Día 5, Tercera hora.
Los frikis no vieron a su amigo volver luego de entrar en la oficina del director y eso los preocupó un poco, pero de todos modos siguieron con sus clases.
Fran mientras tanto se encontraba en la terraza, corriendo bajo la lluvia y persiguiendo a Garbancín.
- Pero qué haces, tía!?.- Rió mientras la veía llegar a una especie de 'casa' de madera.
Ambos se refugiaron de la lluvia ahí. Ella suspiró al verlo llegar y darse cuenta de que no le había hecho caso.
- Tengo que cubrir las plantas.- Dijo colocando las macetas bajo el techo.
El pelinegro la ayudó y finalmente se quedaron sentados en el sillón, agotados.
Se miraron un momento y soltaron una carcajada por la situación.
Él se levantó y le extendió su mano, ella la tomó y se puso de pie con su ayuda.
- Hay que volver.- Alzó una ceja divertido. A lo que ella rió.
Contaron hasta 3 y corrieron nuevamente hasta la puerta.Entraron empapados y ella cerró la misma. Ahora ya no sonreía, como si le hubiesen dicho una ofensa y sus ánimos bajaran inmediatamente.
- Te pasa algo?.
- No. Ya debes ir a clase.- Cierto. Dónde vas a estar esta hora? Así paso por ti en el siguiente recreo.
- En... no lo sé, tú búscame en secretaría y ya te dirán dónde estoy.- Vale.- Rió.
Sin saber qué hacer, se quedaron unos eternos segundos mirándose a los ojos.- Vete.
- Cierto.- Volvió a reír y ella rodó sus ojos.
Se despidieron y Fransisco entró en su clase.Al salir fue hasta su casillero y encontró una orquídea.
Una orquídea azul.
Esto lo decepcionó un poco, al recordar la primera escena y ver a su amigo llorar.
Guardó sus cosas y caminó hasta secretaría sin ser visto por sus amigos.
Golpeó suavemente el cristal y vio a la pequeña asomarse por una puerta.
Sus ojos brillaban un poco, eso alegró a Fransisco.
Pasaron el recreo juntos, hablaron muy poco. Sin embargo, se notaba la emoción de Olivia, no podría decirse que estaba feliz, pero sí nerviosa y asombrada.
Y eso era simplemente adorable.