Looking For An Adventure

Capítulo 36: Deja tu cabello caer

-Dónde carajo estas Holly?- susurro Luna mientras caminaba por el bosque, estaba cansada, hambrienta y fastidiosa.

Unos gritos llamaron su atención y comenzó a seguirlos hasta un claro en el cual había una gigantesca torre.

-Ayuda!-grito alguien desde la cima y Luna entorno los ojos.

-Imposible- susurro -Pero quizás...-

-Me cago en la mierda! Qué nadie tiene las pelotas de subir!- Luna sonrió de lado.

-Sip, es ella- dijo caminando hasta los pies de la torre mientras escuchaba los insultos de su amiga -Oh Holly, deja caer tu largo caballo!- grito y vio como la rubia se asomaba con una gran sonrisa por el balcón.

-Ya era hora no crees?!- le grito mientras le arrojaba su larga trenza dorada.

-Si quieres me voy y vuelvo luego!- le grito dándose la vuelta.

-Qué ni se te ocurra! Quiero salir de esta estúpida torre!- la pelinegra río mientras comenzaba a trepar por el cabello de su amiga, cuando llegó a la cima y entró a la habitación se encontró a Holly sentada con los pies sobre una mesa de madera luciendo un vestido rojo mientras comía galletas.

-Quieres?- preguntó con la boca llena y Luna no dudó en sentarse junto a ella y comer.

-Lindo vestido, creí que sería rosa o violeta, no rojo- le dijo mientras tomaba café.

-No es mío, es de la bruja, el rosa era horrible además que odio ese color- Luna rodó los ojos y Holly rio, estuvieron hablando un rato mientras descansaban y comían.

-Hace mucho que no estábamos tan tranquilas- le dijo la pelinegra y Holly asintió, ambas estaban acostadas en la cama mirando el hermoso mural que estaba pintado en del techo.

-Así es- susurro distraídamente -Como cuando éramos niñas- Luna asintió y se giró para poder mirar a su amiga.

-Verdad o reto?- preguntó sonriendo y Holly le correspondió recordando el juego infantil.

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-Hola cariño- dijo la bruja cuando entró en la habitación, Holly levantó la vista de su libro y la miró con fastidio.

-Vete a la mierda- le dijo y la bruja la miró con sorpresa.

-De dónde has sacado esas palabras?- preguntó mirando la habitación deteniendo su vista en la mesa en la cual se encontraban dos tazas de café vacías.

-De mi diccionario bruja hija de...-

-QUIÉN ESTUVO AQUI RAPUNZEL?!!- grito la bruja haciendo que Holly se detuviera a mitad del insulto.

-Nadie- susurro y la bruja con un gesto de su mano la levantó del suelo y comenzó a ahorcarla usando su magia.

-Nadie dices? NO ME MIENTAS ESTÚPIDA NIÑA!- grito con furia oprimiendo aún más el cuello de la rubia, la cual ya comenzaba a tener la vista borrosa -Fue esa estúpida princesa, no? Crees que no la vi subir la torre? CREES QUE SOY IDIOTA?!-

-No lo creó, lo afirmó- susurro Holly sonriendo, ya no sentía las piernas y los pulmones le iban a estallar, la bruja se enfureció aún más sin embargo la soltó, Holly cayó de rodillas y se llevó una mano a la garganta mientras recuperaba el aire.

-Ahora vas a sufrir- le dijo y tomó un par de tijeras con las cuales le corto el largo cabello, Holly la miró con odio.

-No es la primera vez que un peluquero me hace un mal corte, tendrás que hacer más si quieres hacerme sufrir- la reto con la mirada y esta le sonrió -Hazme todo el daño que quieras-

-Quién dijo que te haría daño a ti mi niña?- pregunto con una sonrisa de suficiencia -Pienso matar a tu linda amiguita y echarte la culpa- agregó viendo con satisfacción como el rostro de Holly se tornaba blanco como el papel.

-QUE NI SE TE OCURRA TOC...-con un gesto de manos la bruja la hizo desaparecer en una nube verde la cual la llevaría hasta la parte más oscura del bosque donde nadie podría encontrarla nunca.

-Qué dijiste querida?- preguntó riendo, tomó la trenza y la ató a un gancho del balcón, cuando la princesa viniera ella sería la que la recibiría.

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-Holly, deja caer tu cabello!- grito Luna y la larga trenza cayó al instante, la pelinegra comenzó a subir por ella y cuando llegó al balcón se descolgó la soga que había traído -Listo, es hora de irnos Hol...- se detuvo al escuchar unos aplausos que provenían del interior de la habitación, tanteo su costado pero se dio cuenta de que Holly era la que llevaba el moral por lo tanto no tenía manera de protegerse de la bruja a excepción de su espada.

-Bien hecho niña, bien hecho- dijo la bruja y Luna apretó los dientes con enojo.

-Dónde esta?- preguntó y la morocha río.

-Donde nunca podrás encontrarla- le respondió sonriendo mientras le lanzaba un hechizo que Luna esquivo con elegancia, en un rápido movimiento clavo su espada en el estómago de la bruja pero no esperaba que ella le lanzará un último hechizo antes de morir lanzándola a ella y a su espada por el gran balcón y hubiera muerto de no haber sido porque un gran arbusto de espinas amortiguó su caída, Luna grito de dolor cuando se le clavaron en el cuerpo y le lastimaron los ojos.

-No- susurro llevándose las manos a la cara -No, no, no- comenzó a repetir una y otra vez al darse cuenta de que había quedado ciega.

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-Que buena elección, tacones para correr por el bosque!- grito Holly con sarcasmo mientras corría lo más rápido que podía por el espeso bosque sin dirección alguna, tenía que encontrar a su amiga.

Luego de una hora de correr pérdida Holly se detuvo a descansar apoyada en un árbol entonces tocó el morral a su lado y recordó que dentro había un objeto que le sería de ayuda, rápidamente sacó el espejo que se había llevado del cuento de la Bella y la Bestia el cual te mostraba lo que más anhelabas.

-Muéstrame a Luna- dijo y el espejo cobro vida repentinamente mostrándole a la pelinegra la cual caminaba con los ojos cerrados y con lágrimas de sangre, a ciegas por el bosque, el corazón de Holly comenzó a latir a mil por hora y comenzó a seguir con desesperación el camino que le mostraba el espejo.

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-Quién está allí?- preguntó apuntando con su espada a la nada.

-Soy yo Luna, tranquila- contestó Holly y su amiga soltó la espada y corrió hacia ella abrazándola con fuerza -Tranquila, voy a curarte, tranquila- la rubia acariciaba su cabello y Luna apretaba con fuerza a su amiga, Holly la hizo sentarse y luego tomó el vellocino de oro de su bolso, con cuidado lo enrolló y lo colocó sobre los ojos de Luna.

-Holly- susurro Luna abriendo los ojos encontrándose con su sonriente amiga -Gracias-

-Qué harías sin mí?- preguntó con una media sonrisa y Luna la abrazo con fuerza.

-Estaría sola- susurro y la rubia le devolvió el abrazo con una triste sonrisa.

-Qué bueno que soy como una maldición difícil de quitar- le dijo haciéndola reír cuando se separaron y el portal se abrió.