Capitulo 63: Incendio

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POV ANASTASIA

Semanas después

Me encuentro en mi antiguo departamento. He decidido arrendarlo. Está ubicado cerca de todo y han llagado varias solicitudes al conserje para que hable conmigo y me convenza incluso de vender, cosa que no hare. Jamás venderé el hogar que mi padre me dejo como refugio.

No tengo ni idea de que es lo que tiene planeado Cristian pero me dijo que nos tenía una sorpresa, pero que me pasa a buscar a las tres. Tengo a tres personas conmigo, además de Gail. Sawyer ha quedado como mi guardaespaldas jefe, mientras que Reynolds y Smith son sus alternos.

Gail me ha ayudado a dejar limpio el departamento, tenían un poco de polvo, pero es entendible. A los hombres no se les da mucho la limpieza. Mi pequeño está en su caminata o moisés, dormido plácidamente. Es muy activo cuando está despierto pero cuando duerme es un angelito.

Después de la luna de miel, llegamos a la cuidad de Seattle para pasar una temporada con los Grey, un par de meses. Luzmira y don Jorge lo entendió y me dieron su bendición antes de salir de la hacienda.

No estoy tan tranquila con eso. Las noticias de España no son muy buenas y tengo miedo de que algo le pase a mis viejitos lindos. Un incendio forestal está muy cerca de la hacienda y con las altas temperaturas y vientos fuertes han hecho casi imposible la extinción del incendio. Hay varios bomberos heridos e intoxicados.

No quiero ser pesimista pero esto no va a tener un buen final.

Cuando puse un pie en el escala, me sentí fuera de lugar. Ese departamento es tan frío, no tiene color y es tan sombrío que me recuerda al Cristian antiguo. Gail también sintió lo mismo, ya que me miro y negó con la cabeza.

Una tarde cuando Teddy estaba durmiendo me acerque al gran piano que está en la sala. Es un piano de cola. Se por mi padre que no son muchos y que son carísimos. Tengo en mi cabeza alguna clases de piano que mi padre me hizo tomar cuando pequeña. Yo no quería pero mi padre se arrodillo y me pidió "por favor, princesa ¿me puedes dar en el gusto?". No me pude negar y así que tome las clases. Al principio fue un desastre pero con el tiempo se me hizo más fácil.

No me acuerdo de canciones pero me gustaba improvisar. Así que comience a tocar. Me deje llevar por la tranquilidad del sonido, por la paz que daba este canción, quizás esos fueran mis sentimientos, quizás ya estoy tranquila, cosa que en muchos meses no pude.

Seguí tocando por varios minutos hasta que mi mano dijo no más y me detuve. Me sobresalte cuando escuche aplausos. Gail me sonríe y estaba con Teddy en brazos. Mi pequeño, solo sonríe y se movía en los brazos de Gail. Me sorprendí cuando Cristian apareció detrás de ellos.

Se acercó a mí, me miro y me dijo, eres como la caja de pandora. Nunca se lo que puedo encontrar en ella, luego me beso y nos separamos cuando Teddy chillo por la falta de atención. Cristian lo tomo en sus brazos y comenzó a jugar con él. Imagen que aun esta en mi cabeza.

El sonido de mi teléfono me saca de mis pensamientos y veo que me llama Cristian.

-bueno- respondo.

-hola nena, ¿Cómo esta Teddy?- pongo los ojos en blanco.

-está bien dormido en su moisés y yo también estoy bien, por si te interesa-

-oh, perdón. Es que los extraño y más a ese pequeño. Llego en 15 minutos al departamento y vamos a ver la sorpresa que les tengo- dice animado.

-no tengo para que preguntar que es, porque sé que no me lo dirás- digo. Gail me pasa un vaso de jugo y me hace gestos con la mano que ir a ver a Teddy.

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora