POV CRISTIAN
Taylor acaba de llegar al escala. Ha dejado el auto estacionado en el número 4. No se baja del ascensor y yo tampoco. Lo escucho suspirar de manera fuerte y mira a Anastasia con enojo y pena. Al final se da la vuelta y me mira.
-señor, ¿Qué va a hacer con ella?-
-llevarla a una habitación para que duerma. Esta demasiado borracha como para hablar. Dios, Taylor se bebió casi una botella de ron sola- digo pasando mi mano por el pelo.
-lo peor es que esta niño no tiene aguante con el alcohol. Cuando cumplió 18 años hicimos una comida sencilla. Fue antes de la muerte de su padre. A Ray siempre le había gustado de cerveza artesanal, así que compramos unas latas. Sin querer Ana confundió una lata de refresco con la de la cerveza. Solo bebió la mitad y se emborracho-
-pero ahora se tomó una botella de ron. Lo bueno es que no ha vomitado- digo.
-no creo que tenga nada para vomitar. No ha comido casi nada en el día. Es más tengo que hablar seriamente con ella. Se está autodestruyendo y no se está dando cuenta, o a lo mejor lo sabe y lo está haciendo para hacer un llamado de atención- me dice.
-no lo sé. Pero ahora lo más es llevarla a una habitación- le digo.
-¿quiere que la lleve?- se ofrece.
-no te preocupes, yo la llevo. Además esta brava conmigo, no contigo- él sonríe.
-esa niña es más terca que una mula y con un carácter que ni ella misma se aguanta. Es igual que su padre. Mismo carácter, mismo genio y mismo color de ojos. Para lo pequeña que es sabe defenderse- me dice.
-como digas. Ahora abre la puerta y ayúdame a sacarla del auto- le digo. Que noche me espera, que noche.
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Algo suave pasa por mi cara. Es una caricia suave, es como cuando las madres pasan a los bebés sus dedos demostrando el cariño que le tienen. Abro lo ojos y me llevo la gran sorpresa de Ana está a mi lado. Con ojos rojos e hinchados. Al parecer esta niña ha llorado, pero no sé en qué momento.
Me levanto, quedando sentado en la cama. Ella me mira pero no dice nada. Con cuidado levanto mi mano y coloco un mechón de pelo que se encuentra tapando su rostro. El simple contacto de su piel con mi piel hacen que un hormigueen recorra todo mi cuerpo. Eso fue extraño. En mis otras relaciones eso nunca ocurrió.
-ya no se... que hacer...- dice. Está intentando controlar sus emociones que están totalmente descontroladas.
-¿con que?- me acerco más a ella. Quedando a unos cuantos centímetros.
-con... mi... vida...- sus ojos se cristalizan y lágrimas comienzan a correr por sus mejillas.
-no tengas miedo a vivir en este mundo. Todos pasamos por momentos buenos y malos. Es así como son las cosas. Si no te arriesgas, jamás sabrás si podrás ganar algo- le digo.
-¿me... puedes... abrazar?...-dice en un susurro. Le sonrió y abro mis brazos. Ella entra en ellos sin pensarlo y se acurruca, como lo hacen los niños pequeños con sus padres.
-todo va estar bien. Además necesito hablar contigo sobre lo que paso en la oficina- siento que se tensa pero es el momento de hacerlo.
-¿Qué me quieres decir?- me dice tranquilamente.
-reaccione mal contigo. Estaba enojado pero no era contigo, sino conmigo. Ese tipo llego fácilmente donde tú estabas. Pudo hacerte daño y yo no tenía ni idea. Solo cuando me llamaste supe lo que estaba pasando. Mil pensamientos muy feos pasaron por mi cabeza cuando estaba ocurriendo todo esto- le digo.
-no fue tu culpa- dice en un susurro.
-puede ser pero si tengo la culpa en algo- le digo.
-¿en qué?-
-en tratarte mal. Siempre me la cobro contigo y lo peor es que me doy cuenta después de haber dicho las cosas. Aun no entiendo como no me has mandado a la mierda antes- le digo intentando ser lo más sincero posible.
-quizás porque tengo paciencia-
-puede ser. Pero, ¿me puedes perdonar?- la escucho suspirar. ¿No me perdonara?
-te perdono- dice en un susurro.
Continuamos así, hasta que me doy cuenta que se ha quedado dormida. La tentación de que duerma conmigo es grande pero no quiero que piense mal el día de mañana. Me intento levantar y moverme lo menos posible pero no me resulta. Ella se despierta y me mira con esos encantadores ojos azules soñolientos.
-¿Dónde me llevas?- dice mientras se restriega los ojos con la mano.
-a tu cuarto. Necesitas descansar. Y no quiero que pienses mal de mí en la mañana- le digo.
-no puedo pensar eso cuando soy yo la que está provocando esto- me dice en voz baja.
-eres mala y tentadora- le digo.
-puede ser y creo que voy a seguir siendo mala- se acomoda en mis brazos. Sus labios quedan a la altura de mi cuello y comienza a dar pequeños besos en ese punto. Ahora el bello de todo mi cuerpo esta erizado y mi compañero duro.
-no hagas esto. Te vas arrepentir después- le digo.
-¿y qué pasa si no quiero?- vuelve a darme un beso pero esta vez su lengua comienza a jugar con mi cuello. Un pequeño gemido escapa de mi boca y siento que ella sonríe.
-está bien, seguiré con tu juego pero si te arrepiente será tarde-
-ya no me importa nada-
-¿estas segura de lo que vas a hacer?- le digo. Nunca pensé que mi secretaria terminara jugando conmigo y yo cayendo como un idioma.
-si- dice con determinación. La dejo en mi cama y cierro la puerta con seguro. No quiero que nada ni nadie nos interrumpa.
-¿Qué quieres que haga contigo, Anastasia?- ella me mira y en sus ojos hay un brillo que no estaba. Creo que las palabras que me dirá no me ayudaran a ocultar mi excitación.
-solo amarme, Cristian- un jadeo se escapa de mi cuerpo. Hombre, esta mujer se las trae y lo peor es que estoy cayendo como un idiota en su juego y lo más peor aún, es que me está gustando.
OTRO CAPITULO MAS...
ESPERO PODER SUBIR EL ULTIMO MAÑANA...
SIN QUERER ESTOY SUBIENDO UNA MARATÓN DE 5 CAPITULO, AUN FALTA UNO...
ME HE PORTADO MUY BIEN CON USTEDES ASÍ QUE NO QUIERO RECLAMOS...
ESPERO QUE LES GUSTE...
LAS QUIERO MUCHO Y NOS LEEMOS PRONTO...
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Es mi secretaria: Cristian y Anastasia
FanfictionUna joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás. Trabaja para el hombre mas rico de Seattle. Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino. Una joven con mucha paciencia para soport...