De pronto se encuentra buscando alguna razón para quedarse allí, piensa en su padre y teme a lo que llegue a causarle si lo hace.
Él volverá dentro de unos pocos días y Alejandro no dijo cuándo.
Solo debe esperarlo para estar segura de que todo estará bien, tiene miedo y frío, desea desaparecer una y otra vez. Intenta respirar para calmarse pero no lo controla y todo se desmorona de a poco.
- No, no, no estoy sola. Alex quiso ayudarme, debo esperarlo a él.- Balbucea presionando sus puños en un intento de tranquilizarse.
Lo piensa pero finalmente se atreve a coger su móvil y marcar el número del pelinegro.
A los pocos tonos contesta con un tono sereno y tranquilizante para los oídos de su amiga.
- Olive, hermosa, ¿estás bien?.
- S- S- N- No... ¿vas... a-a... cuándo vendrás?.
- Tranquila, estoy en camino, me quedan unas cuadras y ya, quédate ahí y canta un poquillo si quieres o podemos seguir hablando... así no se me hace tan solitario el camino de vuelta.- Vale.- Ríe levemente con una sonrisilla.- ¿Qué ha pasado con los chicos?.- Pregunta, pero se corta la llamada con otra entrante de parte de Rubén.
Relame sus labios y contesta, dejando a Alex en espera.
- ¿Rubén?.
- Pinkie, ¿estás bien?.
- Claro, ¿y tú?.
- S-Sí... ¿estás en tu casa?.
- Nop, estoy en lo de Alex, vine a comer unas pizzas y jugar un ratillo.- Ríe.- Y ya era tarde así que me prestó su cama.- ¿Él está allí?.
- Espera.- Pasa a la conversación con Ale.- Hola, perdona, Rubén estaba llamando.- Ríe.Alejandro se nota nervioso.
- ¿Te ha preguntado por mí?.
- Sí, no sé qué le pasa.
- Olive, ya sabes lo que le pasa...- Ríe en voz baja.
- No.- Frunce el ceño confusa.- ¿Estás segura?.
- Segura de que no tengo idea. Espera aquí.- Murmura volviendo con el castaño.
- Pinkie, ¿estás con Alex?.- No, está en camino, de momento estoy sola.
- ¿Y él dormirá contigo?.
Se toma unos segundos para analizar lo que está diciendo Alejandro y el cuestionario de su novio.Pasa con el pelinegro.
- ¿Te ha dicho que e-es mi novio?.
- No, pero he dicho que estabas durmiendo en casa y la cabeza por poco le explota.
Olivia frunce el ceño preocupada y atemorizada.- ¿Está celoso?.
- Oye, pareciera que sí.- Ríe al otro lado de la línea.- No puede ser, ¿es mi culpa?.- Muerde su labio inferior mientras su rostro pierde color.
- Claro que no, chiquita, pasa todo el tiemo con él. Rubius siempre ha sido medio posesivo y celoso y no puede controlarlo muy bien. Así que si te abruma mucho dile que estarás bien y que relaje las tetas.Olive ríe y responde con un simple y corto "Vale." Antes de volver con el de ojos avellana.
- Olivia, deja de colgar la conversación, por favor, quiero saber qué tienes con Alex.
Ella ríe por nervios y algo de ternura.
- Nada, dije que vendrá en un ratillo y lo mandaré al sofá si quieres, es más, él estaba durmiendo en el sofá antes de ir para allá.
- ¿Sabías que vendría a casa?...- Murmura.
- Sí.- Vale... cuídate, Pinkie.
- Y tú, Rubs, adiós.
- Adiós.Corta esa llamada y vuelve con Ale.
- Ya, el rey de Roma se encuentra mejor.- Ríe.- ¿Y qué hay de la reina?.
- ¿Qué?...Espera unos segundos pero él finaliza la llamada.
Ella frunce el ceño y oye la puerta destrabarse y abrirse.Nerviosa, escucha los pasos acercarse a la habitación.
Alex se asoma por la puerta con una sonrisa calma y divertida.
- Que ¿qué hay de ti?, ¿ya estás mejor?.
- Sí.- Sonríe en un susurro.- Vale, iré al sofá, si necesitas algo ya sabes que puedes despertarme.
Asiente y ambos se desean buenas noches.Finalmente acaban durmiendo sin problema alguno.
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