Una joven solitaria que no tiene madre y su padre falleció meses atrás.
Trabaja para el hombre mas rico de Seattle.
Un hombre mujeriego y arrogante. Duro con sus trabajadores pero amante del cuerpo femenino.
Una joven con mucha paciencia para soport...
¿Casarme? ¿Pasar el resto de mis días con él? No es mala idea pero no estoy segura. No desde que esas personas me están matando poco a poco con sus amenazas. ¿Y si las cumplen y quedo viuda, con un bebé recién nacido?
-¿me vas a responder?- me dice. Lo único que hago es mirarlo. No quiero herirlo con mi respuesta pero tampoco estoy segura de tener una respuesta ahora.
-¿necesitas que sea ahora la respuesta o puedo tener unos días para pensar?- por favor necesito tiempo. Solo un par de días. Me digo a mi misma.
-está bien. No quiero que alteres más de lo que estas. Pero quiero que te quede algo muy en claro. Si en ese tiempo tu respuesta es no, no importa, igual conseguiré la forma de que te cases conmigo- dice muy orgulloso. Besa mis labios de una forma tierna. Haciendo que sonría.
-tengo frío- digo. Cuando una briza fresca pasa por mi cuerpo, tiemblo.
-eres estupenda para romper momentos únicos. Sé que lo correcto es llevarte a la casa, meterte en la cama y acurrucarnos pero debo confesar que estas ovejas también sirven de tapa y estoy cómodo contigo en los brazos. Así que no me quiero mover. ¿Nos podemos quedar unos minutos más, así, abrazado?- me dice haciendo un tierno puchero.
-está bien. ¿Has visto mi libro?- no lo veo por ningún lado.
-se lo comieron las ovejas. Tienes que ser más precavida al momento de quedarte dormida- me dice. Hago un puchero por mi libro. Tendré que comprarme otro.
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-pensé que llegarías en unos días más- le digo. Me acomodo en su cuerpo y el me abraza.
-yo también pero lo bueno es que esta todo solucionado y ya no voy a salir hasta el próximo mes. Estuve pensando en esto y creo que he llegado a una buena conclusión- me dice.
-¿Cuál?-
-leí por ahí que las mujeres pueden viajar en avión hasta el final del embarazo pero no quiero exponerte. Tienes casi 33 semanas de gestación y solo nos quedan en promedio unas 6 semanas para que nazca Teddy. Así que he decidido trabajar desde la hacienda. He dejado a Ross, como mi suplente para que firme no sin antes mi previo consentimiento. Además quiero hablar con mi padre para que haga cargo de Grey House. No te voy a dejar sola, cuando queda tan poco tiempo- sonrió.
-has cambiado- le digo.
-tengo dos buenas razones para hacerlo. Cuando me llamaste por teléfono y llorabas, me sentía impotente. Sé que estabas mal pero no podía hacer nada, ya que estabas demasiado lejos. Es como si una gran barrera nos separara. Yo no quiero eso- dice.
-no creo haya una barrera pero si algo que nos separa. Quizás sea mi miedo a confiar en las personas y el tuyo a volver a amar, pero creo que juntos podemos salir adelante. Cuando estás conmigo me siento tranquila y esta pequeño también lo está- digo mientras acaricio mi vientre. El une su mano con la mía y ambos sentimos a nuestro pequeño.
