Capítulo 22.

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"Tu eres el único que saca lo mejor de ".

- Ahora no -dijo sin mirarme- estoy ocupado-.

Ya no pude más y le di una bofetada.

- ¡Eres una mierda! -grite-.

Iba a lanzarme contra la zorra de la enfermera pero el me detuvo.

- Ya basta Tn -dijo James-.

- ¡Sueltame!

El negó con la cabeza y me cargo en sus hombros, camino conmigo hacia la salida.

- ¡Bajame James! ¡Alguien debe mostrarle a esa puta zorra que nadie se mete con MI hombre!

Escuché que reía, no comprendí nada, llegamos al estacionamiento y el me subió al auto colocándome el cinturón.

- ¡No soy una niña James! -seguí gritando molesta-.

El subió al auto riendo a carcajadas y comenzó a conducir.

- ¡¿Que puta mierda están gracioso?! -dije-.

- Tú lo eres -respondio divertido-.

- ¿¡Te parezco graciosa?! No te lo pareceré cuando te castre y te arranque los putos testículos!!!

El río a carcajadas y detuvo el auto.

- Auch, - me mira pervertido- aunque al menos así tendrás que tocarlos.

Me quite el cinturón y me senté sobre él para golpear su pecho pero él me detuvo las muñecas.

- Tn si querías estar sobre mí al menos espera a que estemos en la casa.

- ¡Imbécil! ¡Te juro que me las pagarás!

- Te ves hermosa celandome.

- ¿Que? ¿Yo celosa? Ja! ¡Por favor, nunca me pondría celosa de un idiota como tú!

- ¿Ah no? -preguntó sonriente-.

- No.

- Claro que lo estás.

- ¿Y te da gusto no? -mis ojos se humedecieron-.

El fruncio el ceño.

- No.

- No lo parece, solo juegas con mis sentimientos, ni siquiera me quieres.

- No te quiero, te amo.

- ¡Demuestralo!

El sonrió me tomo del rostro y me besó.

"Quiero estar contigo, cada día, como ahora".

PDV Tn.

Me costaba trabajo respirar, pero no me negué a corresponderle, necesitaba de sus besos más que a otra cosa. Necesitaba de sus caricias, lo necesitaba a él.

Pero entonces recordé lo ocurrido en el hospital, a James coqueteando le a la enfermera y lo aleje de golpe. Le di una bofetada deja do su mejilla colorada. Él río de nuevo, lo cuál comenzaba a fastidiarme.

- ¿Te burlas -dije molesta-.

- Cariño, sigues celosa, lo cuál creo que es muy dulce -acarició mi mejilla-.

- No me llames cariño, no soy nada tuyo y ahora menos.

- ¿Así que te harás la difícil eh?

Asentí.

- Para que me dejes de molestar.

Él me dedicó una sonrisa traviesa.

- Amo las cosas difíciles, entre mas te resistas más me tendrás detrás de ti. Siempre cumplo lo que me propongo, y creeme, tenerte no sera la excepción.

No pude evitar sonrojarme, miré a otro lado y escuché otra risa de él. Cuando me giré para mirarlo él estaba a sólo escasos centímetros de mis labios.

- ¿Que haces? -pregunte nerviosa-.

- Obtengo lo que es mío -me tomo de la nuca y me besó-.

Trate de alejarlo empujando su pecho, el me sujetaba de los brazos. Quise gritar...gran error, en aprovechó que abrí la boca para introducir su lengua en ella.

Me sonroje nuevamente, no me lo esperaba. Su lengua recorría lentamente mi cavidad bucal, en movimientos eróticos.

Sentí un cosquilleo en mi feminidad. Sin poder evitarlo un jadeo salió de mis labios en su boca. Comencé a bajar la guardia, mientras el aflojaba su agarre.

Envolví mis brazos en su cuello profundizando aun mas el besó, el envolvió mi cintura, sus manos descendían hacia mi trasero. Pero solo levantó mi blusa un poco y acarició la piel de mi cintura.

Recorriendo hasta mi espalda apretándome más contra él, los dedos de sus manos jugueteaban con broche de mi sostén...

El Psicólogo y La Suicida. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora