la mantuvo en sus labios sin soltarla mientras conducía.

--- No quiero perderte.

--- ¿Porqué me perderías?

--- Por que sé que elegirás a esa persona.

Estacionó el auto al llegar a la mansión Maslow, bajamos del auto.

--- Yo no haría eso.

Me abrazó fuerte.

--- Pase lo que pase contarás conmigo.

--- Me estás asustando Black...

--- ¡Tn!

Esa voz... Me separé de Black, justo en ese momento apareció David me abrazó.

--- Te extrañe, me has hecho mucha falta -se separó un poco y me besó-.

Estaba en shock, David era el agente en cubierto, todo este tiempo. David sonrió, miré a Black quien estaba serio. Negó al verme.

--- Gracias por traerla amigo -dijo David y estrechó su mano con la de Black, él me miró-.

--- Es mi trabajo después de todo.

--- Te lo agradezco, y aquí tienes -le dio un sobre amarillo-, ahí está toda la información que necesitas para meter preso a mi hermano.

David me tenía sujeta de la cintura con una mano, yo me limitaba a su contacto. ¿Porqué justo cuando Black había entrado a mi vida David tenía que aparecer de nuevo?

--- Bueno, yo ya tengo que irme a la comisaría.

--- Fue un gusto verte de nuevo Black.

--- Lo mismo digo.

Me miró y suspiró desviando su mirada, sentía punzadas en ni pecho, estaba al borde del llanto.

--- No puedes irte....

--- ¿Porqué no? No tengo razones para quedarme -susurró, mientras David hablaba con unos empleados-.

--- Me tienes a mí.

- Y tú lo tienes a él.

Subió a su auto.

--- Por favor no te vayas....-solloce-.

--- Quizás en otra vida podamos estar juntos.

Me hizo una seña para que me acercará y besó mi frente.

El Psicólogo y La Suicida. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora