El Psicólogo y La Suicida. (EDITANDO)

Capítulo 5.

¿Cómo creer en las personas de nuevo, si todos a tu alrededor te han lastimado?

Mi corazón se aceleró al escuchar su palabras que hasta me dolía el pecho.

- ¿Le importo? -Pregunté nerviosa-.

- Demasiado -Acarició mi mejilla- no te imaginas cuanto -Sonrió y me abrazó-.

Mis ojos estaban tan abiertos de la impresión ante sus palabras, luego se humedecieron. Se sentía muy bien sentir su calor, me hacia sentir segura y tranquila; comencé a corresponder su abrazo.

- No me suelte... -Susurre en sollozos-.

- Eso jamás mi pequeña, eso jamás.

Mis ojos se sentían pesados, lo cerré poco a poco hasta que todo se oscureció, pero aun sentía su calor, el cuál me quemaba por dentro pero a la vez me estabilizaba.

Abrí los ojos, estaba acostada en mi cama, fría, me sentía de nuevo así, completamente fría; me abracé a mi misma mientras comenzaba a llorar habia sido solo un sueño.

¿Porqué lloraba? ¿Porqué me molestaba tanto al darme cuenta de que habia sido un sueño?

De pronto mi madre entró como si nada a mi habitación y sacó una maleta, comenzó a empacar todas mis cosas.

- ¿Qué haces con mi ropa? -Le pregunté-.

- ¿Qué no ves? Empacando tus cosas para que te vayas -Respondio-.

- ¿Porqué?

- Ya no vivirás aquí Agnes, no me arriesgaré a que mis amistades hablen de nosotros por tú culpa.

- ¿En dónde viviré?

- En casa del doctor Maslow, él se ofreció a tratarte hasta que estés bien de nuevo, y cuándo sea así, volverás.

Ahí estaba de nuevo esa sensación en mi pecho, sentía mis mejillas arder, ¿Viviría con el señor Maslow? Por alguna extraño razón no pude evitar sonreír, fue extraño pero se sintió bien al igual que la sensación en mi estómago.

Como si miles de mariposas que estaban muertas hubieran renacido y revoloteaban en mi interior, cada vez que lo veía o hablaban de él.

Lo qué mas me duele es saber que tu corazón ya es de alguien más.

Baje mi maleta ya que mi madre no quiso ayudarme, estaba muy pesada.

- Agnes... vas a lastimarte.

Miré hacia atrás y vi a Christian.

- Ahora resulta que te importa si me lastimo o no -Dije-.

- Siempre me ha importado Agnes -Me tomó del mentón y me besó-.

Tomó mi maleta y bajamos.

- Ven Agnes, -Caminamos a la sala y él se sentó en un sofá- sientate -Palmeó sus piernas-.

- Pero... -Suspire- Esta bien.

Caminé hasta él y me senté en sus piernas, después de todo lo amaba.

- ¿Porqué me pediste que me sentara en tus piernas? -Le pregunté-.

- Porque supe que ibas a irte Tn -acaricio mi mejilla- no quiero que te vayas.

- ¿Enserio?

- Si..-Susurro y me besó-.

En eso escuche que alguien bajaba.

- ¡Agnes! ¡Christian! ¡¿Qué esta pasando aqui?! -Grito mi madre-.

Christian me empujó haciendo que cayera al suelo.

- Ya te lo dije Agnes, no quiero nada contigo, yo no te amo, yo sólo te veo como mi hermana -Habló con voz alta-.

Mi madre se acercó a mí, me levantó apretandome de las muñecas.

- Me lastimas mama -Dije llorando-.

- ¡Y tú me das verguenza! -Grito- Saber que mi hija es una zorra y una puta que intenta seducir a su hermanastro -Negó con la cabeza- ¡Yo no te eduqué asi! ¡Además mirate! Ni que Christian estuviera tan desesperado como para fijarse en ti y para colmo embarazada, ¡Estoy segura que ni tú sabes quién es el hijo de tu bastardo! ¡¿Sabes qué?! Ya no puedo contigo! ¡Cuando estés bien te irás de la casa!

- Pero mamá... -Me interrumpió-.

- Pero nada, -Me soltó y me dio una bofetada- que decepción.

Tocaron la puerta y mi madre fue a abrir.

- Que bueno que llegó doctor Maslow -Dijo mi madre-.

- ¿Ella ya esta lista? -Pregunto el-.

Mi estómago se revolvió con sólo escuchar su voz....