Capitulo 33: Tiempo al tiempo

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POV CRISTIAN

Meses después.

5 meses y no sé nada de ella. Es como si la tierra se la hubiera tragado. Tanto Welch como Taylor están trabajando día y noche para encontrarla pero nada. Ha desaparecido de la vida de todos. La empresa se ha estabilizado después de varios meses de mierda, donde todo lo que se hacía provocaba perdidas.

El día que me entere que se había ido, tuve un problema con mi presión. Mi padre me llevo al hospital donde me pusieron una pastilla debajo de la lengua para bajar mi presión que estaba por las nubes. Mi madre llego una hora después y cuando me vio, corrió a mi lado y me abrazo. No entendía que ocurría, hasta que le conté.

Ella abrió mucho los ojos cuando le conté que Ana era inocente y que la persona que me robo era mi ex suegro. Ella me confesó que había ido a ver Ana un día después de la noticia para amenazarla y decirle que ya no confiaba en ella. También me dijo que Mia había ido con ella y que mi padre también la había amenazado.

Le conté lo que me dijo el comandante de la salud de Ana y que él se dio cuenta cuando llego que no era una ladrona. Ella me dijo que no la vio mal pero si él me había dicho que estaba mal, debería de ser cierto, ya que la comida de las presas no era de la mejor calidad.

Me dieron el alta y fui a la casa de mis padres por obligación. Según mi madre, necesitaba estar en familia, ya que estando solo no me ayudaría a pensar con claridad y la soledad no era buena compañía. 

Me dieron mi antigua habitación y aunque intente, no podía sacar a Ana de mi cabeza. Cuando dormía soñaba que ella estaba mal y que no podía ayudarla, ya que había perdido su confianza, y aunque tuviera el antídoto en mi mano para su mal, no lo recibía.

Con el tiempo, mis esperanzas de volver a verla han disminuido pero no desaparecido. Algo dentro de mí, dice que esto no puede haber terminado así.

Lo extraño de todo lo que ha ocurrido es que he tenido antojos de comer cosas dulces, mejor dicho, cosas dulces hecha por mi madre. El simple olor a cremas o dulces me alegran la vida y lo como a montones. Me ha dicho que he subido de peso, pero no es cierto, ya que puedo comer kilos y kilos de dulces pero con el ejercicio que hago diariamente para bajar la frustración me mantengo en mi peso.

Hace algunas semanas tuve un sueño que me dejo incrédulo. Estaba en una hacienda muy bonita de hecho me parecía conocida pero no recuerdo donde la vi. En el pasto había un niño jugando con unos perros. El saltaba a su alrededor y los perros lo seguían y a la vez lo protegían. La risa del pequeño era contagiosa y sin saber porque sonríe. Lo observe por varios minutos. Su cabello era color cobrizo muy parecido al mío por no decir igual.

Lo observo por bastantes minutos y no me hace mucha gracia cuando el pequeño besa a los perros. No sé qué pasa en ese momento pero algo llama la atención del pequeño y levanta su cabeza en mi dirección y puedo ver sus ojos. Son iguales a los de Ana. Cuando me intente acercarme, solo estuve a un metro de tocarlo pero desperté y no he vuelto a soñar con él. Era precioso.

Mi padre hizo todo lo posible para aclarar la situación de Anastasia, ya que para el estado ella era una ladrona. Costo pero al final se consiguió. El juez al ver las pruebas de su inocencia dictamino que la sentencia anterior quedara obsoleta y que se borrara de su hoja de vida este evento. 

Mi padre por lo menos nos ayudó a bajar la culpa en parte pero no hemos podido olvidar que ella vivió 5 días en la cárcel, enferma y debilitándose cada día y lo peor es que nunca la fui a ver.

-hijo- me habla Grace. Ella ha estado muy cercana conmigo. De hecho ella no me deja solo. Sabe que lo estoy pasando mal y el hecho que no hay ninguna pista de su paradero me tiene peor.

