Una joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás.
Trabaja para el hombre mas rico de Seattle.
Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino.
Una joven con mucha paciencia para soport...
-Kate- grito desde el despacho. Después de estar como media hora sin hacer ni pensar en nada, salvo que Cristian llega hoy, me puse de pie. Me di cuenta que va a quedar la grande. Luzmira no lo quiere ver ni que decir de Jorge. Ellos se están haciendo a la idea de tenerlo aquí en 4 días, no hoy mismo.
-¿Qué pasa? ¿Le paso algo a Teddy?- me dice preocupada mientras entra en el despacho.
-no. Teddy está bien. Pero yo no- le digo.
-¿Qué ocurre?-
-llame a Cristian para decirle donde estaba y que habían supuestos problemas en la hacienda. Que había una junta en 4 días- digo rápidamente.
-me imagino que te tiene que haber costado hablar con él. Pero no creo que sea nada bueno, ya que tu cara esta pálida- me dice. Se pone a ordenar unos papeles que hay en el escritorio
-Cristian llega hoy- digo en un susurro. En ese instante se le caen todas las hojas y mi mira.
-repítelo-
-Cristian llego hoy. No me dejo decirle nada más. Dijo que hoy llegaba y colgó. Luzmira me va a matar y Jorge me va a rematar-
-bueno no creo que les guste la noticia pero es mejor ahora que nunca. Ana él es padre de Teddy. Él debe saber de su existencia. Sé que él y la familia Grey te hizo daño pero mira donde estas ahora. Has hecho que la hacienda de tu familia haya incrementado las ventas en un 10 % y las utilidades en un 12 %. Has trabajado día y noche en la huerta, has aprendido como funciona todo. Te he visto llorar por frustración y también saltar de alegría, aunque después te quejas que Teddy se mueve mucho. Siendo tú la madre, ese bebé será todo un loco y te hará sacar canas verdes, amiga. Y si te digo algo yo también quiero volverme loca- me dice con una sonrisa.
-no sé cómo llegamos hacer tan unidas pero me gusta. Si por algún motivo Cristian no está en el parto eres tú la que entrara conmigo. Ni loca estoy sola- digo.
-dudo mucho que él se haga a un lado. No creo que sea tan idiota para perderse eso. Pero si lo hace, sabes que cuentas conmigo- dice sonriendo.
-¿me acompañas a hablar con mi abuela y mi tío abuelo y darles la noticia?-
-vamos. Así morimos de una- sonríe y yo me río. Dios, amo a esta mujer.
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Una hora después de comer una porción de helado de mango y de reunir a mi familia, estamos en la sala de la casa. No sé cómo darle la noticia. Ellos se dan cuenta de mi nerviosismo pero no dicen nada. Kate solo me mira y me alienta a hablar. Tomo aire y comienzo.
-he hablado con Cristian- digo.
-entonces sabe dónde estás, ¿no?- dice Jorge.
-si. Pero hay algo que no salió como esperaba- digo.
