Una joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás.
Trabaja para el hombre mas rico de Seattle.
Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino.
Una joven con mucha paciencia para soport...
Al dejar el teléfono en el escritorio sonrió como tonto. No puedo creer que después tanto tiempo ella dio alguna señal de vida. Llamo a Taylor para que venga. Cuando entra puedo ver que está sonriendo, cosa que no es muy común en él. Así que supongo que él me pasó la llamada.
-Taylor prepara todo para salir a España hoy mismo-
-ya está hecho señor. En 10 minutos salimos- frunzo el ceño.
-¿salimos?-
-sí, señor. Yo voy con usted. Necesito saber si esa cabeza loca está bien-
-has lo que quieras. Vamos tengo que buscar algo de ropa al escala-
-señor está todo listo. Es solo tomar el avión y salimos-
-bien- le gruño y no sé por qué. Maldita sea tengo la cabeza hecha un enredo. Mis cambios de ánimos son a toda hora del día.
Una vez que entramos en el tráfico mi cabeza sigue igual de enredada. No me puedo sacar de la cabeza lo que mi madre me dijo. Estoy teniendo todos los síntomas de embarazo y no estoy seguro de que Ana se haya cuidado como debería ser.
-Taylor- le llamo.
-dígame señor-
-¿tú crees que los hombres puedan sentir los síntomas del embarazo de su pareja?-
-no lo sé señor, pero he leído que hay veces en que los hombres lo sienten, ya que existe una unión entre el feto y el. Es como una hilo transparente que los une. O también cuando el padre esta ansioso de ser padre o quizás porque no sabe de su existencia. Son muchas cosas que lo puede detonar. Aunque parezca tonto, yo creo que si- dice. Aparcamos en el aeródromo y subo a mi jet. Cada vez falta menos para verte Anastasia.
Varias horas después ya estábamos en España. El piloto condujo muy rápido. Y un viaje de diez horas las hizo en 6. Es más le daré una recompensa por eso. Así que ahora vamos rumbo a la hacienda. No me importa dormir en el auto, solo quiero verla, lo antes posible.
La hacienda está igual como la recuerdo. Me bajo del auto con Taylor ya ha estacionado y toco las campanas. A los segundo aparece una joven que me mira de forma extraña. Esta chica no estaba cuando viajamos.
-buenas noches, ¿en qué le puedo ayudar?- me dice gentilmente.
-buenas noches. Estoy buscando a la señorita Stelle-
-enseguida pero pase- ella me guía hasta sala. Algo en mi me dice que está cerca. Cuando me voy a sentar puedo ver que se acercan dos jóvenes. Una de ella es una melena rubia que conozco bien, Kate la amiga de Ana y detrás de ella aparece la mujer que no he podido sacar de mis pensamientos.
Se ve hermosa. Lleva unos jeans color negro, unas converses color gris. Una camisa blanca y un chaleco largo que llega un poco más arriba de las rodillas del mismo color que las converse. Se ve hermosa pero algo en mi recorrido me llama la atención. Un pequeño bulto se hace notorio en su vientre. Cuando se da cuenta la dirección de mi mirada, cubre esa parte con el chaleco.
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