POV CRISTIAN
Despierto después de haber tenido una noche tranquila, cosa que para mí es extraño, ya que con todo el trabajo que tengo es poco el tiempo que puedo dormir. Desde que Anastasia llego a la empresa he podido dormir algo así como 1 hora o 2 más de lo que estaba acostumbrado.
Me doy la vuelta y choco con un pequeño muro de carne y huesos. Esta acurrucado a mi lado. En su pecho y vientre hay un pequeño cojín y el dedo en su boca. Se ve tierna y por lo menos no tuvo malos sueños. Busco mi teléfono y cuando lo encuentro veo la hora. Son las 8:47 de la mañana, nunca había dormido tanto.
Con cuidado salgo de la cama, esa cama es muy cómoda y lo mejor es que era calentita. Cuando observo al pequeño ser que estaba durmiendo a mi lado trago duro cuando veo lo que está usando. El pijama que tiene puesto deja ver sus piernas bien tonificadas y la camisa del conjunto esta subida un poco dejando ver su blanca piel. Esta mujer es muy guapa y no me había fijado hasta ahora.
Entro al baño para tomar una ducha fría. Es la única solución a los problemas que están apareciendo en mis pantalones. Me ducho rápidamente y luego salgo vestido solo con una toalla en mi cintura. Me detengo en seco cuando veo que Ana esta despierta y restregándose los ojos con los dedos.
-buenos días Anastasia- le digo.
-buenos días Cris...- cuando se percata como estoy vestido se ruboriza escandalosamente y desvía la mira en dirección contraria a mí.
-si miras solo veras algo que todos lo hombre tenemos Ana. No es como que todos los hombres tuviéramos algo distinto. Puede ser el tamaño pero lo demás es lo mismo- le digo para jugar con ella un poco.
-¿vas a ocupar el baño de nuevo?- dice sin mirarme.
-¿Por qué?- pone los ojos en blanco. Odio esa falta de respeto.
-porque necesito refrescarme. Eres demasiado caliente y he transpirado- me dice.
-así que, ¿soy demasiado caliente para usted, señorita Stelle?- digo y me acerco a ella. Ella inmediatamente retrocede quedando en la orilla de la cama. Mal pensado señorita Stelle. Tomo su tobillo y la tiro hasta que queda sentada debajo de mí.
-Cristian no están esperado para desayunar- me dice. Sonrió porque en realidad tenemos hasta las 10 para bajar.
-aún queda algo de tiempo- digo mientras beso su cuello que está demasiado desnudo para mi gusto.
-no hagas esto- dice en un susurro. Dejo mi cuerpo caer arriba del suyo pero no del todo. Mi intención no es hacerle daño. Su cuerpo es tan pequeño y yo son tan grande. Sigo con mi juego de besos por su cuello y barbilla. Beso su mentón y sus labios. De la nada su cuerpo se tensa. Me detengo inmediato.
-¿Qué pasa?- le digo.
-no sigas con esto- dice en un susurro y puedo ver que tiene la voz rota.
-¿a qué le temes Ana?- digo. Ella no me mira pero por la reacción de su cuerpo no está cómoda con la situación. Guarda silencio por varios segundos o minutos, pero para mí son una eternidad –responde Anastasia ¿a qué le temes?-
-al juego- dice en un susurro.
-¿juego? ¿Qué juego?-no logro entender que es lo que está pasando por su cabeza.
-a que juegues conmigo. Yo no estoy dispuesta a que rompan mi corazón. Yo no tengo fuerzas para eso- me dice y en voz puedo distinguir miedo y tristeza. Dos cosas que en ella se notan a leguas.
-¿Por qué piensas eso de mí?- Grey ¿te haces o eres?, me dice mi subconsciente.
-Cristian por Dios, he sido tu secretaria por más de un año. Tengo una libreta en la cual hay nombres de más de 100 mujeres con las que has salido, estas saliendo y piensas salir. He visto como le has destrozado el corazón a más de una. Tú no has tenido que escucharlas por teléfono llorando a mares y pidiéndome de rodillas que las pase contigo- dice de forma fría.
-no haría eso contigo. Jamás- le digo lo más seguro que puedo.
-¿Qué o quién me lo asegura? Eres un mujeriego y el de la peor calaña. Y eso es lo que me da miedo. No quiero una relación donde no sé qué va a ocurrir a la mañana siguiente. No tengo las fuerzas para eso- me dice resignada.
-¿no pelearías por el amor que habría entre nosotros?- con lo que ella me acaba de decir no creo que tenga ganas de seguir con eso.
-¿has sentido amor por alguien? ¿Por una mujer en específico? ¿Serias capaz de amarme solamente a mí por el resto de tu vida?- cuantas preguntas y cual más difícil de contestar.
-si ame a una mujer en específico. Solo a ella. No existía otra mujer en mi mundo pero me traiciono. Ella me hizo ser el mujeriego que conociste desde el primer día de trabajo. Yo confiaba en las mujeres. Las encontraba un ser extraño, con poca cordura pero los seres más dulces que podía conocer. Y luego de eso conocí a la bruja, a la materialista, a la sirena que es capaz de seducirte y luego matarte. Yo conocí a esa mujer que me destruyo en vida, Anastasia. Esa es la verdad- digo con rabia al acordarme de ella.
-entonces, creo que nunca me podrías amar porque aquí- coloca su mano en mi pecho –aún sigue viviendo ella. Mientras no la perdones o la dejes salir de tu corazón, jamás podrás amar a nadie más. Y yo no voy a hacer una más en tu listas. De eso tenlo por seguro, Cristian- sale de mi agarre y entra al baño.
¿Perdonarla? ¿Perdonar a la mujer que me destruyo? Nunca, pero si Ana tiene la razón, ¿Cómo la podre amar? ¿Será eso lo que estoy sintiendo por ella? Esta vida es un infierno y la verdad en este momento no tengo ni idea que decisión tomar. ¿Por qué el amor es tan complicado?
OTRO MAS...
ESPERO QUE LES GUSTE...
¿TAMBIEN TENDRIAN EL MISMO MIEDO DE ANA?...
LAS QUIERO Y NOS LEEMOS PRONTO...
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Es mi secretaria: Cristian y Anastasia
FanfictionUna joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás. Trabaja para el hombre mas rico de Seattle. Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino. Una joven con mucha paciencia para soport...