Looking For An Adventure

Capítulo 3: La puta de Blancanieves

Holly abrió los ojos y se sentó en la cama repentinamente encontrándose con seis personas a su alrededor, se froto los ojos y parpadeo varias veces sin poder creer lo que veía, seis enanitos, todos con sus barbas y sombreros, la miraban.

-Estas bien Gruñona?- dijo el único que tenía lentes.

-Si- contestó con algo de confusión, entonces entró a atar los cabos, seis enanos, Gruñón, cuento de hadas -Blancanieves!- grito con emoción y salto de la cama, miró la cabaña en la que se encontraba y fue hacia el baño, se miró al espejo y se tocó el rostro el cual seguía igual con la única diferencia de que ahora tenía la mitad de su altura normal.

-Gruñona qué te sucede?- preguntó uno de los enanos entre estornudos.

-Nada mocoso- contestó fingiendo estar enojada asumiendo su papel de gruñona -Dónde está mi pico?- preguntó y el más joven de los siete le dio su pico, Holly sonrió, estaba dentro de un maldito cuento de hadas! Y eso le encantaba.

-Vamos, se nos hace tarde- dijo el que supuso sería feliz y Holly asintió, todos salieron en fila de la casa con sus picos apoyados en sus hombros silbando la típica melodía mientras caminaban hacia la mina.

-Esperó que estés bien Luna- susurro Holly pensando en su amiga.

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-VOY A MATARTE HOLLY!!!- grito Luna mientras corría por el bosque tenebroso, los árboles retorcidos le arañaban la cara y el vestido, pero eso no era lo peor, lo peor era que un cazador psicótico la perseguía -Maldita ramas! Maldito bosque! Maldito cazador!- dijo con furia y se rasgó el vestido a la altura de las rodillas para poder correr mejor -Holly maldita rubia del demonio voy a romperte la cara cuando te vea- dijo para sí y de repente llegó al final del bosque, soltó un suspiro de alivio y se apoyó sobre sus rodillas para poder recuperar el aire.

Miró hacia todos lados y divisó a lo lejos una pequeña cabaña -Un cazador, un bosque, un vestido azul y amarillo, una cabaña- apretó la mandíbula -Soy la puta de Blancanieves!- grito y comenzó a caminar hacia la casa.

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-Hay alguien dentro- susurro sabio y Holly empujó a todos los demás para llegar a su lado, abrió la puerta con la esperanza de que sus suposiciones fueran ciertas y así fue.

-Luna!- dijo feliz y corrió junto a su amiga la cual dormía en la cama de uno de los enanos -Luna despierta!- le grito mientras la sacudía y la pelinegra, que ahora tenía un nuevo corte de cabello, incrustó su puño en la cara de Holly, los enanitos se abalanzaron dispuestos a pelear pero la rubia levantó la mano para indicarles que no corrían peligro.

-Holly- dijo con los dientes apretados Luna y la rubia sacudió la cabeza para intentar recuperarse del golpe, se tocó la nariz y bendijo por no tenerla rota.

-Sí, yo también te extrañe Luna- susurro parándose y la pelinegra contuvo una carcajada al ver el tamaño de su amiga -De que te ríes?-

-Siempre te dije que eras pequeña pero esto es una exageración, eres como un mini tanque- dijo riendo y Holly le sonrió.

-Y tú la puta de Blancanieves así que no te rías- Luna miró mal a su amiga y esta le sonrió con hipocresía.

-Qué sucede gruñona?- dijo uno de sus nuevos amigos.

-Quién es?- preguntó otro.

-Es muy hermosa- dijo enamoradizo y Luna se sonrojo.

-Es una amiga, se quedara aquí por unos días si no les molesta- respondió Holly y sus seis amigos le sonrieron.