Holly abrió los ojos y comenzó a toser escupiendo arena y agua, miró para todos lados y no vio a nadie, se levantó con cuidado y revisó su ropa la cual era la misma que llevaba el día en el que saltaron por el portal por primera vez.
-Imposible- dijo sin poder creerlo, no podía haber vuelto a su mundo así como así, tenía que haber una explicación para aquello, de repente sintió un pequeño dolor en el pie y cuando bajo la mirada sonrió con tranquilidad aún no había vuelto.
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-Traigan las catapultas!- grito el general Edward, miles de hombres comenzaron a atacar a la mujer gigante mientras esta reía.
-Está intentando aturdirnos con su risa!- le grito uno de sus hombres.
-No permitiré que gane! Traigan las sogas y las lanzas con somníferos!- le ordenó -Te encerrare maldita bestia- susurro mirando con asco a la enorme mujer.
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-Hey!- grito Holly cuando una bola de fuego del tamaño de una canica le cayó en la rodilla -Eso duele!- dijo arrancándose una lanza del tamaño de un alfiler y con una patada barrio a la mitad del ejército Liliputiense -Nadie hace enojar a Hollyzila!- gruño mientras pateaba a los soldados.
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-Fuera a abajo!- grito un soldado cuando Holly cayó de rodillas a la arena provocando un gran estruendo y luego se fue de costado, el somnífero había tardado en dormirla pero al final la gran bestia había caído.
-General, qué aremos con ella ahora?- pregunto uno de los soldados y el general Edward le sonrió.
-Encarcélenla en la montaña, junto con los demás prisioneros- el soldado asintió y comenzó a gritarle órdenes a sus compañeros.
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-Hijos de puta- susurro Holly mientras abría los ojos lentamente, la habían sedado con algo y luego la habían encadenado en una gran cueva.
-Holly?- un susurro la hizo girar la cabeza, Luna se encontraba en una saliente de la roca negra a la altura de sus ojos, encadenada de manos y pies como ella.
-Luna qué bueno verte!- dijo y vio como su mini amiga se tapaba los oídos con dolor -Lo siento- susurro y la pelinegra negó con la cabeza.
-Adivinó, estamos en el cuento de Gulliver, no?- preguntó con voz de hormiga y la rubia asintió provocando una gran correntada de aire -Y cómo vamos a hacer para salir de aquí?- Holly se encogió de hombros y se sentó, estuvieron en silencio durante un largo rato hasta que a la rubia se le prendió la lamparita.
-Tengo una idea- susurro y vio como Luna se asomaba para ver lo que hacía, la rubia metió la mano en su bolsillo y sacó el ahora pequeño morral, con cuidado se lo dio a Luna -Dame un poco de la botella para encoger del país de las maravillas-
-Claro- Luna comenzó a buscar en el bolso de la rubia hasta encontrar la botellita y el pastelillo - Abre la boca- le dijo y la rubia se inclinó y sacó su enorme lengua -Sabes? Esto es un asco-
-Ti, ta to sé- dijo hablando con la lengua fuera y Luna le arrojó un poco del contenido de la botella a la lengua, al instante Holly comenzó a hacerse más pequeña y antes de caer se sujetó por el borde de la roca, Luna la ayudó a subir y esta sonrió al ver a su amiga de tamaño normal y sin esposas.
-Me gusta volver a ser la más grande de las dos, Hobbit- le dijo con una sonrisa y la rubia rodó los ojos.
-La poción no durará mucho, así que hay que apurarnos- le dijo mientras abría los grilletes de Luna con unas hebillas de su cabello.
-Tienes que enseñarme a hacer eso- le dijo la pelinegra cuando estuvo por fin libre y su amiga le giño un ojo.
-Claro, pero ahora a patearle el culo a esos Liliputienses- chocaron puños y comenzaron a correr por la cueva en busca de una salida.
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-Cómo hiciste para encogerte Hollyzila?- le pregunto el rey y Luna soltó una risita al escuchar el nombre que su amiga había elegido, las habían atrapado a las dos de nuevo cuando habían intentado escapar en uno de los barcos de los liliputienses.
-Magia, ahora suéltame imbécil- le dijo a uno de los soldados el cual la sujetaba del brazo -Quiere una demostración?- preguntó y nadie contestó, en un rápido movimiento Holly sacó el pastelillo de su bolsillo y le dio un pequeño mordisco, a los minutos volvía a tener su altura inicial.
-Santo dios!-grito el rey y Holly se inclinó hacia delante para quedar a su altura por un balcón.
-Mi rey, vi los barcos de los Blesfucianos cuando intentaba robar una de sus naves, mi amiga y yo les ofrecemos un trato- le dijo en susurros la rubia y Luna se paró frente al rey.
-Mi amiga de encargará de pelear por ustedes si luego nos dejan marcharnos- le explicó Luna y el general Edward abrió los ojos con sorpresa.
-Mi rey eso es una locura! No podemos dejar a esa bestia suelta! Es una amenaza!- le grito y el rey lo hizo callar con un gesto de mano.
-Me juras que es verdad?- preguntó el rey y la pelinegra asintió con una reverencia -Entonces dile a tu amiga que cuando todos los barcos Blesfucianos hayan desaparecido podrán irse de aquí- Luna le sonrió y se subió a la mano de Holly la cual la levantó y metió en el bolsillo de su chaqueta mientras corría hacia el mar, en tres pasos ya se encontraba en la playa.
-Ten cuidado- le advirtió Luna cuando la rubia la bajo.
-Soy Hollyzila, nada puede pasarme hormiga- le dijo riendo y Luna rodó los ojos con fastidio mientras la veía meterse al mar, cuando llegó hasta los barcos el agua le llegaba a la cintura y riendo comenzó a lanzarlos por los aires -Esto está mal, pero es muy divertido- dijo y con un golpe de su dedo hizo salir volando a uno de los hombrecitos, el general Blesfuciano ordenó la retirada al ver la inminente derrota y Holly volvió a la playa con apenas unos rasguños.
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-Gracias Hollyzila y Luna por salvar mi reino- les dijo el rey antes de que se subieran al barco en el cual ya se había abierto el portal.
-De nada viejito- le dijo la rubia y Luna la golpeó con el codo en las costillas -Rey- el anciano rey río y ambas se subieron al barco, ya que la rubia quería disfrutar un poco de la brisa marina.
La pelinegra miraba a su amiga la cual tenía una media sonrisa y un brillo especial en los ojos.
-Lo extrañabas, no?- preguntó y la rubia la miró de reojo sin entender -Navegar, extrañas navegar?-
-Claro que si- le respondió con una triste sonrisa -El mar es tan enorme Luna, recorrerlo todo es imposible y nadie sabe con seguridad que se esconde en él, quizás tu no pienses igual pero para mí el mar es sinónimo de libertad y aventura- Luna le sonrió para luego desviar la mirada hacia el portal que había en la cubierta.
-Creo que ya es hora- dijo y Holly asintió con tristeza soltando el timón, antes de saltar por el portal Luna la miró y le sonrió -Cuando volvamos te ayudare a comprarte un barco pequeño- Holly abrazo a su amiga y luego la empujó por el portal mientras reía.
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Looking For An Adventure
CasualeDos amigas, un libro mágico, personajes extraños y clásicos, objetos poderosos y muchos insultos en eso se basa esta extraña historia Estas listo para la aventura? Gracias Agus Prandi por ser mi editora y acompañarme en todas mis locuras