Looking For An Adventure

Capítulo 25: Yo si se cumplir una promesa

-Esto es emocionante- le dijo Holly con una
sonrisa y Luna asintió mirando la soga de oro en sus manos -No puedo creer que acabamos de recibir ayuda de la diosa Atenea!-

-Yo tampoco- dijo con una gran sonrisa -Y tampoco puedo creer que esté a punto de transformarme en parte de un mito griego!-

-Belerofonte y la quimera- susurro Holly -Gran historia- Luna asintió y se detuvo al escuchar el relinchar de un caballo.

-Shhh- le dijo llevándose un dedo a la boca y Holly asintió, ambas se asomaron por detrás de un árbol y vieron a un hermoso pegaso blanco que se encontraba pastando tranquilamente en el claro del bosque.

-Es hermoso- susurro Luna con los ojos muy abiertos maravillada con aquella majestuosa criatura.

-Qué esperas, atrápalo!- le dijo Holly y Luna la miró con una ceja alzada -Tú eres Belerofonte, es tu historia, yo sólo estoy aquí para guiarte- la pelinegra miró a su amiga con suplica y esta le sonrió para luego sacarle la lengua.

Luna soltó un suspiro y se acercó con cuidado por detrás del pegaso, intentando ser muy silenciosa para no espantarlo, con rapidez lanzó el lazo de oro alrededor del cuello del pegaso y este la miró aun dándole la espalda.

-No fue tan difícil- dijo con una sonrisa de suficiencia mirando a Holly la cual le sonrió con malicia y le señaló al pegaso, Luna frunció el ceño y miró hacia delante, el pegaso había comenzado a correr, miró la soga dorada en sus manos y abrió los ojos con horror para luego comenzar a ser arrastrada por todo el bosque.

-Así se hace vaquera!- le grito Holly mientras se sujetaba el estómago ya que le dolía de tanto reír.

-Hija de...- no pudo terminar de hablar porque una rama le golpeó la cara con fuerza, estaba siendo arrastrada por todo el suelo del bosque.

La pelinegra clavo los pies en la tierra con fuerza y el pegaso relincho ante la repentina resistencia, se paró en sus patas traseras y Luna tiro con fuerza arrojándolo al suelo, se subió sobre el caballo impidiendo que este se levantara.

-Escúchame, a mí tampoco me gusta estar atada, pero es por una buena razón entiendes?- el pegaso relincho -Ayúdame y te dejaré ser libre- dijo y el pegaso dejó de retorcerse, Luna se levantó y el caballo hizo lo mismo -Supongo que tenemos un trató- susurro acariciando la cabeza del animal con una sonrisa.

-Eso- dijo Holly apoyando las manos en las rodillas intentando recuperar el aire -Eso fue genial y gracioso por igual- Luna le enseñó el dedo medio y la rubia río.

-Y ahora qué?- pregunto, Holly le arrojó una lanza con una punta de plomo y la pelinegra la cazo al vuelo.

-Es hora de matar a la bestia- le dijo con una sonrisa mientras se colgaba un arco al hombro con sus respectivas flechas.

Luna monto sobre el pegaso con facilidad, pero cuando Holly quiso subir este se corrió, la rubia miró mal a su amiga y esta se encogió de hombros.

-No fui yo, él no te quiere- dijo con una media sonrisa y Holly rodó los ojos.

-Pues no iras sola a enfrentarte a esa cosa así que tienes dos opciones, la primera le dices que me deje subir- dijo enumerando con los dedos seriamente -La segunda, nos quedamos aquí-

-Y por qué no puedo ir sola?- preguntó la pelinegra frunciendo el ceño -Como bien dijiste antes, es mi historia-

-Porque no, si algo te pasa yo...- la rubia apretó la mandíbula -Es muy peligroso para que vayas sola-

-Belerofonte lo hizo solo- respondió inflando su pecho con orgullo -Yo puedo hacerlo sola también-

-No, no vas a ir sola, él era un semidiós según dicen algunos, era un soldado fuertemente entrenado y tú...-

-Salve China, peleé con un hombre lobo, contra esqueletos vivientes y una hidra, salte por un acantilado, peleé con una cobra gigante, contra un leñador, mate a el lobo feroz y derretí a la bruja mala de Oz- dijo con orgullo recordando todo lo que había hecho en estos días -Puedo con una estúpida quimera-

-Si pero...- no llegó a terminar de hablar porque Luna ya había salido volando sobre pegaso en busca de la quimera -LUNA! VUELVE!!!- grito mirando como la pelinegra se alejaba a toda velocidad con la lanza en la mano derecha -MIERDA!- grito con furia y frustración, no poder ayudar a su amiga la volvía loca, no podía perderla, Luna era muy importante para ella.

Golpeó un árbol haciendo que sus nudillos sangrarán mientras cerraba los ojos y deseaba con todas sus fuerzas estar junto a su amiga, entonces abrió los ojos y sonrió.

-Quizás tu tengas tu estúpido caballo pero yo tengo algo mejor- susurro sacando la lámpara de Jafar.

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Luna se arrojó al piso esquivando la cola de serpiente de la quimera, desenfundó su espada y la corto, la quimera rugió de dolor y volvió a atacar a la pelinegra la cual retrocedió esquivando la llamarada que escupió la cabeza del dragón, rodó hacia la derecha y esquivo el mordisco de la cabeza de león, salto hacia atrás y se secó el sudor de la frente con la mano.

-Es más difícil de lo que creí- susurro para volver a atacar, esta vez logró cortar una de las alas de murciélago de la enorme bestia, Luna sonrió pero no vio venir el zarpazo del león que la mando a volar perdiendo la espada en el proceso, la quimera se lanzó sobre ella pero Luna fue más rápida y la esquivo, se levantó y se dio cuenta de que la lanza estaba cerca, corrió hacia ella y la levantó justo cuando la quimera se lanzaba de nuevo sobre ella.

La punta de la lanza se clavó en la cabeza de dragón y con el fuego de este el plomo se derritió dentro de su boca y se deslizó por su garganta matando a la quimera, Luna se levantó con una sonrisa en el rostro mientras se sujetaba el hombro herido.

-Veo que tenías razón- dijo una voz a sus espaldas y Luna se dio vuelta encontrándose con Holly, la cual sostenía la lámpara negra.

-Gastaste un deseo en venir hasta aquí?- preguntó Luna con el ceño fruncido y la rubia asintió.

-Yo, a diferencia de ti se cumplir una promesa- le dijo con tono frío y Luna abrió la boca con sorpresa -En fin, creó que no me necesitas- miró el cadáver detrás de la pelinegra y luego volvió a mirarla.

-Holly yo...-

-No importa- la corto la rubia con un gesto de su mano -Allí está el portal- dijo comenzando a caminar hacia él, Luna la siguió cabizbaja reconociendo su error y el pegaso se le acercó.

-Lo siento pero no puedes venir- le dijo con pena acariciando las suaves alas del animal.

-Ten- Holly le arrojó la lámpara y luego salto al portal, Luna miró la lámpara y pensó muy bien su deseo, puesto que sabía cuán peligroso podía ser usar las palabras equivocadas, pidió su deseo y el pegaso se transformó en un caballito de madera, la pelinegra se agachó con una sonrisa y lo levantó para luego saltar al portal.