-hola- digo. Estoy en la sala de la casa de ella, mirando el paisaje que tiene esta casa. Siento su mano en mi espalda, dándome un poco de ánimo. Nadie en la casa ha podido subir mi ánimo.

-ella va a aparecer. No es fácil desaparecer- dice mi madre.

-es fácil cuando se tiene a 7 mil millones de personas caminando en este mundo- le digo.

-no seas pesimista- me dice.

-no es pesimista es realista. Ya han pasado 5 meses y no sé nada de ella. No sé si está bien, no sé si se recuperó de su malestar, ni siquiera sé si esta con vida. En el poco tiempo que estuve con ella, realmente la comencé a querer. Yo quería estar con ella pero mi desconfianza mato toda esperanza que podía haber, hasta la más mínima. La dañe, la dañe aun sabiendo que ella llevaba mucho tiempo trabajando conmigo y nunca hizo nada para hacerme daño. Fui un imbécil y por idiota la perdí- digo enojado y frustrado. El tiempo es mi peor enemigo.

-sé que puede ser difícil pero solo el tiempo es capaz de curar esa herida. Además tengo algo que decirte- la miro.

-¿ahora qué mamá?-

-Alana estuvo en mi consulta hace unos días. Dijo que quiere hablar contigo de algo importante- me dice.

-oh, genial. No quiero saber nada de ella. Lo nuestro termino hace años. Ella fue la culpable. Ella me engaño y destruyo todo a su paso. No quiero hablar con ella, es más que se devuelva por donde vino. Lo único que quiero es que Anastasia regrese a mi lado. ¿Es mucho pedir?- gruño.

-no es mucho pedir hijo pero ella no aparece. No soy bruja para hacerla aparecer y mucho menos decirte donde está. Todos cometimos errores y lo peor es que nos dejamos llevar por unos papeles y no en ella. Siendo que ella nunca dio indicios de ser ladrona. Tú no sabes cuándo me arrepiento de haber actuado así con ella pero ya lo hicimos y no podemos hacer nada al respecto- dice mi madre mientras me abraza.

-solo quiero que regrese. Quiero hablar con ella que me deje explicarme aunque me mande a la mierda- le digo.

-controla ese vocabulario hijo, más cuando estoy presente- me dice enojada.

-lo siento- suspira.

-ya no importa. Vamos a almorzar. He preparado un cocido de pollo que levanta a cualquiera y de postre una porción de suspiro limeño- me sonríe.

-vamos. Aunque no me apetece mucho el consomé, me quedo con el suspiro limeño- ella niega con la cabeza.

-estas peor que un niño pequeño. Si no te conociera pensarías que estas teniendo todos los antojos de una mujer embarazada. Vómitos, nauseas, antojos y cambios de humor están siendo recurrente en tu día a día- me dice.

-cuando estuve con Ana, las primera veces no me protegí y no tenía ni idea si se estaba cuidando hasta unos días después que me mostró que estaba tomando la pastilla-

-pues dudo mucho que haya quedado embarazada. Así que dejemos de hablar y vayamos a comer. Muero de hambre y tú también- dice cuando un gruñido se escapa de mi estómago.

-está bien. Vamos- digo. No muy convencido. Lo peor es que me está entrando una duda muy grande con respecto a Anastasia. ¿Puede ser que ella haya estado embarazada y no lo hubiera sabido? ¿Será por ese motivo que estuvo tan mal, los días que estuvo en la cárcel? No sigo pensando en eso, o si no me volveré loco. Por favor, Dios ayúdame a encontrarla. Por ultimo dame una pista. Solo una. Y seré feliz.


OTRO MAS...

 ESTARÉ PUBLICANDO EN LA NOCHE, YA QUE SE ME HACE PRODUCTIVO... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

NO ME MANTÉN POR EL TIEMPO, PERO TENGO QUE HACER ESTO... 

MAS ADELANTE SABRÁN EL POR QUE... 

LAS QUIERO MI LECTORAS INSACIABLES Y NOS LEEMOS PRONTO...

Es mi secretaria: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora