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Han pasado los primeros dos meses y un poco del tercero.

Olivia ya acostumbra a juntarse con todos los frikis.

Aunque muchas chicas del instituto a veces la insultan y la tratan de... mejor no decirlo, ya sabéis. Pero los chicos siempre saltan a defenderla y ella sigue sin entender por qué.

Sigue sin creer que ellos la quieran por su forma de ser. Siempre callada y sin opinar nada, reservada y fría, ¿Eso les agrada? Se preguntaba ella misma...

Bueno, 'ella misma' hace referencia a su amiga imaginaria.

Así es, Olivia Price, hija del director del instituto, tenía una amiga imaginaria desde los 6 años.

Ella era una simple chica de su edad que le hablaba, podía verla y sentirla, pero parecía que ninguna otra persona más que ella podía. También podía escucharla en su mente. A veces daba paseos por el instituto y Olive escuchaba lo que pasaba a su alrededor.

Se hacía llamar Tara, su voz variaba de acuerdo a su estado emocional. Ella obligaba a la peliverde a hacer -o no- muchas cosas.

Olivia siempre consultaba a Tara antes de hablar o de hacer algo, ya que en su cabeza, siempre tenía la razón.

La parte mala comenzó a ocurrir alrededor de los 10 años, cuando la chica comenzó a sentirse más cómoda con su amiga imaginaria que con sus amigos de verdad. Eso le dio un poder de superioridad a dicha figura.

Y con esa grandeza, hizo que la niña se alejara de sus amigos para estar con ella.

Así fue como de a poco, Olivia se fue aislando en su mente, perdiendo sus sentimientos de a poco.

Sentimientos que estaba volviendo a sentir cuando pasaba tiempo con el grupo de chicos. Tara estaba curiosa por conocerlos, después de muchos años, aceptó a esas personas.

Una mañana de Viernes.

La pequeña de ojos celestes salió de la secretaría. Se dirigió hacia las escaleras como cada día y subió tranquilamente.

Llegó hasta la puerta que daba a la terraza y se confundió al verla entre-abierta.

La empujó y se abrió aún más.
- Son ellos?.- Susurró. Aún no le había contado a nadie sobre su amiga.

No obtuvo respuesta, simplemetne escuchó un par de risas y entre ellas la de Fransisco.

Suspiró y pasó al exterior, cerrando la puerta tras de sí. Se acercó a ellos de a poco y sintió sus miradas sobre ella.

- Cómo habéis subido?.

Alejandro levantó la llave como respuesta y ella hizo una mueca.
- Hemos regado las plantas ya.- Habló Miguel.

Abrió sus ojos sorprendida.
- Gracias...

Todos le hicieron una seña para que se sentase en el sillón, entre Rubén y Guillermo. Obedeció y dejó su mochila recargada en sus pies.

- Oye, llevamos mucho desde que te conocimos y hemos estado pensando en invitarte a pasar la tarde con nosotros, qué dices?.- Le sonrió Alejandro.

Se encogió de hombros y lo pensó por un momento. Tara no estaba presente, tenía que elegir por su cuenta.

- Ok.
Todos sonrieron.
- Dónde iremos?? Y cómo?.
- Iremos a casa de Mangel y Rubén, luego tal vez a beber por ahí. No tienes que acompañarnos a lo último si no quieres.- Comentó Samuel.

- Me parece bien.- Se encogió de hombros indiferente, sorprendiendo a los chicos.

Ella salía a comprar latas de cerveza con frecuencia cuando su padre no estaba.

Finalmente quedaron en que irían a casa de los chicos a eso de las 8 de la tarde. Willy se ofreció a llevar a la chica, ya que Samu y él eran los únicos que manejaban.

O L I V I A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora