Capitulo 37: Hola

17.2K 1K 57
                                    

POV ANASTASIA

No puedo soportar el silencio incomodo que se creó después de la pregunta que le hice. Salgo del despacho aun con lágrimas corriendo por mis mejillas. ¿A qué vino? ¿A buscarme? ¿Para qué? Si el simple hecho de la falta de confianza hace que un gran muro nos separe.

Llego a mi habitación y la cierro. Me siento en la cama y respiro profundamente para poder controlar mis lágrimas. Tengo que dejar de llorar, esto no le hace bien a Teddy. No quiero que sienta la tristeza que cargo en mis hombros por culpa de su padre. Él no se merece eso.

La cama baja un poco. Bigotes que siempre está en el cuarto durante la noche, se ha acostado a mi lado. Este perro sin querer se ha convertido en un apoyo para mí. Se da cuenta de mis emociones mejor que nadie. El con tal de hacerme sonreír hace cosas locas, como por ejemplo saltar para alcanzar un insecto, se ha bañado en lodo para escucharme reír y mucho más.

Acaricio sus orejas, ya que he descubierto que le encanta y muchas veces se ha quedado dormido cuando lo hago. El mi guatero durante la noche y varias otras he tenido que abrir la puerta porque bandido esta celoso y quiere también dormir conmigo. Al final termino durmiendo con dos cachorros. Teddy es el más contento con esta relación, ya que cuando ladran él se mueve y cuando bigotes pone su nariz en mi vientre o lo lame, brinca.

Me levanto con cuidado y me dirijo al baño. Me baño con agua tibia y busco un pijama cómodo. Me baño en crema y paso una crema especial que me dio Luzmira para que la frotara en mi vientre. Según ella, ayuda a la elasticidad de la piel y disminuye la cantidad de estrías. No me considero una mujer vanidosa pero mi abuela me aseguro que después del parto, no ayuda mucho ver los cambios que quedan. Es casi deprimente y eso ayuda a depresión post parto.

Me acomodo en la cama y a mi lado se hecha bigotes. Es tan suave como un peluche. Don Jorge un fiel admirador de la naturaleza, llamo al veterinario e hizo que lo examinara de cabeza a patas. Le dio vitaminas y le puso sus vacunas, además de un shampoo que le ayude a mejorar su pelaje. Ahora parece un peluche, pero un peluche calentito y suavecito.

Cerca de las 3 de la mañana despierto. Mejor dicho me despiertan. Teddy está inquieto y se cuál es el motivo. No he cenado y el pequeño hombrecito que llevo en mi vientre es un pozo sin fondo. Así que con cuidado me levanto, busco mi bata y las pantuflas y salgo rumbo a la cocina.

 Así que con cuidado me levanto, busco mi bata y las pantuflas y salgo rumbo a la cocina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La casa es gigante y antigua, es preciosa. Lo malo es que los corredores conectan a un pequeño jardín con una fuente, que en la noche de luna llena se ve precioso pero en los días de lluvia y frio no hay forma en que se calienten estos. Por este motivo en cada cuarto hay una chimenea. La última vez tuve que hablar con Davo. Es el como el jefe de la hacienda es muy simpático y cuando tuve que estudiar sobre la hacienda, el me enseño como se trabaja en la huerta y los cultivos.

Llego a la cocina seguida de bigotes y preparo algo para comer. Un emparedado de pavo, tomate, lechuga y un poco de aliño me ira bien. Además de un té ya que Luzmira me prohibió el café, aunque en realidad no nunca me ha gustado pero los antojos han sido raros.

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora