POV ANASTASIA
-Cristian apestas- digo mientras tapo mi nariz con la mano. Don Jorge para darle un escarmiento a Cristian y sacarse un poco la rabia que tenía en contra de él, lo mando a trabajar con los animales. Sé que hay muchas cosas que se pueden hacer con ellos pero una de las más desagradables es cuando hay que limpiar sus casas.
Don Jorge lo mando a limpiar los cubículos de las cabras, vacas y conejos. Y por lo visto no le fue muy bien con los últimos, ya que tiene unos cuantos rasguños en su mejilla izquierda.
La ropa que está trayendo es un overol de color azul que ya ni queda azul. Botas de gomas y una camisa a cuadros que Davo gentilmente le paso. Son más o menos de la misma talla así que no hubo problemas de ropa.
No pude contestar a la pregunta de la mañana porque llego don Jorge y se lo llevo. No sé qué hacer con eso. Ellos no creyeron en mí y puedo jurar que si no tuviera Cristian las pruebas en las manos, me hubieran dejado en la cárcel hasta que pagara mi supuesta condena. No sé qué hacer, ya que ellos también son familia de Teddy pero por ahora quiero estar tranquila y conociendo a la loca de Mia, esa paz no la tendré.
-sé que Jorge me odia y hoy he descubierto cuanto- dice mientras le pega varias veces al suelo con los zapatos. Está tratando de sacar el barro de ellos.
-no te odia solo está enojado. Es un hombre muy gentil, ya lo veras- le digo. Estamos en la parte trasera de la casa. Estoy con una manguera, sé que no es la mejor opción pero nadie puede entrar con las botas con barros, ordenes de la jefa de la casa.
10 minutos después y unos buenos tiritones, Cristian por fin está libre de barro y entra corriendo a la casa. Hoy me toca trabajar en la cuentas y creo que no tendré tanto tiempo para vagar, pero muero por dar mi caminata diaria. Con todo lo que como, no sé cómo no he subido más kilos.
Entro a mi habitación y busco algo cómodo para salir. Unas botas planas, pantalones maternales, una camisa y un chalecón. Amo los chalecones son tan calentitos y para una friolenta como yo, es el paraíso. Antes de salir le digo a Luzmira que daré una vuelta y soy acompañada por bandido y bigotes.
Llego hasta la granja y con cuidado saco un pequeño conejo de color blanco. Ninguno de los animales que hay aquí se les cría para comer, sino que sus desechos son de mucha más ayuda que unos cuantos kilos de carne, es más, los animales se mueren de viejos.
Coloco al pequeño animal cerca de pecho. Encuentro un asiento y me gano con él. Los cachorros se echan a mi lado y observo el paisaje. En Seattle nunca he podido encontrar la paz que hay en este lugar. Lo único que se escucha es el canto de las aves y el sonido del viento.
Cierro mis ojos y por unos segundos me dejo llevar por la tranquilidad que siento hasta que no siento lo suave en mis manos. Abro los ojos de golpe y veo que el pequeño conejo no está.
-bigotes, busca al conejo- le digo. Mi perro que es más inteligente que yo empieza a oler el suelo. Con cuidado me arrodillo y también lo comienzo a buscar.
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Es mi secretaria: Cristian y Anastasia
FanfictionUna joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás. Trabaja para el hombre mas rico de Seattle. Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino. Una joven con mucha paciencia para soport...