Fue secuestrado y torturado por pensar distinto.
Ahora con años de planear una venganza contra quien lo tuvo cautivo ,vuelve a para pagarle con la misma moneda: secuestró y tortura .
Pero a causa de esto lleva una doble vida. Nadie sabe a que se de...
Agostini sabe que Miguel siempre lo tortura, aunque por orden de Cláudio desde Suecia, cada vez duran menos. Pues, no quiere que se muera todavía, sería lo mejor que podría pasarle en estos momentos y eso no se lo van a permitir.
En el sótano de la mansión nuevamente la luz pierde intensidad y retoma en minutos.
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A Orlando se le está empezando a pegar la camisa abierta al pecho quemado, la picana lo recorre ligero para que sufra menos, se pierde en garabatos y se eleva, el viejo a escupido la mordaza y empieza a gritar como loco. Las lágrimas se le mezclan con los mocos, suplica, llora, suplica de nuevo, maldice y llora nuevamente.
Miguel antes de aceptar el trabajo, se informó, se empapó de páginas de internet, de noticias viejas y de libros referentes al tema. Escucho y leyó testimonios de personas que han sido torturadas en la dictadura, hasta a hablado con hijos de desaparecidos. Se ha tomado un buen tiempo de investigación para saber más de lo que ya sabía y entrar a fondo en el tema. Por eso sabe muy bien que las suplicas de su víctima no son nada con los 30.000 desaparecidos que obviamente habrán suplicado también.
_ Listo _ Dice Miguel _ Por hoy es suficiente, no me gusta hacer esto y menos lo disfruto, pero como ve, la mano está dura para conseguir un buen trabajo remunerable y considerando tu caso, acepté éste sin demasiadas culpas. Mi perfil fríamente calculador me ayuda, pero no te hagas problema, de seguro con otro estarías peor.
El viejo represor le logra aferrar la mano y le suplica.
_Por favor... te ayudaré en lo que quieras, te daré información, tengo mucha ¡Por favor! ¡¿Quién demonios eres?!
_No importa quién soy, no me conoces, a mi no me hiciste ningún daño ni a nadie cercano. Pero hay alguien que si y esa persona está muy enojada y no tiene el valor de hacer estas cosas, por eso tenes suerte de disfrutar mi presencia.
Orlando rompe en cólera, se sacude enfurecido, está atado a la cintura en la cama de hierro, pero logra levantar su torso.
_ ¡Son unos hijos de putas! ¡Tendríamos que haberlos matado a todos, subversivos de mierda! ¡No me importa que me pase a mí, seré unos de los pocos, hemos hecho más de la mitad de nuestro trabajo haciendo desaparecer a gente como ustedes! ¡Gente que no quiere a su patria, que no la respeta! ¡Que quieren un país para hacer lo que se le plazca, sin orden, sin organización nacional! ¡No señor!
_ ¡Mira viejo de mierda! A vos no te importa tu vida, pero más vale que te importe la de tu familia porque esto recién empieza ¡Sabes!
Miguel se da vuelta y recoge unas fotos dentro de una caja de zapatos sobre la mesa de atrás. Se las arroja, luego colocándose detrás de la cabeza lejos de su vista, toma una por una y corriéndole la venda de los ojos, se las muestra, se las refriega en el rostro con brutalidad.
_ ¿¡Las ves!? ¡¿Las ves!? ¿¡Conoces a estas personas!? Sé donde están, se los movimientos de cada uno de ellos y capaz que ya he hecho algo al respecto o quizás no. ¿Quién sabe? Dejaste muchas personas viudas y huérfanas, esto es así, ojo por ojo.
